Viaje a los peores sue?os de Juan Carlos I
La obra de teatro 'El rey', de Alberto San Juan, llega al cine "con menos frivolidad", seg¨²n su creador, y se convierte en uno de los platos fuertes del festival de Sevilla
El rey Juan Carlos se despierta. En ese estado de somnolencia, en el que durante segundos no sabe d¨®nde est¨¢ ni qu¨¦ hora es, empieza a recibir la visita de varios fantasmas que le trasladar¨¢n a su infancia, su educaci¨®n bajo el control de Franco, su mando a trav¨¦s de la Transici¨®n y su abdicaci¨®n en favor de su hijo, Felipe VI. Alrededor de su trono, cruzan sus pasos el dictador, Adolfo Su¨¢rez, Juan Luis Cebri¨¢n, Felipe Gonz¨¢lez, Luis Carrero Blanco, Rodolfo Mart¨ªn Villa, Henry Kissinger o Salvador Puig Antich, entre otros, sumergiendo al exmonarca en un duermevela que dura hora y media, un viaje en el tiempo que dramatizaba la obra El rey, de Alberto San Juan, y que ahora repite la pel¨ªcula hom¨®nima, que se proyecta por primera vez en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde el filme, codirigido por San Juan y Valent¨ªn ?lvarez, veterano director de fotograf¨ªa, es uno de los platos fuertes. A Juan Carlos I le da vida Luis Bermejo; el resto de los personajes los encarnan, sin grandes trucos de maquillaje, Willy Toledo y San Juan, que decidi¨® raparse para acercarse f¨ªsicamente a Franco.
Lo que para unos fue un ejemplar paso de una dictadura a un Gobierno democr¨¢tico, para San Juan tiene algo de pesadilla, de mala resoluci¨®n de cuatro d¨¦cadas de terror. Por eso escribi¨® El rey, que durante dos a?os fue llenando de teatro en teatro. ¡°La cre¨¦ bastante r¨¢pido, como todo lo que he hecho en estos ¨²ltimos a?os, desde que se acab¨® la compa?¨ªa Animalario¡±, apunta el actor y director, que inmediatamente cre¨® el Teatro del Barrio.? "Lo mismo pas¨® con este rodaje, por lo que con la c¨¢mara ya filmando nos dimos cuenta de que soluciones que funcionaban en un escenario resultaban pobres en la pantalla. Son dos lenguajes distintos¡±, dice San Juan.
El actor y director madrile?o insiste en que no han querido grabar una obra de teatro, que han querido producir una pel¨ªcula, con un estilo cercano a Dogville, de Lars Von Trier. ¡°Hay un trabajo meticuloso de Valent¨ªn en la fotograf¨ªa y en la posici¨®n de la c¨¢mara. Tampoco ten¨ªamos mucho tiempo ni dinero, la rodamos durante una semana encerrados en el Teatro del Barrio¡±. Fue, seg¨²n palabras de Bermejo, "una intensa sesi¨®n claustrof¨®bica para recrear esa atm¨®sfera oprimente". Porque, reconoce San Juan, esa desnudez de decorados apoya la inmersi¨®n del espectador, ¡°el viaje a la mente de alguien visitado por sus monstruos¡±.
Para su salto a la pantalla, San Juan decidi¨® pulir la obra. ¡°Hemos quitado cachondeo. Hab¨ªa cosas que me resultaban demasiado fr¨ªvolas para que quedaran para siempre¡±, sonr¨ªe. ¡°He intentado ser m¨¢s riguroso¡±, y en esa seriedad, apunta el autor, entra el hecho de que bastantes de los soliloquios se basan en textos reales. "Aunque subrayo que la forma de mostrarlos es una ficci¨®n".
