Regresa el guateque perfecto de Santisteban
Reeditados dos discos cl¨¢sicos del compositor que introdujo la ¡®bossa nova¡¯ en Espa?a
All¨¢ por 1968, Alfonso Santisteban quiso poner color a una Espa?a en blanco y negro. Reci¨¦n aterrizado de Brasil, el compositor y arreglista, por entonces un desconocido en el mundo de la canci¨®n espa?ola, public¨® su primer ¨¢lbum, Bossa 68. ¡°Es un disco vanguardista, contempor¨¢neo a la bossa nova en Brasil¡±, comenta Carlos Gal¨¢n, fundador de Subterfuge, el sello discogr¨¢fico que acaba de reeditar el ¨¢lbum a prop¨®sito de su 50 aniversario. ¡°Siempre fue un enamorado de Brasil. All¨ª conoci¨® a Antonio Carlos Jobim, S¨¦rgio Mendes, Vin¨ªcius de Moraes¡ Se trajo todo eso en su m¨²sica¡±, cuenta el compositor Manel Santisteban, hermano de Alfonso, fallecido en 2013 a los 69 a?os. Desde entonces, Alfonso Santisteban no perdi¨® su prop¨®sito de llenar de melod¨ªas multicolores un pa¨ªs instalado en la copla. Lo consigui¨®, aunque su reconocimiento actual quede lejos del tama?o art¨ªstico de su figura.
A una altura similar a la de Juan Carlos Calder¨®n, Santisteban fue uno de los m¨¢s prol¨ªficos compositores espa?oles que desarroll¨® su carrera especialmente en el cine y la televisi¨®n. Suyas fueron las sinton¨ªas de programas como Aplauso, Bla, bla, bla, Palmar¨¦s o M¨²sica y estrellas. Tambi¨¦n de bandas sonoras para muchas comedias del destape. Fue su trabajo m¨¢s famoso. La punta de iceberg de una obra llena de ingenio instrumental, que comenz¨® con un ¨¢lbum que introdujo la bossa nova en Espa?a. ¡°La caja tonta es lo que te hace popular en Espa?a, pero mi hermano hac¨ªa siempre lo que le gustaba. Hizo televisi¨®n porque quer¨ªa trabajar, pero nunca abandon¨® su amor por el jazz y la bossa nova¡±, explica Manel. ¡°Esto era Espa?a, no Estados Unidos. Por eso nunca sus composiciones no funcionaban tan bien¡±, a?ade.
Subterfuge ha reeditado en formato vinilo Bossa 68 junto a Flamenco Pop, el ¨¢lbum en el que en 1969 Santisteban, con su fino tacto, mezcla el flamenco con el soul, el blues y el jazz. Otra obra fascinante para la ¨¦poca en colaboraci¨®n con Rafael Ferro, otro arreglista elegante y certero. ¡°Este disco tambi¨¦n es especial. Denota el inconformismo de Santisteban, donde afronta retos insospechados para la m¨²sica espa?ola de entonces¡±, asegura Gal¨¢n. Ambos trabajos alimentan y reactivan el cat¨¢logo de M¨²sica para un guateque sideral, donde el sello madrile?o ya edit¨® otros discos del compositor como Verano del 72 o Alfonso Santisteban y su piano m¨¢gico.
Con su melena, sus gafas de sol y sus ropas llamativas, Santisteban fue el mayor de tres hermanos de una familia adinerada en la Espa?a franquista. Su padre Joaqu¨ªn era un mayorista de hierros, amante del jazz, que introdujo a sus v¨¢stagos el gusto por Frank Sinatra, Nat King Cole o Louis Armstrong. Pero a ninguno tanto como a Alfonso. ¡°Mi primer recuerdo es verme sentado en las rodillas de mi hermano con tres a?os mientras ¨¦l me ense?aba a tocar el piano de casa¡±, rememora Manel, trece a?os menor que Alfonso. ¡°Lo pint¨® de blanco porque no le gustaba la madera. Era tal su pasi¨®n por el jazz que hac¨ªa novillos del colegio y se iba a casa de nuestra t¨ªa Gloria al lado del Retiro a aprender piano¡±, a?ade.
Gracias a sus padres ¨C¡°mi madre era toda una relaciones p¨²blicas¡±, seg¨²n su hijo Manel-, la casa de los Santisteban era una fiesta. ¡°En el sal¨®n de mi casa se juntaban Roc¨ªo Jurado, Nati Mistral, Paco de Luc¨ªa, Lola Flores¡ Era normal ver a Bambino con las s¨¢banas en la cabeza a las cuatro de la ma?ana por los pasillos¡±, recuerda Manel. Debido a su talento, Alfonso, que dej¨® los estudios en Ingenier¨ªa Industrial por el Conservatorio, termin¨® trabajando para la mayor¨ªa. Memorable fue su estrecha colaboraci¨®n con el rumbero Bambino. Ya en edad adulta y casado con la presentadora Marisa Medina ¨Cles present¨® Joan Manuel Serrat-, termin¨® tambi¨¦n peg¨¢ndose la fiesta con todos en su propia casa, donde hab¨ªa otro piano y eran asiduos Juan Pardo, Mar¨ªa Jim¨¦nez o Manolo Summers. ¡°Mi padre era un vividor. Estaba todo el d¨ªa por ah¨ª: Bocaccio, Florida Park¡¡±, cuenta su hija Silvia. ¡°Pero le recuerdo siempre tocando el piano y como alguien muy sensible y emocional que le encantaba la m¨²sica¡±.
Sin dejar nunca de componer por encargo, Santisteban, pasto de la telebasura por sus l¨ªos con su famosa esposa, vivi¨® una especie de segunda juventud cuando Gal¨¢n recuper¨® algunos de sus discos para Subterfuge a principios de este siglo. Dentro de la recuperaci¨®n del lounge espa?ol, su nombre son¨® m¨¢s moderno, como si molase citarle en c¨ªrculos indies que nada ten¨ªan que ver con este compositor que le gustaba contar el d¨ªa que conoci¨® a Burt Bacharach. ¡°Cuando estaba con nosotros disfrutaba de Carlos Cup¨¦, Mastretta y Fangoria¡±, dice el fundador de Subterfuge. ¡°Iba siempre a su puta bola¡±, a?ade. Tanto que sus composiciones hedonistas fueron casi criminalizadas por fr¨ªvolas y pegadizas entre la corriente pol¨ªtica de la Espa?a de los setenta. No encajaban entre la intelectualidad de la canci¨®n protesta. ¡°Alfonso Santisteban representaba una generaci¨®n que lo dio todo por el cuba libre y la pista de baile¡±, afirma Gal¨¢n. Lo llamaron m¨²sica ligera espa?ola, pero la combinaci¨®n exquisita de jazz, bossa nova, flamenco y pop de Santisteban era m¨²sica de calidad para el guateque perfecto.
Babelia
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