El ombligo de la musa de Dal¨ª y la f¨ªsica nuclear
CaixaForum de Sevilla expone los preliminares de ¡®Leda at¨®mica¡¯
El lanzamiento de las dos bombas at¨®micas en el sur de Jap¨®n en 1945 puso fin a la Segunda Guerra Mundial e impact¨® a la humanidad. Tambi¨¦n a Salvador Dal¨ª que le llev¨® a abandonar el surrealismo ¡ªmovimiento que le dio reconocimiento internacional, pero fue el motivo por el que su familia le dio la espalda¡ª y a iniciar un camino que acab¨® abrazando la cultura cl¨¢sica y el catolicismo. El artista pas¨® del ate¨ªsmo al ¡°soy cat¨®lico, apost¨®lico y romano¡± que le gustaba anunciar.
Curioso por naturaleza, Dal¨ª sinti¨® pasi¨®n por la energ¨ªa nuclear y por la f¨ªsica, tras descubrir que, en realidad, un ¨¢tomo, era un vac¨ªo; un n¨²cleo y unos electrones que giraban a su alrededor; pero que, en medio, no hab¨ªa nada. ¡°La explosi¨®n me estremeci¨® s¨ªsmicamente. Desde entonces, el ¨¢tomo fue mi tema preferido. Muchos de los paisajes pintados en ese periodo expresan el miedo que experiment¨¦ con la noticia de aquella explosi¨®n¡±, escribi¨® Dal¨ª en 1973. Y eso acab¨® reflejado en obras como Leda at¨®mica, pintada entre 1947 y 1949. M¨¢s all¨¢ del mito griego ¡ªla doncella es seducida por Zeus bajo la apariencia de un bello cisne¡ª, el pintor represent¨® la f¨ªsica at¨®mica en la que ninguno de los elementos se tocan entre s¨ª, sino que est¨¢n en suspensi¨®n. Leda, a la que da vida una idealizada Gala desnuda, no llega a sentarse sobre el pedestal, ni toca con los pies el suelo ni acaricia con sus manos al cisne en una especie de coreograf¨ªa. Incluso el mar levita sobre la tierra. El CaixaForum de Sevilla exhibe esta peque?a obra en la muestra Dal¨ª at¨®mico, organizada por la Fundaci¨®n La Caixa y la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, en la que la pintura est¨¢ acompa?ada de los dibujos, fotograf¨ªas, libros y documentos para explicar el d¨®nde, el c¨®mo y el porqu¨¦ de la pieza, considerada por Dal¨ª como su primera obra maestra.
Dal¨ª, como hizo Leonardo con su Gioconda, pase¨® esta obra durante varios a?os. Comenz¨® a pintarla, durante su etapa americana, en su refugio cerca de Monterrey (California), un lugar costero que le recordaba a su anhelado Cap de Creus y Cadaqu¨¦s. La expuso, inacabada, en 1947 en la galer¨ªa Bignou de Nueva York y luego viaj¨® en 1948, cuando el pintor y su musa regresaron, triunfalmente, a Espa?a. Por entonces, ya la hab¨ªa incluido en su libro 50 secretos m¨¢gicos para pintar. Una obra en la que ¡°intenta ayudar a los j¨®venes pintores para que sean tan buenos como ¨¦l¡±, explic¨® ayer en Sevilla Carme Ruiz, comisar¨ªa de la muestra y miembro del Centro de Estudios de la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª.
Tras su regreso a Espa?a, Dal¨ª se presenta como el ¡°salvador¡± de la pintura moderna y publica Manifiesto m¨ªstico (1951), en el que deja claro que ha abandonado el surrealismo y adelanta los que ser¨¢n sus temas preferidos: los adelantos cient¨ªficos y los temas religiosos, protagonistas de obras como La madonna de Port Lligat, en la que las figuras de la Virgen y el Jes¨²s aparecen con los brazos y las piernas separados del cuerpo.
A trav¨¦s de unas 40 de piezas, Ruiz muestra c¨®mo Dal¨ª no escatim¨® tiempo ni esfuerzo para conseguir sus objetivos desarrollando un trabajo minucioso desde los apuntes r¨¢pidos y en¨¦rgicos a sus estudios preciosistas en detalles como los pedestales y sus volutas cl¨¢sicas. Tambi¨¦n puede verse que la fotograf¨ªa est¨¢ en la base de esta obra. En una instant¨¢nea se ve al cisne disecado que personific¨® a Zeus y, en otra, a Gala posando como Leda.
Seg¨²n la comisar¨ªa, ¡°Leda at¨®mica es una obra bisagra; representa el final de un proceso de cambio iniciado en los a?os cuarenta mediante el cual, sin abandonar los temas que lo estimulan, quiere emular a los cl¨¢sicos. Abandona el m¨¦todo paranoico-cr¨ªtico y dirige su mirada hacia el Renacimiento¡±. La obra ocupa desde 1974 un lugar privilegiado en el Teatre Museo de Figueres, junto a otras dos pinturas, como dispuso el artista: La cesta de pan y Gala de espaldas. Para Montse Aguer, directora de los museos Dal¨ª, ¡°¨¦l estar¨ªa encantado con la exposici¨®n en Sevilla, por que esta es la ciudad natal de su querido Vel¨¢zquez, de Murillo y del emperador Trajano, cuya columna, seg¨²n el pintor, hab¨ªa realizado Picasso¡±. Para no extra?ar su casa, en la exposici¨®n de Sevilla la obra se expone en una sala que reproduce, a base de cortinajes de terciopelo rojo, su h¨¢bitat habitual de Figueres. All¨ª estar¨¢ hasta el 3 de febrero. Luego viajar¨¢ a Caixaforum de Zaragoza.
La proporci¨®n ¨¢urea
La muestra de Sevilla ilustra tambi¨¦n c¨®mo Dal¨ª se vali¨® del conocimiento del matem¨¢tico rumano Matila Ghyka, con el que comparti¨® veladas y se carte¨®, para inscribir la composici¨®n dentro de la llamada proporci¨®n ¨¢urea; en la que todos los elementos aparecen equilibrados y arm¨®nicos, al inscribirse en el interior de una estrella de cinco puntas y un pent¨¢gono y haciendo que el ombligo de Gala sea el centro de la composici¨®n. Para Carmen Ruiz, comisaria de la muestra, el libro rojo que aparece representado no es la Biblia, como se suele decir, sino ¡°un gui?o a Ghyka por su ayuda¡±. Algo que le llev¨® a pedir al matem¨¢tico en una de sus cartas: ¡°Me corresponde un papel espiritual en el padrinazgo de su Leda¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.