Marc Ribot: despachos urgentes de la guerra contra Trump

En estos dos a?os, lo que mayormente hemos escuchado ha sido un silencio estruendoso. El se¨ªsmo provocado por Donald Trump ha dejado noqueadas a esas estrellas estadounidenses que antes se permit¨ªan grabar reflexiones sobre la actualidad, incluso comentando algo en sus directos. Han descubierto que parte de tu p¨²blico comparte los envenenados sentimientos que han colocado al monstruo en la Casa Blanca; esos votantes se sienten empoderados y no toleran que se critique a la criatura.

Artista: Marc Ribot

Disco: Songs of resistance 1942-2018

Sello: Anti-PIAS

Calificaci¨®n: 7 sobre 10.

Son precauciones de taquilla que no afectan a francotiradores como Marc Ribot. Guitarrista con s¨®lidas credenciales jazz¨ªsticas, muy valorado por cultas figuras del rock, Marc tend¨ªa a mostrarse socarr¨®n en sus grupos particulares: recuerden los planteamientos de Los Cubanos Postizos o The Young Philadelphians. Discretamente, en otros discos se colaban piezas -Song for Che, de Charlie Haden; Avanti popolo, himno del Partido Comunista Italiano- que suger¨ªan un posicionamiento pol¨ªtico o un perverso sentido del humor. Si hemos de creer Songs of Resistance 1942-2018, va a ser lo primero.

Ribot ha reinventado aqu¨ª otras canciones de los partisanos italianos: Bella ciao, en la voz confidencial de Tom Waits, ofrece m¨¢s melancol¨ªa personal que excusa para la reafirmaci¨®n colectiva; Fischia il vento se convierte en celebraci¨®n de una ecologista radical que se juega la vida en misiones nocturnas. La violencia no parece ser tab¨²: se evoca la dudosa trayectoria de John Brown, aquel antiesclavista militante del XIX que liquidaba a qui¨¦n se le pon¨ªa por delante, incluyendo a negros (amores que matan, ciertamente).

Mucho material de Songs of Resistance 1942-2018 procede de las iglesias afroamericanas: canciones que tuvieron su momento de gloria en las campa?as por los derechos civiles de los a?os sesenta. As¨ª que, de principio, choca que haya relativamente poca negritud sonora en el disco, con excepci¨®n de las vigorosas interpretaciones de la vocalista Fay Victor.

El sonido dominante en Songs of Resistance 1942-2018 es el folk, banjo m¨¢s guitarra ac¨²stica, aunque -seg¨²n avanzan los temas- broten destellos de rock abrasivo, muy propios del Ribot que incendiaba discos de Costello, Waits o T-Bone Burnett. Intenta seguramente acercarse a la Am¨¦rica profunda: el guitarrista habla en sus notas de recuperar las coaliciones amplias tipo Frente Popular, que ¨Crecuerda- derrotaron al fascismo en la Segunda Guerra Mundial.

Una ret¨®rica peligrosa, me temo: por muy odioso que resulte Trump, resulta simpl¨®n equipararle con Hitler. Tampoco ayuda que el disco lleve una portada al estilo de los sobrios lanzamientos de Folkways Records. Otro obst¨¢culo es el tono: Songs of Resistance 1942-2018 contiene incisivas cr¨®nicas del presente en Srinivas (Steve Earle y el caso del sij asesinado en Kansas por un descerebrado que aleg¨® que parec¨ªa un musulm¨¢n) o Knock That Statue Down (aquel enfrentamiento en Charlottesville donde un fan¨¢tico arroll¨® a los manifestantes). Puede, sin embargo, que lo m¨¢s directo sea Rata de dos patas, c¨¢ustico ¨¦xito de Paquita la del Barrio, catarata de insultos a la que se a?ade un mensaje rapeado en ingl¨¦s contra ya saben qui¨¦n. No s¨¦ si los gringos pillar¨¢n el chiste.