¡°En Espa?a, sobre pol¨ªtica, en el cine nos hemos autocensurado¡±
El director Rodrigo Sorogoyen y el actor Antonio de la Torre reflexionan sobre la corrupci¨®n en la sociedad a cuenta de su 'thriller' 'El reino'
Hace dos a?os, cuando Rodrigo Sorogoyen presentaba en el festival de San Sebasti¨¢n de 2016 su pel¨ªcula anterior, Que dios nos perdone, y decidi¨® traer al certamen un regalo a uno de sus actores, Antonio de la Torre: el guion de su siguiente proyecto, El reino, para que lo leyera y decidiera si quer¨ªa protagonizarlo. "A m¨ª me emocion¨®", recuerda el int¨¦rprete malague?o. Esta vez, y con Sorogoyen a las puertas de rodar su siguiente filme, un drama que desarrolla la trama del corto Madre, con el que gan¨® el Goya de su categor¨ªa hace unos semanas, no hay regalo. "Pero con este papel me doy por satisfecho"; r¨ªe De la Torre.
Actor y director se juntan a charlar en la promoci¨®n de thriller pol¨ªtico que tras su concurso en San Sebasti¨¢n se estrenar¨¢ comercialmente el pr¨®ximo viernes. Y aunque en El reino se evita escrupulosamente cualquier sigla o atisbo de ideolog¨ªa que se?ale a alg¨²n partido pol¨ªtico actual espa?ol, la reaparici¨®n esta semana en una Comisi¨®n del Congreso de los Diputados del ex presidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar es recibida por ambos con risas: "Si nos ayuda a la promoci¨®n...". Porque El reino cuenta la ca¨ªda en desgracia del vicesecretario de un partido en la Comunidad Valenciana, que a punto de saltar a la pol¨ªtica nacional empieza a aparecer en la prensa por sus numerosos casos de corrupci¨®n. ?Espa?a necesita un thriller pol¨ªtico cuando la realidad parece superar a la ficci¨®n cada d¨ªa en los peri¨®dicos? "A todo pa¨ªs le viene bien que las pel¨ªculas hablen de las cosas que le ocurren. Y en Espa?a, y sobre pol¨ªtica, en el cine nos hemos autocensurado mucho. No hay debate ni sano ni democr¨¢tico sobre la corrupci¨®n", cuenta Sorogoyen (Madrid, 1981). "En definitiva, le viene bien. Ahora, necesitar este thriller son palabras mayores, porque antes necesitamos tantas cosas...". De la Torre (M¨¢laga, 1968) asiente: "En pantalla se dicen unas cosas que antes nunca se han escuchado en el cine. A m¨ª me parece est¨¢ bien que se digan. Como ciudadano agradezco que se hable de la corrupci¨®n. Y me siento orgulloso de participar en un proyecto as¨ª".
S¨ª, el espectador reconocer¨¢ en algunos personajes reflejos de la actualidad pol¨ªtico-judicial espa?ola. "Aunque no m¨¢s, no son ellos", responde el director. Tanto Sorogoyen como De la Torre se reunieron y pasaron horas y horas con pol¨ªticos para preparar El reino. "Hemos descubierto que son como t¨² y como yo. Parece una obviedad, pero es real"; asegura el director. "Son uno de los nuestros", interrumpe el actor. Sorogoyen contin¨²a: "Atacas la pel¨ªcula por otro lado, porque conoces a un se?or que sale por televisi¨®n, pero que tiene los mismos problemas que t¨². Otra cosa es que cometa estos actos corruptos. Oye, o no, que lo mismo efectivamente ha trabajado por el bien de este pa¨ªs. En realidad, como nos pasa a todos, quiere que le escuchen, que le den algo de cari?o, y te muestra una justificaci¨®n de su trabajo y de su existencia que te abre la pel¨ªcula much¨ªsimo. Antonio y yo nos repetimos mucho un mantra que les dijimos al resto del equipo: no estamos haciendo una pel¨ªcula sobre malos que intentan joder a este pa¨ªs, estamos rodando un filme sobre gente normal". De la Torre recuerda la foto de un pol¨ªtico "saliendo de prisi¨®n abraz¨¢ndose a sus hijas". Y ah¨ª estaba el coraz¨®n de El reino. "Entend¨ª el sentido de lo que cont¨¢bamos, y por supuesto que no pod¨ªamos caer en el manique¨ªsmo de nosotros / ellos". "Es que eso es lo f¨¢cil"; concluye Sorogoyen, "porque hay algo de cierto en que son ladrones que est¨¢n robando a toda la sociedad. Sin embargo, no son malos y buenos, son seres humanos que caen en la corrupci¨®n".
Para el actor, la gran mentira de esa corrupci¨®n est¨¢ en su eco de "s¨¢lvese quien pueda, y todos somos iguales". Se explica: "Es un bulo del neoliberalismo, que as¨ª se asegura de que no haya cambios en el orden social. Con la corrupci¨®n, las estructuras de pobreza se mantienen, no hay igualdad de oportunidades".
Entonces, ?est¨¢ en la naturaleza humana la corrupci¨®n? En cuanto alguien acumula poder, ?empieza a crecer en su interior la podredumbre moral? "La frase con la que estoy m¨¢s c¨®modo"; confiesa el cineasta, "es que el ser humano es f¨¢cilmente corrompible. Me niego a creer que ya nos venga de f¨¢brica. Sin embargo, el sistema est¨¢ hecho de tal manera que s¨ª facilita que lo seamos". De la Torre respira y piensa: "Tiene que ver con nuestra educaci¨®n. Cuando tienes a un familiar enfermo, siempre hay alguien que te dice eso de 'pregunta por este doctor, que te resolver¨¢...'. Eso, que se entiende porque qu¨¦ no har¨ªas por alguien cercano enfermo, cuando lo trasladas a cualquier esfera, entra en el valor cultural. Piensa en las frases que nos quedan de estos a?os de corrupci¨®n, esos 'amiguito, te quiero'. Cuando creas el afecto personal, ese comportamiento deviene en sentimiento. Empieza el 'mi gente', y el 'con mi gente no te metas'. Otras culturas no lo tienen. F¨ªjate en los jubilados japoneses que se presentaron voluntarios en la descontaminaci¨®n de la zona de Fukujima. Lograron un nivel de concienciaci¨®n superior al nuestro, al considerarse parte de una sociedad a la que ya no le pueden aportar m¨¢s que su sacrificio. Todo un avance, y la corrupci¨®n estalla en sociedades que a nivel colectivo todav¨ªa no est¨¢n maduras. Quiero so?ar con que la generaci¨®n siguiente no tolere algunos comportamientos actuales".
Babelia
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