Javier Rey, estrella a su pesar
El protagonista de 'Fari?a', curtido en mil batallas televisivas, logra su primer protagonista en cine con 'Sin fin'
Javier Rey (Noia, A Coru?a, 1980) es puro caso hormiguita: alguien que ha trabajado sin descanso, escalando posiciones, afianzando su situaci¨®n gracias a tes¨®n y esfuerzo. Y su curr¨ªculo, por tanto, sirve como recorrido del panorama televisivo espa?ol de los ¨²ltimos a?os: Amar en tiempos revueltos, Isabel, Hispania, La chica de ayer, Operaci¨®n Malaya, Bandolera... hasta alcanzar el ¨¦xito con Velvet y Velvet Colecci¨®n. Ah¨ª su rostro se hizo popular, lleg¨® el momento del refrendo de la audiencia. Pero faltaba un punto m¨¢s, y entr¨® Fari?a, serie de Antena 3 en la que el actor encarn¨® a Sito Mi?anco, rey del narcotr¨¢fico gallego.
Rey demostr¨® que hay int¨¦rprete para rato, y que la labor constante obtiene sus frutos. Y por si hubiera dudas, se suma su primer papel protagonista en el cine, Sin fin, nacido de su colaboraci¨®n con los hasta ahora reputados cortometrajistas Jos¨¦ y C¨¦sar Esteban Alenda, que al llegar al largometraje no han dudado en repetir con sus actores fetiche: Rey y Mar¨ªa Le¨®n. "Mis d¨ªas van por horas", asegura Rey. "Reconozco que voy despistado, que mi cabeza da lo que da. En fin, es un momento muy bonito". Lo dice porque el gallego ha mezclado la promoci¨®n del filme con los ensayos en Barcelona de su nueva serie, Hache, para Netflix y con la obtenci¨®n del premio Iris al mejor actor de serie por Fari?a. Justo cuando ha acabado otro rodaje, el del drama El silencio de la ciudad blanca, de Daniel Calparsoro. "Fari?a me ha cambiado la vida, pero como otros trabajos. Esta sensaci¨®n me huele a conocida, aunque es cierto que en esta ocasi¨®n puede que haya m¨¢s ruido, premios...", confiesa.
Sin fin ¡ªestrenada el pasado fin de semana¡ª es tan drama como thriller fant¨¢stico: una pareja se est¨¢ resquebrajando emocionalmente y Javier ¡ªlos cineastas han llamado a los personajes con el nombre de pila de sus int¨¦rpretes¡ª es consciente de su grado de culpabilidad. Su obsesi¨®n por la investigaci¨®n cient¨ªfica le ha empujado a abandonar su vida personal. Sin embargo, ser¨¢ justo la ciencia quien le eche una mano: ha descubierto c¨®mo viajar en el tiempo y eso le podr¨ªa servir para recuperar a Mar¨ªa. El apunte de la trama ya estaba en el corto Not the End (2014), y estos cuatro a?os les han servido a los hermanos Esteban Alenda para encontrar la financiaci¨®n y apuntalar el guion. "Estoy muy orgulloso de esta pel¨ªcula. Forma parte de esto gracioso que nos pasa a los actores, que vivimos la intensidad de los ensayos y del rodaje... y despu¨¦s te vas y la pel¨ªcula prosigue su recorrido, hasta que te la reencuentras en la promoci¨®n". Dicho eso, insiste: "Ha sido un reencuentro feliz". Un devenir que en este caso se ha completado tras un lustro de colaboraci¨®n. "El corto ya fue pensado como un largo. Dimos vida a sentimientos y situaciones en pantalla, en aquel momento iguales a las de ahora, pero adem¨¢s nos sirvieron para saber en qu¨¦ no caer. Por ejemplo, en lo t¨¦cnico aprendimos en las secuencias del atardecer, complicadas porque el sol no espera, y en lo interpretativo para ahondar en la verdad de los personajes".
