La Dama de Elche, de reina mora a icono patri¨®tico del franquismo
La arque¨®loga Carmen Aranegui publica un estudio que recorre la historia de la joya del arte ib¨¦rico y tercia sobre su posible traslado
¡°La Dama de Elche tiene la gloria de una reina y posee el atractivo de un ¨¢ngel con la fuerza de una amazona¡±. Salvador Dal¨ª ha sido uno de los artistas rendidos a la belleza de esta figura. Han pasado 121 a?os desde que la joya del arte ib¨¦rico fue descubierta en una finca de La Alcudia, a tres kil¨®metros de Elche. Aupada como esencia de Espa?a, tanto en la Rep¨²blica como, sobre todo, en el franquismo, la idolatr¨ªa hacia esta escultura del siglo IV antes de Cristo propici¨® ¡°un grado de manipulaci¨®n tal que incluso lleg¨® a alejar a los investigadores de su estudio un tiempo¡±, dice a EL PA?S la arque¨®loga Carmen Aranegui Gasc¨®, catedr¨¢tica em¨¦rita de la Universidad de Valencia, que ha publicado La Dama de Elche (editorial Marcial Pons). En este libro, lamenta que de la Dama ¡°hayan interesado m¨¢s los aspectos sentimentales que el estudio de su contexto¡±.
Ese momento clave fue el 4 de agosto de 1897, cuando unos peones agr¨ªcolas instalaban un regad¨ªo y plantaban granados en la finca de La Alcudia. El busto apareci¨® como una pieza reaprovechada dentro de una pared. Tras ser mostrada unos d¨ªas en Elche, ¡°la reina mora¡±, como la llamaron los ilicitanos, parti¨® a Par¨ªs. "La arqueolog¨ªa internacional ten¨ªa una visi¨®n rom¨¢ntica de Espa?a como lugar ex¨®tico, de antiguas tradiciones¡±, explica la profesora Aranegui. Casualmente, un hispanista franc¨¦s, Pierre Paris, que acud¨ªa cada verano a Espa?a, estaba en Elche y se movi¨® r¨¢pido. Contact¨® con un banquero que pag¨® 4.000 francos al due?o del terreno, que ya hab¨ªa vendido otros hallazgos, y con los responsables del Louvre.
Por parte espa?ola, el arque¨®logo Pedro Ibarra, cronista del descubrimiento, lo hab¨ªa comunicado ¡°a la Real Academia de la Historia y a las autoridades de patrimonio, pero el 8 de agosto fue asesinado el presidente del Consejo de Ministros, Antonio C¨¢novas del Castillo, lo que dificult¨® cualquier respuesta oficial¡±, explica Aranegui.
El busto (¡°hay quien ha teorizado que era parte de una mujer sentada o en pie, pero defiendo que no es as¨ª¡±) recibe en Francia el nombre de ¡°dama¡± porque ¡°los anticuarios de la ¨¦poca hab¨ªan empezado a sustituir el nombre de Venus, con el que se bautizaba a las representaciones que se encontraban, por algo m¨¢s acorde con los tiempos¡±.
Uso funerario
Se suceden las investigaciones, como las que han apuntado que la Dama es una diosa, algo que Aranegui, que comisari¨® hace 20 a?os una gran exposici¨®n sobre arte ib¨¦rico en Par¨ªs, descarta: ¡°Creo que es una representaci¨®n de los valores de las ¨¦lites de aquella sociedad¡±. Tambi¨¦n recuerda un dato conocido, su uso funerario. ¡°Se analiz¨® su hueco de la parte posterior y se sabe que contuvo cenizas y restos de combusti¨®n de huesos humanos¡±.
?Qui¨¦n tall¨® semejante maravilla hace casi 2.500 a?os? ¡°Una aportaci¨®n de mi libro es que al estudiar el conjunto de La Alcudia se deduce que hubo un taller de muy buenos escultores en lo que era la ciudad ib¨¦rica de Ilici. Hoy, un 80% del yacimiento est¨¢ sin excavar¡±. El autor de la Dama fue minucioso en los detalles. ¡°Destaca el tratamiento del rostro, enmarcado en joyas, pero el objetivo del artista fue describir la joyer¨ªa y las telas de la vestimenta. No le interes¨® el lenguaje de la expresi¨®n anat¨®mica¡±.
El rostro hier¨¢tico de la Dama segu¨ªa en el Louvre, a pesar de que la Espa?a republicana reclamaba su devoluci¨®n. ¡°En producciones teatrales de Alberti y Mar¨ªa Teresa Le¨®n, Espa?a estaba personificada como la Dama. Y Margarita Xirgu se visti¨®, en el exilio, como la estatua para la Numancia de Cervantes. Las negociaciones continuaron tras la Guerra Civil. La Espa?a de la dictadura y la Francia colaboracionista de Vichy llegaron a un acuerdo, tras un tira y afloja por el intercambio de piezas. ¡°En el dif¨ªcil equilibrio de P¨¦tain, quer¨ªa acercarse a Espa?a para que Franco fuera m¨¢s neutral, menos amistoso con el Eje, y pens¨® que, devolviendo la Dama, as¨ª? suceder¨ªa¡±.
El regreso y su exposici¨®n en el Prado, desde junio de 1941, marcan el principio de la retirada de la bibliograf¨ªa internacional. "Se despliega la propaganda de que Espa?a es una civilizaci¨®n sin rival en cuanto a su antig¨¹edad". Su imagen se multiplica en sellos, r¨®tulos, marcas¡
El bloque de arenisca, de 65 kilos de peso y 56 cent¨ªmetros de altura, permanece en la pinacoteca hasta 1971, cuando es trasladada ¡°escoltada y en taxi¡± al Museo Arqueol¨®gico para realzar un centro que necesitaba una estrella. All¨ª sigue con su mirada penetrante. ?Puede trasladarse para exposiciones temporales, como se hizo, en 1965, a Elche? ¡°La pieza est¨¢ estabilizada en su conservaci¨®n, con precauciones no tiene por qu¨¦ ser un obst¨¢culo¡±. Sin embargo, la profesora Aranegui teme que al plantear esta cuesti¨®n suceda como otras veces, "cuando lo identitario irrumpe, la Dama pierde".
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