Cultura apercibe a la SGAE por ¡°incumplir¡± la ley
El ministerio da un plazo de tres meses a la entidad para arreglar su reparto, sus estatutos y el voto electr¨®nico, antes de intervenirla
Tras muchas palabras, Cultura pasa a la acci¨®n frente a la SGAE. El ministerio ha enviado un ¡°un apercibimiento a la entidad con un plazo de tres meses para que cumpla la ley¡±, informaron la noche de este jueves a EL PA?S fuentes oficiales. Se trata del paso previo a una posible ¡°revocaci¨®n de su autorizaci¨®n para operar¡± como entidad de gesti¨®n del derecho de autor, es decir, aquella intervenci¨®n de la SGAE que Cultura siempre ha querido considerar como la ¨²ltima opci¨®n. Sin embargo, ambos bandos llevaban meses tensando la cuerda de una relaci¨®n que ha terminado por romperse.
De hecho, los ¡°incumplimientos graves¡± que se?ala Cultura para justificar su apercibimiento son los mismos que lleva repitiendo desde hace semanas en varios requerimientos oficiales enviados ¡°sin ¨¦xito¡± a la SGAE: la reforma de sus estatutos, que finalmente la entidad a¨²n no llev¨® a cabo; las modificaciones en su sistema de reparto; y, finalmente, la ausencia de voto electr¨®nico en las elecciones que el presidente, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, convoc¨® de forma adelantada para el pr¨®ximo 26 de octubre y que exige la oposici¨®n al mandatario. El ministerio cree que la SGAE ha deso¨ªdo una y otra vez sus peticiones.?
Los tres asuntos llevan meses encendiendo a la entidad. Cultura ya pidi¨® m¨¢s veces a la SGAE que implementara el voto electr¨®nico en sus comicios. La entidad, sin embargo, contest¨® que esta opci¨®n no suele ofrecerse en sus elecciones, que sus estatutos no le obligan a ello y que, para introducirla, har¨ªa falta una reforma de mayor calado de la que su gobierno en funciones pueda asumir. Mientras, algunos de los nombres m¨¢s conocidos que optan a los pr¨®ximos comicios, como los m¨²sicos Kiko Veneno, Noni del grupo Lori Meyers, Jota de Los Planetas o Jorge, de Los Ilegales, dejaron claro hace d¨ªas, en una carta conjunta, que retirar¨¢n su candidatura si finalmente no est¨¢ disponible el voto electr¨®nico.
El sistema de reparto al que tambi¨¦n alude Cultura, en realidad, es la batalla que enfrenta a la SGAE desde hace a?os, debido al conocido como caso rueda. As¨ª se bautiz¨® a una presunta trama entre socios de la entidad y empleados de televisiones que gener¨® ingresos millonarios gracias a la m¨²sica emitida en programas de madrugada ¡ªque apenas disfruta el 1% de la audiencia¡ª, que investiga la justicia y por la que el propio Sastr¨®n est¨¢ llamado a declarar el 4 de octubre como imputado. La SGAE intent¨® reducir la cantidad que se puede ingresar por los derechos de los temas nocturnos y hasta acudi¨® a un arbitraje internacional que fij¨® una barrera del 15% como l¨ªmite m¨¢ximo respecto al total de recaudaci¨®n por el uso del repertorio en televisiones. Sin embargo, tras enfrentamientos judiciales, sentencias y peleas en reuniones de sus ¨®rganos de gobierno, el pasado junio la SGAE volvi¨® a anular cualquier l¨ªmite. Actualmente, por tanto, la rueda puede seguir girando a sus anchas. Y el ministerio critica adem¨¢s que solo la Asamblea de todos los socios, y no la junta, puede modificar las normas de reparto.
Finalmente, Cultura alude a la reforma de los estatutos. El traslado al ordenamiento jur¨ªdico espa?ol de dos directivas europeas impone a la SGAE, como otras entidades de gesti¨®n, reformar sus normativas internas. Sastr¨®n plante¨® en julio una propuesta, que fue aprobada por la junta directiva pese al rechazo de 18 de sus 39 miembros. Sin embargo, la Asamblea la rechaz¨® por amplia mayor¨ªa, devolviendo a la SGAE a la casilla de salida. Al final, ante el inmovilismo y las divisiones internas, el presidente opt¨® por adelantar las elecciones. Pero, entretanto, los estatutos siguen sin actualizarse.
Cultura se?ala tambi¨¦n entre las razones de su actuaci¨®n ¡°las numerosas quejas recibidas de los socios¡± de la SGAE. En una entidad m¨¢s dividida que nunca, donde casi cada d¨ªa se cruzan cartas incendiarias, amenazas y denuncias, no sorprende en absoluto. Es m¨¢s: parece un eufemismo.
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