La vitrina del cine gay vuelve a Ecuador
El festival de cine LGTBI en Quito presenta este a?o seis cortometrajes
Las ganas de cineastas noveles y activistas gais por contar historias que escuezan a una sociedad santurrona han impulsado el cine LGBT en Ecuador. Y aunque los largometrajes se cuenten con los dedos de una mano, hay gran producci¨®n de cortos que cuentan con un espacio de exhibici¨®n en el festival de cine El lugar sin l¨ªmites, que se realiza cada noviembre, desde hace 16 a?os.
La vitrina de cine gay de este a?o reuni¨® a seis trabajos, algunos con aspiraci¨®n de convertirse en un largometraje, que nos acercan a hombres que defienden el trabajo sexual masculino, a hermanos distanciados por la homosexualidad de uno de ellos, a j¨®venes que se enamoran de su mejor amigo, a parejas transexuales que ocultan su naturaleza, a hijos afeminados que son rechazados por su madre. Hay que a?adir a esa lista las entrevistas hechas a personas que han sido punta de lanza para que la sociedad acepte la diversidad sexogen¨¦rica.
Buena parte de estas historias est¨¢n contadas por cineastas que han asumido su sexualidad y aprovechan los ensayos de la carrera para contar trozos de sus vidas. ¡°Como cineasta gay me gusta crear historias en donde pueda representar a miembros de la comunidad LGBT como seres humanos que atraviesan conflictos universales. Para nosotros la identificaci¨®n es la mejor manera de inclusi¨®n¡±, dice Julio Balde¨®n que produjo Un ed¨¦n para Helena, un corto sobre el amor no correspondido de un muchacho por su mejor amigo.
Y aunque la trama de chico ama a otro chico en silencio no es muy original, resulta vital para aquellos que empiezan a experimentar algo que no coincide con lo que se supone que deben sentir. ¡°Es importante para ellos que haya un lugar donde puedan ver una historia que los represente m¨¢s en pa¨ªses donde la visibilizaci¨®n apenas empieza o donde la vida gay se hace muy puertas adentro¡±, dice Mart¨ªn Deus, cineasta argentino que vino al festival con una pel¨ªcula similar, Mi mejor amigo.
El lugar sin l¨ªmites, a¨²n sin propon¨¦rselo, se ha convertido en un espacio de reconocimiento. Fredy Alfaro, organizador de la muestra y fundador de la asociaci¨®n Quito Gay, est¨¢ convencido que las pel¨ªculas son el inicio de ciertas charlas. ¡°No calculamos nada de esto, estaban por un lado las pel¨ªculas y nosotros pod¨ªamos convocar al p¨²blico gay, b¨¢sicamente parejas homosexuales, pero ahora es com¨²n ver que padres vienen con sus hijos para hablar del tema y entender qu¨¦ es ser gay¡±, dice.
Los cineastas que no son gais y se atreven con estos temas hablan de sensibilizaci¨®n. Eso fue lo que llev¨® a Diana Ruiz a entrevistar a siete personas de la comunidad LGBT. ¡°Trabaj¨¦ para intentar que nuestro entorno se sensibilice respecto a la tem¨¢tica, se ponga en los zapatos del otro y haga suya cada historia¡±, cuenta. Eso mismo movi¨® a Elio Pelaez, que junto varias historias para hacer el largometraje Vers¨¢tiles, en 2016. ¡°Mi mayor motivaci¨®n fue contar lo que est¨¢ pasando, hay un mundo por debajo de otro y mi responsabilidad como cineasta es contar la vida de personas que probablemente no tengan voz¡±.
La inclusi¨®n de estos temas en el cine no es nueva, pero cada vez se hace con m¨¢s respeto, lejos de los estereotipos hollywoodenses de otra ¨¦poca que causaron risas y resquemores: el gay afeminado (Algie the Miner, 1912) o el villano homosexual (Rope, 1948). Las pel¨ªculas de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales tienen espacios propios en festivales de renombre como San Sebasti¨¢n y la Berlinale, que entregan el premio Sebastiane y el Teddy Award, respectivamente. El premio Teddy es el m¨¢s antiguo, tiene m¨¢s de 30 a?os de historia y fue instaurado para que las pel¨ªculas con contenido homosexual tuviesen mayor relevancia en las salas de cine.?En el festival de cine gay tambi¨¦n se entregan galardones, los premios Max, que nada tienen que ver con los premios espa?oles del mismo nombre. La leyenda negra cuenta que los organizadores del festival se rompieron la cabeza buscando el nombre adecuado para sus estatuillas, y de repente a alguien se le ocurri¨® tomar el nombre de la mascota de uno de ellos, Max, y luego de las risas a todos les pareci¨® bien.
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