Una breve descarga
El Art Ensemble of Chicago inaugura el festival de jazz de Madrid con un recital intenso aunque un tanto escaso
Con un viejo ritual, los m¨²sicos del?Art Ensemble of Chicago (AEC) mirando a Oriente y guardando unos momentos de silencio antes de empezar a tocar, arranc¨® anoche el Festival Internacional de Jazz de Madrid (hasta el 30 de noviembre). Y lo hizo con la sensaci¨®n de que soplan nuevos vientos en la cita. Hace algunos a?os habr¨ªa sonado poco probable que un colectivo hist¨®rico de free jazz abriese el ciclo de conciertos en el escenario noble (y dif¨ªcil de llenar) de la sala Guirau del Teatro Fern¨¢n G¨®mez. Puede que algo est¨¦ cambiando, a juzgar por el p¨²blico que agot¨® las entradas con una notable representaci¨®n joven, y, sobre todo, puede que los programadores hayan sabido detectarlo a tiempo.
L¨¢stima que el concierto no contara como una de esas epifan¨ªas de las que no hay vuelta atr¨¢s posible. El colectivo, fundado a finales de los sesenta en el sur de Chicago como una facci¨®n de la AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians), cuenta hoy con uno solo de sus miembros originales, el elegante saxofonista Roscoe Mitchell, que lider¨® un recital con momentos de intensidad, s¨ª, pero tambi¨¦n demasiado corto y algo cansado. Es verdad que se hallaban al final de la gira europea con la que andan (casi) celebrando su medio siglo de vida (el confeti llegar¨¢ en 2019). Tambi¨¦n lo es que Mitchell y el baterista y percusionista Famoudou Don Moye, que se sum¨® en 1969 a la banda, una vez que el AEC se hab¨ªa mudado con todo el equipo a Par¨ªs, son dos lac¨®nicos y desconfiados septuagenarios. Pero la audiencia esperaba algo m¨¢s que un concierto de una hora en la primera visita a la ciudad en d¨¦cadas de una formaci¨®n legendaria.
Y eso que la cosa empez¨® con una sombr¨ªa intensidad que hac¨ªa presagiar grandes cosas. La banda atac¨® Dreaming the Master, composici¨®n del contrabajista Malachi Favors Maghostut (miembro fundador fallecido en 2004, cuyo puesto ocup¨® ayer Junius Paul), que gir¨® en torno a un monumental solo en el que Mitchell demostr¨® su hieratismo y su dominio de la respiraci¨®n circular. El primer asalto sirvi¨® para recordar a los dem¨¢s ca¨ªdos en combate: el elocuente trompetista Lester Bowie, muerto en 1999, y Joseph Jarman, que abandon¨® la banda en 1993. Tambi¨¦n para comprobar que la fanfarria del Ensemble, que en los a?os setenta se hizo conocido tanto por su jazz libre, ir¨®nico y ecl¨¦ctico como por sus atuendos y pinturas tribales, ha corrido a cargo en esta gira del absorbente percusionista senegal¨¦s Dud¨´ Kouat¨¦, armado con decenas de cachivaches y modos de cham¨¢n.
La audiencia merec¨ªa algo m¨¢s que un concierto de una hora en la primera visita a la ciudad en d¨¦cadas de una formaci¨®n legendaria
Despu¨¦s de recitar en italiano (!), Kouat¨¦ se sent¨® con Moye a las congas para interpretar una versi¨®n apocopada de Folkus, composici¨®n de este incluida en el cl¨¢sico de la banda Nice Guys (ECM, 1979). Para entonces ya estaba claro que el AEC se hab¨ªa marcado un guion un tanto r¨ªgido escrito en las partituras de los atriles en el que cada cual tuvo su protagonismo pautado, que en el caso de la chelista Tomeka Reid, uno de los nombres m¨¢s prometedores de la escena del jazz actual, result¨® m¨¢s bien escaso.
Mitchell entabl¨® interesantes di¨¢logos con el trompetista Hugh Ragin, y el conjunto volvi¨® a levantar el vuelo en la juguetona y funky Mama Wants You. Pero ya era demasiado tarde. El saxofonista recit¨® los nombres de los miembros del sexteto y un bis expr¨¦s puso fin a la velada.
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