Vilde Frang y Gustavo Gimeno, los muchos detalles
Brillante arranque de la gira espa?ola de la Filarm¨®nica de Luxemburgo en el Kursaal
Arnold Sch?nberg sosten¨ªa que su m¨²sica, en realidad, no era moderna, sino que se interpretaba mal. Y no ironizaba el compositor de la Segunda Escuela de Viena, padre de la atonalidad y del dodecafonismo. Esta famosa sentencia arremet¨ªa contra los m¨²sicos que se limitaban a tocar exclusivamente las notas correctas, sin atender con id¨¦ntico esmero a los detalles de ritmo, expresi¨®n y velocidad indicados por el compositor en la partitura. No es dif¨ªcil aplicar esto mismo a Beethoven. Y, m¨¢s concretamente, a su Concierto para viol¨ªn (1806), una composici¨®n tan incomprendida en su tiempo como maltratada hoy. Un fascinante fresco musical donde las notas escritas son tan importantes como los innumerables detalles de articulaci¨®n, tempo y din¨¢mica, con los que el solista y la orquesta deben darles vida. Pero tambi¨¦n un traje a medida que el compositor de Bonn confeccion¨® para Franz Clement, un violinista cuyo sonido destacaba, seg¨²n un art¨ªculo de 1805 del Allgemeine musikalische Zeitung, por su ¡°delicadeza, pulcritud y elegancia indescriptibles, unidas a una ternura y pureza extremadamente delectables¡±.
Los mismos superlativos casi podr¨ªan repetirse para explicar la interpretaci¨®n de Vilde Frang (Oslo,1986), este domingo en el Kursaal donostiarra. Esta violinista noruega dio toda una lecci¨®n de musicalidad como solista del Concierto beethoveniano, dentro del arranque de la nueva gira espa?ola de Gustavo Gimeno (Valencia, 1976) al frente de la Filarm¨®nica de Luxemburgo. Frang, la peque?a de una familia de contrabajistas, a la que su padre convenci¨® para tocar el viol¨ªn, pues era lo ¨²nico que cab¨ªa ya en el coche familiar, es otro prodigio de la prestigiosa factor¨ªa de Ana Chumachenco. Ella ha desarrollado, no obstante, una inclinaci¨®n natural hacia la m¨²sica de c¨¢mara que respira por todos sus poros.
Frang busca siempre la conexi¨®n con la orquesta, tanto en sus comentarios musicales como en las respuestas y acompa?amientos. Tambi¨¦n en el momento m¨¢s delicado del Allegro ma non troppo?inicial, cuando el ambiente del desarrollo se torna melanc¨®lico en Si menor y aparece, por vez primera, la indicaci¨®n espressivo. Y no solo renuncia al lucimiento en la cadencia, donde toc¨® la compuesta por Fritz Kreisler muy acortada, sino que eleva, a continuaci¨®n, el pasaje m¨¢s desnudo de la obra para concluir el primer movimiento. El Larghetto fue todav¨ªa superior. La noruega explic¨® magistralmente esa licencia beethoveniana de interrumpir dos veces el discurrir de las variaciones para pararnos literalmente el coraz¨®n, con esos episodios cantabile. Renunci¨® a la cadencia en la transici¨®n al Rondo final, admirablemente pronunciado y con inusitadas din¨¢micas, o la resumi¨® en el movimiento final. Y no era cuesti¨®n de dudar de su capacidad t¨¦cnica, tal como demostr¨® en la l¨ªrica interpretaci¨®n del dificil¨ªsimo Allegretto poco scherzoso (amabile) de la Sonata para viol¨ªn solo n? 1, de Eug¨¨ne Ysa?e, que toc¨® como propina.
Brillante acompa?amiento de Gustavo Gimeno al frente de la Filarm¨®nica de Luxemburgo, que fue a m¨¢s en el segundo movimiento del Concierto beethoveniano. El director espa?ol no solo amold¨® el tono de la cuerda a la personalidad sonora de Frang, que nunca escatima el uso del vibrato, sino que teji¨® una alfombra ideal para que la noruega recorriera a su antojo la obra. Est¨¢ claro que hoy la talla de una orquesta se mide en su capacidad para tocar con extrema suavidad y sin deshilachar su sonido. Pero los luxemburgueses tambi¨¦n saben irradiar intensidad. Lo demostraron al comienzo del concierto en Nicht zu schnell, una orquestaci¨®n del primer movimiento del inacabado Cuarteto con piano, de Mahler, realizada por Colin Matthews. Este compositor ingl¨¦s, que colabor¨® con Deryck Cooke en su famosa versi¨®n de la D¨¦cima sinfon¨ªa mahleriana, consigue la proeza de encontrar al futuro Mahler dentro de su primer esbozo creativo. Y Gimeno no solo defiende ese planteamiento, sino que lo ensalza, hasta el extremo de convertir el desarrollo de la obra en un boceto de la futura e impactante Sexta sinfon¨ªa.
Pero la intensidad psicol¨®gica de las interpretaciones de Gimeno no solo funcionan con Mahler en los atriles. Y su versi¨®n de la Quinta sinfon¨ªa, de Chaikovski, fue lo mejor de la noche. Gimeno teje una versi¨®n firmemente sujeta a los detallad¨ªsimos pentagramas del ruso y sin miedo a las consecuencias emocionales que conlleva transformarlos en sonido. Se toma su tiempo para poner el motor en marcha en la introducci¨®n en Mi menor, con esos oscuros presentimientos acerca del destino, que encontramos en los diarios del compositor, y que alg¨²n bi¨®grafo ha relacionado no tanto con la homosexualidad como con su adicci¨®n al juego. La ausencia de pausa entre los dos primeros movimientos de la obra ensalza el Andante cantabile, con alguna licenza. Gimeno narra con precisi¨®n todos los avatares de este movimiento, como las dos violentas andanadas del destino que terminan en hundimiento con ese clarinete solitario. Para el tercer movimiento s¨ª hay pausa, pues lo siguiente supone un cambio de escena en toda regla: un encantador vals. Y Gimeno arranca el triunfante Finale con id¨¦ntico aplomo que en la introducci¨®n de la sinfon¨ªa, aunque ahora en un positivo Mi mayor. La llama se prende en el Allegro vivace y Gimeno no teme desatar a su orquesta en un camino trepidante hacia la victoria. Pero no perdieron la compostura. Y el concierto termin¨® con la elegante polonesa de la ¨®pera Eugenio Oneguin, de Chaikovski, como propina.
La gira de la Filarm¨®nica de Luxemburgo y Gustavo Gimeno con Iberm¨²sica seguir¨¢, este lunes 12 de noviembre, en el Auditorio Nacional de Madrid, con el mismo programa Beethoven y Chaikovski. Ma?ana, martes 13, tocar¨¢n, en el Palau de la M¨²sica de Valencia, el Concierto para viol¨ªn, de Beethoven, junto a la Cuarta sinfon¨ªa, de Mahler, con la soprano sueca Miah Persson como solista. El Auditorio madrile?o volver¨¢ a ser escenario de otro concierto, el jueves 15, con la referida Cuarta, de Mahler, y el Concierto para viol¨ªn n? 1, de Bart¨®k. Y seguir¨¢ el s¨¢bado 17, en Oviedo, con Beethoven y Mahler, c¨®mo ¨²ltima parada de una tourn¨¦e que se inici¨®, el pasado 6 de noviembre, en la Alte Oper de Fr¨¢ncfort del Meno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.