Allen o no Allen

El caso es no dejarle respirar. Woody Allen dirige de vez en cuando una obra maestra pero cuando no le sale as¨ª de bien sino tan s¨®lo una pel¨ªcula de corte medio, caen sobre ¨¦l las iras de toda la cinefilia. Y as¨ª ocurr¨ªa ya antes de que su nombre se relacionara con abusos sexuales. Allen ha ca¨ªdo en el mismo pozo junto a otros cineastas y en consecuencia no ha encontrado financiaci¨®n para su ya tradicional pel¨ªcula anual. Cayeron sobre ¨¦l las tinieblas del averno aun cuando en su defensa haya salido con firmeza tambi¨¦n su c¨®nyuge, Soon-Yi, tras veinte a?os de matrimonio, los mismos veinte de alejamiento de su madre adoptiva, la actriz Mia Farrow, a la que la coreana acusa de injusta e hist¨¦rica. Allen es inocente, proclama sin cesar.

Sea como sea, el productor catal¨¢n Jaume Roures negocia con arrojo financiar la siguiente pel¨ªcula de Allen, de nuevo ubicada en Barcelona, a pesar de que el anterior filme producido por ¨¦l, Vicky Cristina Barcelona, no fuera en taquilla el ¨¦xito que pod¨ªa esperarse. Algo no tan raro, como dec¨ªamos, en la carrera de Allen en la que a un clamoroso triunfo puede suceder una clamorosa decepci¨®n, especialmente en esta sucesi¨®n de t¨ªtulos situados en ciudades concretas: A Roma con amor, Medianoche en Par¨ªs, Un final made in Hollywood, o Un d¨ªa lluvioso en Nueva York, a¨²n sin estrenar.

Una filmograf¨ªa rotunda que puede coronar las bodas de oro con otra pel¨ªcula de producci¨®n espa?ola. Ojal¨¢ sea un brillante coletazo que siempre haya que agradecer al genio de don Woody Allen.