La ciencia ficci¨®n de Sin fin tiene que ver m¨¢s con los sentimientos que con las alharacas de los efectos, se siente m¨¢s cercana a, por ejemplo, Una cuesti¨®n de tiempo (2013), de Richard Curtis. "No quise recuperar pel¨ªculas parecidas, como pueda ser tambi¨¦n Blue Valentine, porque tienes que tener cuidado por si recurres a esos recuerdos en tu interpretaci¨®n cuando en realidad son proyectos distintos. Creamos a partir de lo que ten¨ªamos entre las manos", recuerda el actor, que por cierto en su voz no conserva ni un deje de su acento gallego materno, al que tanto partido sac¨® en Fari?a.
?A qu¨¦ le tuvo miedo Rey en Sin fin? "A que encarno a un personaje en dos tiempos, muy cercanos en l¨ªnea temporal, muy cambiados en lo emocional, y que el espectador entendiera esa evoluci¨®n contra natura. Javier tiene que tomar decisiones, algo que no lleva en su ADN y ni siquiera sabe c¨®mo hacerlo, y corr¨ªa el peligro de que parecieran dos personajes distintos". Para mayor complejidad, en Sin fin se entrecruzan dos l¨ªneas narrativo-temporales: en la primera asistimos al primer encuentro de la pareja, en la Espa?a de Mecano, las casetes de gasolinera y los viajes eternos en autob¨²s, y en la segunda a esa recuperaci¨®n amorosa en la que interact¨²an dos Javieres. En total, Javier Rey por triplicado. "Busco siempre lo que tengo en com¨²n con mi personaje para regal¨¢rselo, aunque aqu¨ª posee un mundo tan particular, una mente matem¨¢tica que yo no tengo que investigu¨¦ m¨¢s a mi alrededor que en mi interior. Me cost¨® y me gener¨® ansiedad".
Rey forma parte de una generaci¨®n de actores que de repente est¨¢ creciendo al albur de las plataformas digitales. ?Le preocupa en qu¨¦ aparato o en qu¨¦ formato le va a ver el p¨²blico? "No. Los tiempos cambian, los soportes cambian. Este un momento m¨¢s. Apasionante porque se consume mas ficci¨®n. Yo no pienso en cine o televisi¨®n". Pero el eco es distinto. "Cierto. Tengo muchos amigos que no se dedican a este oficio, y hay una conversaci¨®n recurrente sobre qu¨¦ serie est¨¢s viendo ahora. Se crea un efecto domin¨®. Todo se ha globalizado y a la vez las audiencias piden mayor calidad. Ese detalle me parece buen¨ªsimo: para mi trabajo y para atraer a otro p¨²blico. Muchas series de televisi¨®n le ganan por goleada en complejidad a algunas pel¨ªculas".
No es la primera pel¨ªcula de Javier Rey, pero s¨ª su primer protagonista. ?Subida de escalaf¨®n, llegada al estrellato? "No, por favor. Es una cosa m¨¢s, un proceso natural. Tengo la fortuna de que me llegan cada vez m¨¢s personajes m¨¢s complejos. No siento que sea un ascenso por una escalera, sino que pertenece al devenir habitual de un actor, como lo es que no suene el tel¨¦fono. Somos trabajadores por obra, al servicio de otros. Y crece o decrece el volumen de servicio". Contra ese estrellato fatuo, Rey lucha paseando por su barrio madrile?o con su hijo y su perro, como otro transe¨²nte m¨¢s. "Y que dure. Este momento laboral me alcanza cuando hay personajes de mediana edad superatractivos. Y cuando tengo los pies en el suelo, sabiendo lo que soy y lo que no soy. A m¨ª no haber tenido ¨¦xito joven me oblig¨® a seguir form¨¢ndome mucho, a autoexigirme m¨¢s. Al final fue una suerte".
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