Un ¡®best seller¡¯ cada media hora
Una jornada a la sombra de dos agentes literarias por la mayor feria del libro del mundo
¡°?Cu¨¢nto tiempo tardas en enamorarte de un libro?¡±, pregunta un volumen con patas y brazos. ¡°30 minutos¡ o menos¡±, responde el rat¨®n, mascota de la agencia de derechos de autor espa?ola Sandra Bruna. El gag est¨¢ impreso en las bolsas promocionales que reparten a sus clientes en el ¨¢rea de los agentes literarios de la 70? Feria del Libro de Fr¨¢ncfort, verdadera raz¨®n de ser del evento m¨¢s grande del mundo del libro: sobrevivir¨¢ si ese rinc¨®n crece. Y no para de hacerlo: un 5,6% m¨¢s que en 2017, o sea, 528 mesas para 358 agencias de todo el mundo.
Jordi ha regalado dos bolsas nada m¨¢s sentarse a la pareja de editores portugueses que le esperaban como acto de desagravio: pasan escasos minutos de las 14 horas, lleva ya nueve citas (les esperan 10 m¨¢s a¨²n) y ha sido la ¨²nica vez que se hab¨ªa levantado pr¨¢cticamente en toda la ma?ana para ir a por un bocadillo. Un mito de la feria, pero real: las citas se suceden ininterrumpidamente desde las 9 hasta la 18.30 de la tarde. Non stop. Nadie regala nada: la estancia en la ciudad (alquiler del espacio incluido) cuesta, de media, ¡°unos 2.000 euros¡± por persona, cifra Anna Soler-Pont, veterana en estas lides (su 27? a?o) y fundadora de la Agencia Pontas. Ellas son dos aqu¨ª. Como cada d¨ªa, ha hecho cola para entrar de las primeras del recinto. En su tercer appointment a las 10 (s¨ª, a menos de 30 minutos de media) est¨¢ fijando con la directora editorial adjunta de Pocket (sello de bolsillo del segundo grupo franc¨¦s, Editis) una visita de periodistas a Galicia para promocionar Todo esto te dar¨¦, de Dolores Redondo, escogido por Pocket entre los 400 que lanzar¨¢n en 2019 como una de las 12 apuestas de las que quieren vender m¨¢s de 100.000 ejemplares.
Poco pre¨¢mbulo, pero el trato es de viejas amigas. En el ritual, Soler-Pont ha grapado la tarjeta de Charlotte Lef¨¨vre en la hoja de la derecha, porque en la de la izquierda tiene pegado un estadillo de ordenador con los libros de los que le pas¨® informe, la fecha y el estado de inter¨¦s. La agente s¨®lo muestra un cuaderno en espiral de 74 p¨¢ginas, por el que desfilan autores con su foto, portadas, derechos vendidos, sinopsis argumental y puntos fuertes. No entrega material en papel alguno.
Los peces m¨¢s gordos
Comprar y vender derechos literarios puede ser pr¨¢cticamente una industria. Lo demuestra en Fr¨¢ncfort una agencia como la inglesa Curtis Brown, una de las m¨¢s potentes del sector (tambi¨¦n del audiovisual), fundada en 1899, con 166 trabajadores en Londres y representados como Winston Churchill a Margaret Atwood o John Le Carr¨¦. En su rinc¨®n en la zona de agentes tiene nueve mesas. Tambi¨¦n las tiene The Wylie Agency, la del temible Andrew Wylie, el Chacal, "preparada para crecer infinitamente", seg¨²n le gusta decir. Demostraciones hace: no est¨¢ con el resto de agentes porque tiene stand propio, entre los editores anglosajones.
La de en medio de las fr¨ªas mesas de cristal, como escoltado, es la suya. Siempre hay editores esperando. Ni que sea por probabilidades: el cat¨¢logo que presenta este a?o, de 223 p¨¢ginas, tiene un listado con los derechos de 1.246 autores (de la Royal Shakespeare a Borges o Bola?o, pasando por Chimamanda Ngozi Adichie. Pero es f¨¢cil descontarse.
¡°Antes de que acabe la semana lo habr¨¢n recibido por correo electr¨®nico; es importante ser de los primeros porque luego se les llena la bandeja de entrada y no dan abasto. Yo he llegado a traer aqu¨ª contratos para firmar y maletas cargadas de fotocopias y gente que ven¨ªa con cheques. Eso s¨ª que empez¨® a cambiar gracias a Internet¡±. Es as¨ª como Alana Cox, de la canadiense Coach House Books, recibir¨¢ la versi¨®n en ingl¨¦s (¡°en la agencia traducimos nuestras cuatro o cinco grandes apuestas¡±) de Madrugada, novela del peruano Gustavo Rodr¨ªguez, ¡°el nuevo Vargas Llosa¡±, como la define la agente.
¡°Es la Mary Kondo de las finanzas¡±, resume Sandra Bruna, por su parte, el libro de Cristina Benito Money Mindfulnes a una editora rusa que acaba de llegar tras lanzar un esqueleto de manzana; tampoco ha comido. ¡°Es importante que el editor sepa r¨¢pidamente d¨®nde estamos; no hay mucho tiempo¡±, justifica la agente (otra veterana: 17 a?os con su empresa; 10 antes en la hoy Casanovas & Lynch y su 25? Fr¨¢ncfort). Bruna s¨ª saca una peque?a lista de apuestas porque, a diferencia de Pontas (que representa s¨®lo a autores, 84, del ¨¢mbito internacional), llevan 70 autores catalanes y castellanos, pero tambi¨¦n medio centenar de cat¨¢logos de editoriales extranjeras, de las que hacen de coagentes para Espa?a, Portugal y Brasil. Entre sus clientes, Amazon, cuya propuesta s¨®lo en ficci¨®n son 152 p¨¢ginas, o sea, unas 700 novedades. ¡°Preparamos la feria ya en junio porque hacemos una selecci¨®n a los editores de lo que m¨¢s les puede interesar, no reenviamos los cat¨¢logos¡±, dice Sandra Bruna.
