Yasmina Khadra: ¡°Un terrorista es alguien que busca una familia¡±
En su nueva novela, ¡®Khalil¡¯, el escritor argelino se mete en la piel de uno de los yihadistas que atentaron contra Par¨ªs en noviembre de 2015
Si el terrorismo aparece en muchas de las novelas de Yasmina Khadra (Or¨¢n, 1955) es porque dej¨® una marca profunda en el escritor cuando ejerc¨ªa de comandante del ej¨¦rcito argelino a cargo de la lucha contra el Grupo Isl¨¢mico Armado. Corr¨ªan los 90 y la organizaci¨®n terrorista dejaba un rastro de cad¨¢veres a su paso. ¡°Cargu¨¦ con beb¨¦s aplastados en mis brazos. Quienes me acusen de empat¨ªa no han entendido nada¡±, advierte el escritor al inicio de una entrevista en su editorial parisina. Lo dice porque en su nueva novela, Khalil (Alianza), se mete en la piel de uno de los kamikazes que perpetraron los atentados del 13 de noviembre de 2015 en Par¨ªs. Lo hace, adem¨¢s, adoptando la primera persona y describiendo con detalle el proceso que lleva a un chico de la calle a radicalizarse. No se trata de explicar ni de justificar nada, pero s¨ª de aportar un contexto. ¡°Lo considero un libro absolutamente necesario para evitar esa estigmatizaci¨®n que pretende instalarnos en la discordia¡±, se?ala Khadra, en uno de sus habituales ataques a ese ¡°movimiento intelectual¡± que agita la islamofobia en Francia, su pa¨ªs de adopci¨®n, asociando el problema ¡°al Cor¨¢n y al profeta¡±.
Cargu¨¦ con beb¨¦s aplastados en mis brazos. Quienes me acusen de empat¨ªa no han entendido nada
Khadra empez¨® a escribir el libro justo despu¨¦s del 13-N en Par¨ªs, del que este martes se cumplen tres a?os. Lo dej¨® correr un par de meses despu¨¦s, descontento con las primeras p¨¢ginas. ¡°No lo retom¨¦ hasta el verano de 2017, cuando veraneaba en mi casa de San Juan, en Alicante. De repente, sucedi¨® el atentado en Barcelona, la ciudad m¨¢s bonita del mundo. Me sorprendi¨® la reacci¨®n razonable de los espa?oles, que no hicieron amalgamas entre terroristas y musulmanes. ?Hasta el Rey de Espa?a se hizo fotos con unas chicas musulmanas! En Francia eso ser¨ªa inimaginable¡¡±, asegura el escritor. ¡°En realidad, un terrorista no es un extraterrestre, sino el hijo de una sociedad determinada. Es alguien que busca una familia, porque la suya se ha desentendido de ¨¦l¡±, agrega Khadra.
El autor tambi¨¦n insiste en se?alar la perversi¨®n del Islam que supone el yihadismo. ¡°Siempre digo que al Islam lo encarno yo y no el Estado Isl¨¢mico. Vivo sin odio y creo ser un buen ciudadano, un buen padre, un buen vecino y un buen amigo. El ISIS es una monstruosidad que hace m¨¢s da?o a su propio pueblo que a cualquier otro¡±.
En realidad, un terrorista no es un extraterrestre, sino el hijo de una sociedad determinada
De su experiencia en el ej¨¦rcito argelino guarda un recuerdo atroz. ¡°Es un trauma que te acompa?a de por vida. Es como sobrevivir al Holocausto o regresar de la guerra de Irak: la vida no vuelve a ser igual. Deja secuelas como lo har¨ªa un c¨¢ncer: est¨¢s curado, pero no est¨¢s a salvo de una reca¨ªda¡±, compara el escritor, que lleva m¨¢s de 20 a?os escribiendo con nombre femenino (el verdadero es Mohamed Moulessehoul). ¡°Lo escog¨ª para molestar a los machistas, tanto en el mundo musulm¨¢n como en Occidente, y porque es la ¨²nica forma de ser digno de mi mujer¡±, asegura sobre su seud¨®nimo, compuesto por los dos nombres de pila de su esposa. ¡°Nunca escribir¨¦ con mi aut¨¦ntico nombre. La gente me llama Yasmina por la calle. Yasmina tiene millones de lectores y ha sido publicada en 56 pa¨ªses. ?Por qu¨¦ deber¨ªa cambiarlo?¡±.
En su libro, no pasa desapercibido el parecido entre Khalil y Salah Abdeslam, el ¨²nico de los terroristas del 13-N que sali¨® con vida y que, m¨¢s tarde, confesar¨ªa a su primo que su cintur¨®n de explosivos hab¨ªa fallado cuando intentaba atentar contra el Estadio de Francia. Lo mismo sucede en la novela. Adem¨¢s, Khalil tambi¨¦n procede del barrio bruselense de Molenbeek, igual que Abdeslam. Aunque, seg¨²n Khadra, cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia. ¡°No me inspir¨¦ en Abdeslam. Cuando se descubri¨® lo del cintur¨®n de explosivos, el libro ya estaba en proceso de fabricaci¨®n¡±, asegura. ¡°De hecho, mi editora me llam¨®, alarmada. Cre¨ªa que hab¨ªa conseguido esa informaci¨®n a trav¨¦s de mis contactos en los servicios secretos¡±, sonr¨ªe.
Siempre digo que al Islam lo encarno yo y no el Estado Isl¨¢mico. Vivo sin odio y creo ser un buen ciudadano
Khadra asegura que casi todo lo que escribe se convierte en realidad, como si sus l¨ªneas invocaran al destino. Por ejemplo, en El atentado pronostic¨® la emergencia de mujeres kamikaze. En La ecuaci¨®n de la vida, se avanz¨® a los secuestros de cooperantes internacionales en ?frica. Y en su pen¨²ltimo libro, Dios no vive en La Habana, augur¨® el desenclave cubano. ¡°Se me deber¨ªa escuchar m¨¢s...¡±, concluye con una mezcla de sorna e inmodestia.
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