El presidente en el ascensor
Los mejores libros sobre los dirigentes de Estados Unidos son grandes novelas americanas
![Los presidentes George H. W. Bush, Ronald Reagan, Jimmy Carter, Gerald Ford y Richard Nixon, en Simi Valley (California) en 1991.?](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LZOXM2EWSV2PP674DC76QQXSDQ.jpg?auth=8bbbf4840bdd1a4f522a5449b1a486db65e665aa2221d9c79d800f91528789c1&width=414)
John F. Kennedy viv¨ªa con la obsesi¨®n sobre qu¨¦ dir¨ªan de ¨¦l los libros de historia. No era distinto de otros presidentes de Estados Unidos. Aconsejaba a sus colaboradores que dejaran por escrito todo lo que ocurr¨ªa. Cre¨ªa que, si los suyos no lo explicaban, otros lo har¨ªan.
En abril de 1961, despu¨¦s de la chapucera invasi¨®n de la bah¨ªa de Cochinos, Kennedy le dijo a su consejero, el historiador Arthur M. Schlesinger, Jr.: ¡°Espero que hayas tomado nota de todo lo ocurrido¡±. Schlesinger cuenta el di¨¢logo en A Thousand Days (Mil d¨ªas), la historia sobre los menos de tres a?os de la presidencia, interrumpida por el asesinato de Kennedy en Dallas el 22 de noviembre de 1963.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/55YGXS5SNXM3NELVXFVQZ2T7PQ.jpg?auth=8a2bdce0c1ea4449ad339ef779ab90fbb02d36450198f7e7a29e37cc3144eeff&width=414)
Un lector podr¨ªa dedicar la vida ¨²nicamente a leer cr¨®nicas sobre presidentes y a¨²n no tendr¨ªa tiempo para dar cuenta de una bibliograf¨ªa que se ampl¨ªa sin cesar.?En Estados Unidos tiene arraigo la idea de los l¨ªderes que mueven la historia. Tambi¨¦n es un pa¨ªs donde la transparencia es un valor: el ciudadano tiene derecho a saberlo todo de sus mandatarios, hasta lo m¨¢s nimio.
Los libros de Bob Woodward ¡ªregistros casi notariales sobre las cocinas del poder¡ª pueden incluirse en un subg¨¦nero particular de los libros presidenciales: el de los estudios microsc¨®picos de un periodo de una presidencia. No es el ¨²nico subg¨¦nero. Est¨¢n los testimonios de colaboradores, como Mil d¨ªas, de Schlesinger, o, referido a la crisis con la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1962 por los misiles at¨®micos en Cuba, joyas como Thirteen Days (Trece d¨ªas), de Robert Kennedy, hermano del presidente. Otro subg¨¦nero: la ficci¨®n, que llega ah¨ª donde no alcanza a llegar el periodismo o la historia. Gore Vidal escribi¨® Lincoln y, m¨¢s recientemente, Thomas Mallon ha publicado valiosas novelas sobre las presidencias de Nixon y Reagan, Watergate y Finale.
Pero es la biograf¨ªa donde el g¨¦nero exhibe su esplendor. Historiadores como Robert Dallek ¡ªautor de vol¨²menes sobre Roosevelt, Kennedy y Johnson¡ª o Jon Meacham ¡ªJefferson, Jackson, Bush padre¡ª han hecho de ellas una especialidad, aunque la lista es larga. Doris Kearns Goodwin dio un giro a la literatura presidencial con un enfoque coral: publicado en 2005, Team of Rivals (Equipo de rivales) ¡ªla historia de Lincoln y sus colaboradores¡ª inspir¨® a Barack Obama cuando en 2008 meditaba si nombrar secretaria de Estado a su entonces rival Hillary Clinton. Otro cl¨¢sico contempor¨¢neo: David McCullough, bi¨®grafo de Adams y Truman, que conjuga documentaci¨®n exhaustiva con escritura elegante. Este es un rasgo com¨²n en los mejores ejemplos de un g¨¦nero que ha alcanzado sus mayores cuotas de excelencia con Robert Caro y la biograf¨ªa inconclusa ¡ªha publicado cuatro vol¨²menes y, a los 83 a?os, trabaja en el quinto¡ª del presidente Lyndon B. Johnson.
The Years of Lyndon Johnson (Los a?os de Lyndon Johnson) es m¨¢s que una biograf¨ªa. Es una panor¨¢mica de Estados Unidos entre los a?os veinte y los sesenta, y un estudio shakespeariano de la ambici¨®n y el poder. Un manual de pol¨ªtica con el estilo y el aliento de una saga decimon¨®nica, y un retrato psicol¨®gico de un ser torturado y fascinante, abyecto a veces, heroico otras y humano siempre.
Johnson viv¨ªa con un miedo at¨¢vico a caer en la pobreza. En sus primeros a?os en el Capitolio, sede del Congreso, el futuro presidente ve¨ªa a excongresistas que malviv¨ªan tras haber perdido el esca?o. Una imagen le obsesionaba. ¡°Una y otra vez¡±, escribe Caro, ¡°relataba c¨®mo en una ocasi¨®n, mientras sub¨ªa a un ascensor en el Capitolio, el ascensorista le cont¨® que ¨¦l hab¨ªa sido congresista¡±.
Entre los libros de historia y el trabajo en el ascensor, entre todo el poder y ninguno: la vida de algunos presidentes es la gran novela americana.
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