Estafador de batalla y alcoba

Subvertir los c¨®digos del cl¨¢sico producto franc¨¦s de qualit¨¦, con ambientaci¨®n de ¨¦poca, exquisito dise?o de producci¨®n y cierto toque pol¨ªtico y social, a trav¨¦s de un tono par¨®dico con el que autoflagelarse desde la risa. Contar exactamente lo mismo de siempre, una historia de amor entre clases durante la ¨¦poca napole¨®nica, con venganzas, adulterios, sofocos, rencillas, batallas y asaltos al poder, pero de cachondeo.

No es f¨¢cil lo que pretende Laurent Tirard en Un seductor a la francesa, fi¨¢ndolo casi todo a que sus int¨¦rpretes alcancen los matices exactos. Sin pasarse en el histrionismo, porque la pel¨ªcula tampoco pretende ser una parodia descacharrante, pero sin quedarse cortos, porque el guion tiene los suficientes elementos burlescos como para perder su imagen impoluta de brillo y elegancia en cuanto las actuaciones se pasen de rosca. La dificultad, y la clave, por tanto, est¨¢n en tom¨¢rselo todo a risa manteniendo la imagen de seriedad. Y le sale relativamente bien.

Tirard, tambi¨¦n coguionista junto a Gr¨¦goire Vigneron, compone el divertido retrato de un estafador de batalla y alcoba, un falso h¨¦roe tan cobarde en las guerras napole¨®nicas como h¨¢bil en el gui?o chulesco y el fornicio. Y ah¨ª Jean Dujardin, encasillado desde el ¨¦xito mundial de The artist, y que quiz¨¢ no tenga muchos m¨¢s registros, encaja como un candado. Pero no solo ¨¦l. Tambi¨¦n su contraria, una especie de hero¨ªna feminista de novela de Jane Austen, a la que interpreta M¨¦lanie Laurent, adem¨¢s de las formidables No¨¦mie Merlant, desternillante como hermana zumbona y sadomaso, y Evelyne Buyle, vieja dama del teatro franc¨¦s, acostumbrada a Moli¨¨re y Pirandello, que estalla en cada r¨¦plica y cada segundo plano como madre en la inopia.

Comedia de enredo de amor y lujo, con jocosos ecos de El regreso de Martin Guerre (1982) y hasta de Barry Lyndon (1975), junto a divertidos anacronismos (las estafas piramidales nacieron en la Francia de 1812), Un seductor a la francesa tiene aspecto de bobada de corto alcance y de poca entidad. Pero sorprende de principio a fin.