Curiosamente, Juan Carlos I no es el personaje peor parado de la obra. "Quisimos abordarlo en su complejidad. Por un lado no nos interesaba su vida privada, en especial la sentimental, sino su acci¨®n en la vida p¨²blica y el papel que ha jugado en Espa?a. Pero para entender este papel interesa encararlo como ser humano, lleno de miserias y de ternura como somos todos. Y adem¨¢s lo interpreta Luis Bermejo, un actor en el que la humanidad resulta evidente¡±. Para Bermejo, que responde por tel¨¦fono, "la infancia del rey fue un largo lavado de cerebro". "He intentado comprenderle, implic¨¢ndome emocionalmente, lo que no quiere decir que lo justifique. ?Sabes lo que me asombra de ¨¦l? Tras leer documentos y documentos, no hay ni un atisbo de autocr¨ªtica. En fin, yo he intentado habitarlo en todas sus palabras", afirma el actor.
Lo mismo pasa con Franco, que encarna San Juan desde la huida absoluta de la caricatura: "Es f¨¢cil caer en la comedia por su f¨ªsico y su voz. Sin embargo, era un genocida tremendo. No creo en el mal como algo puro, pero este hombre se acerc¨®. La gran desgracia de este pa¨ªs fue su dictadura de 40 a?os, y su alargada sombra hasta la actualidad".
Producto de la educaci¨®n
Para el dramaturgo, el rey Juan Carlos es producto claro de una educaci¨®n. ¡°Tuvo una infancia terrible, de abandono y soledad. Puede que la gente espere que seamos m¨¢s contundentes con ¨¦l. Pero nosotros reservamos la mirada cr¨ªtica para la monarqu¨ªa y su efecto en la vida democr¨¢tica. En estos 40 a?os la ha encarnado este se?or, aunque para m¨ª el problema no son los reyes y los banqueros, sino la monarqu¨ªa y la banca, est¨¦ quien est¨¦. A cada uno le toca representar un papel en la vida, lo que no justifica todo lo que haces, que para eso poseemos el libre albedr¨ªo y la capacidad de decisi¨®n", dice San Juan. Y prosigue: "Lo que ocurre es que si vienes de un mundo demencial como es la monarqu¨ªa debe de ser dif¨ªcil salir de ah¨ª. Para la princesa Leonor, emanciparse de la estructura en la que est¨¢ creciendo ser¨ªa una gesta heroica. Yo, como Jaime Pe?afiel, creo que no reinar¨¢. Es curioso, para el advenimiento de la rep¨²blica quienes m¨¢s est¨¢n ayudando son la propia Familia Real y sus voceros¡±.
Seg¨²n el actor y director, El rey ¡ªque se estrenar¨¢ en salas comerciales durante el puente de la Constituci¨®n en diciembre¡ª forma parte del punto de inflexi¨®n en el que Espa?a est¨¢ desde el 15-M, "cuando se intent¨® modificar el curso de la historia que no ha variado mucho en 80 a?os, y queremos participar en ese debate desde el arte, porque siendo arte deseamos entretener y si es posible, apasionar".
A vueltas con el humor y las banderas
Alberto San Juan tiene claro que El rey ha salido adelante, "gracias a la producci¨®n y a la generosidad del Teatro del Barrio, y al de 1.200 aportaciones individuales que llegaron por el micromecenazgo". El actor ha sido programador y parte del consejo rector del Teatro del Barrio durante cuatro a?os y desde hace un a?o es uno m¨¢s en su estructura. "Corren malos tiempos para cierta cr¨ªtica. F¨ªjate en lo que ha pasado con Dani Mateo y su broma con la bandera espa?ola en El intermedio. Aunque lo que me dio m¨¢s pena fue que el programa se disculpara sin matizar, sin defender a su c¨®mico y a sus guionistas". Se ha perdido terreno. "Cierto, aunque hay cosas con las que creo que no deber¨ªa hacerse humor, como el maltrato a las mujeres, porque as¨ª se oculta el problema. Ahora, ?qui¨¦n soy yo para poner los l¨ªmites?".? ?Y sobre las banderas? "Lo que importa son las personas, no las banderas. Si quieres a un pa¨ªs, lo ser¨¢ por su paisaje, su m¨²sica, su gente, su comida, su humor, por lo que has vivido en ¨¦l, y no por himnos, banderas o estructuras estatales. Yo amo profundamente Espa?a. Me fascina, y no me identifico con la bandera y me siento muy alejado de las instituciones donde se toman las decisiones".
Babelia
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