Su hermana Berta, mientras consume un bocadillo de Frankfurt, adquiridas de regreso de una cita exterior, en el famoso carrito de comida que se pasea por el inmenso hall, constata que lo m¨¢s solicitado es ¡°la no ficci¨®n, mayormente inspiracional, y los middle grade, los libros para los de entre 10 y 14 a?os, la edad dif¨ªcil porque huyen de la lectura¡±. Del primero saben mucho porque ya han vendido en 15 idiomas Ichigo-Ichie, de Francesc Miralles y H¨¦ctor Garc¨ªa (autores de Ikigai: 42 traducciones), especie de carpe diem sacado de la ceremonia del t¨¦ japon¨¦s, que no ha acabado de convencer a la correosa editora rusa. ¡°Vender es muy dif¨ªcil¡±, recuerda Sandra: ¡°m¨¢s que aptitudes, hay que tener actitudes: en particular, transmitir la pasi¨®n por una historia¡±.
Ante una de las ventas complejas del d¨ªa est¨¢ Soler-Pont: 10.29 y ya plantada en el inmenso estand de la norteamericana HarperCollins, tras un slalom esquivando gente durante dos cargad¨ªsimas plantas. Hoy es d¨ªa de suerte: s¨®lo habr¨¢ una excursi¨®n de ¨¦stas. No hay sitio en ninguna del medio centenar de mesas (en Penguin Ramdom House USA tienen 120), pero la atiende uno de los altos cargos, Judith Curr, armada como ella con una caja de tarjetas profesionales y una grapadora Petrus Liliput. Casi nadie lleva artefactos m¨¢s all¨¢ del m¨®vil: libretas bonitas y bolis. Soltada la pregunta clave (¡°?Qu¨¦ est¨¢s buscando?¡±) y recibida la respuesta de manual de gran grupo (¡°lo mejor de cada lugar¡±), habla del nuevo Vargas Llosa, de Forrest Gander, poeta finalista del Pulitzer, y de la keniata de padres ugandeses Ijangolet Ogwang ¡°pensadora feminista al alza... y adem¨¢s r¨ªe todo el rato, es la sonrisa de ?frica¡±. Siempre el eslogan. No propone Pontas nunca m¨¢s de tres autores: ¡°pocos m¨¢s van a retener¡±, aclara antes de cruzarse en los pasillos de regreso con su ¨²ltima nueva cliente, Nacarid Portal, venezolana que su agente define como ¡°nuestra Federica Moccia¡± (al superventas italiano tambi¨¦n lo representa).
Mientras Berta Bruna atiende a su coagente polaco (pertrechado con un termo), en Pontas reciben a una film-scout (trabajan para productoras cazando potenciales historias para adaptarlas a cine y televisi¨®n). ¡°Cada vez las grandes productoras de Hollywood vienen m¨¢s aqu¨ª¡±, se lamenta la scout, que va desechando t¨ªtulos a la velocidad que Soler-Pont dice que le enviar¨¢ un pitch (propuesta audiovisual) de otros, pero es receptiva a una especie de comedia familiar que ha comprado ya el potente sello Scholastic y que tendr¨¢ segunda parte: ¡°Ah, si se convierte en serie, me interesa; eso es importante en televisi¨®n¡±.
No parece que se cierren muchos tratos. Depende del d¨ªa, nunca es igual, pero mucha cosa se ha hecho antes y el resto vendr¨¢ m¨¢s tarde y desde las oficinas, coinciden las agentes. ?Por qu¨¦ acudir, pues, a Fr¨¢ncfort? ¡°Hay cosas que s¨®lo sabes si miras a los ojos: en 20 minutos detectar¨¢s si te lo publicar¨¢n nunca; y luego el encuentro acelera el proceso comunicativo digital¡±. Quiz¨¢ por eso Sandra Bruna le ha preguntado a la editora rusa si se hab¨ªa cortado el pelo; o Pontas apunta en su libreta (las archiva cada a?o) el nombre de los mellizos de un contacto, mientras saca ya (16.30 horas) el dopaje: pasillas para la garganta, miel y te especial para ¡°voz clara¡±, seg¨²n la tapa.
Megafon¨ªa avisa a las 18.30 del cierre de la feria. Pero las agentes siguen: Soler Pont tiene una cena y Sandra Bruna, una ¨²ltima cita en el hotel. Nunca se sabe cu¨¢ndo asoma el negocio: la misma noche de su llegada, ataron un contrato para ser coagentes del ya ex estrella de la NBA Kobe Bryant, que pretende editar libros a partir de los valores del deporte.
¡°Lo que vamos a vivir aqu¨ª no se repetir¨¢ nunca m¨¢s; aprov¨¦chalo¡±, viene a decir la filosof¨ªa del Ichigo-Ichie. En la zona de los agentes literarios de la feria de Fr¨¢ncfort la escena se repite, durante cuatro d¨ªas, cada a?o, a cual m¨¢s intenso.
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Babelia
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