El fuerte tir¨®n taurino de la Semana Santa de Sevilla

El cartel de ¡®no hay billetes¡¯ se colg¨® antes de las doce de la ma?ana. Taquillazo gordo, y ¨¦xito sin precedentes de la Hermandad de la Macarena de Sevilla, organizadora del festejo. A las cinco y media de la tarde, con un calor abrasador, la plaza sevillana luc¨ªa bellamente engalanada y abarrotada de p¨²blico como un Domingo de Resurrecci¨®n.

Se demuestra, pues, el fuerte tir¨®n taurino de la Semana Santa de esta ciudad; o los hermanos y simpatizantes macarenos son legi¨®n, que lo son; o son muy solidarios, que tambi¨¦n, o es que hay mucho taurino escondido a la espera de que alguien le 'venda' un producto interesante para pasar por la taquilla.

En fin, que la famosa hermandad de la muy conocida y venerada Virgen Macarena podr¨ªa ofrecer un master para contar a los empresarios qu¨¦ se debe hacer para llenar una plaza de toros. Y eso sin que el festejo tuviera car¨¢cter de acontecimiento por su contenido porque no se trataba m¨¢s que de un festival ben¨¦fico y, como tal, con reses muy escogidas, toreros amables y nula exigencia de los tendidos.

No obstante, el festejo vivi¨® algunos momentos emotivos, una an¨¦cdota y una decepci¨®n morantista y muy escasos detalles taurinos. Lo normal para un festival.

La plaza se puso en pie y acompa?¨® con una cerrada ovaci¨®n a la banda del Maestro Tejera durante toda la interpretaci¨®n del himno nacional desde el mismo ruedo, donde el conjunto musical celebr¨® su 80 aniversario desde que iniciara su relaci¨®n con la plaza sevillana.

He ah¨ª el primer momento emotivo, que sigui¨® con un lento pase¨ªllo, y el minuto de respetuoso silencio que se guard¨® en memoria de las v¨ªctimas de las inundaciones de Mallorca.

D¨¢vila Miura, en representaci¨®n de la entidad organizadora, brind¨® la muerte de su novillo a sus compa?eros de cartel en agradecimiento por su participaci¨®n en esta acci¨®n para las necesidades asistenciales de la hermandad.

Y poco m¨¢s. No fue emocionante, pero s¨ª llamativo constatar el corte de pelo de Morante de la Puebla, lo que le ha permitido recuperar una imagen rejuvenecida.

Y una decepci¨®n: el novillo de Miura que iba a lidiar el torero de La Puebla result¨® ser un tullido moribundo que hubo de ser devuelto a los corrales. El gozo en un pozo. La ¨²nica novedad del festejo se diluyo en cuanto el animal evidentes su nula fortaleza.

?Y el apartado taurino? El festejo dio muy poco de s¨ª. Quiz¨¢, a causa de los muy escogidos novillos, que parec¨ªan hechos a mano, a medida, para no molestar. Corderitos todos ellos, amabil¨ªsimos, muy blandos de remos, que anduvieron por el albero como almas en pena y, como tales, no aportaron nada al ¨¦xito del espect¨¢culo. La excepci¨®n la protagoniz¨® el ejemplar de Garcigrande, bravo en el caballo, codicioso en banderillas y repetidor en la muleta, con del que Manzanares no termin¨® de acoplarse.

A Pepe Luis V¨¢zquez se le vio muy precavido. Muy suelto Rivera con el capote, entusiasta con los arpones y bullanguero con la muleta. Insulso D¨¢vila, muy despegado siempre, ante un novillo repetidor. Dispuesto en todo momento Morante ante un ¡®torrestrella¡¯ apagado. Se estir¨® a la ver¨®nica en este y en el novillo de D¨¢vila, pero el p¨²blico quiso ver mucho m¨¢s de lo que realmente vio. Valent¨®n y responsabilizado Roca Rey ante un animal tullido, y de nada le sirvi¨® el examen al novillero Manolo V¨¢zquez, porque su ¡®juguete¡¯ no le permiti¨® demostrar sus te¨®ricas cualidades.

Noche cerrada en Sevilla era cuando finaliz¨® el festejo tres horas de duraci¨®n. Lo mejor, sin ninguna duda, el taquillazo.