¡®Doctor en Alaska¡¯ para millenials y tuiteros
Si en la ficci¨®n contempor¨¢nea abundan los personajes c¨ªnicos es porque solo aceptamos la ambig¨¹edad moral si viene presentada en esa coraza
Me dio un vuelco literal al coraz¨®n (que confund¨ª con una angina de pecho) cuando le¨ª que volv¨ªa Doctor en Alaska, cimiento de mi educaci¨®n sentimental. No ser¨ªa quien soy si no me hubiera pasado tantas madrugadas pegado a la tele en un sal¨®n oscuro viendo pasar los d¨ªas de Cicely. Pero la ilusi¨®n me dur¨® muy poco. Como en aquello de Her¨¢clito, nadie se sumerge dos veces en la misma serie: ni ella ni el espectador son los mismos.
No era solo el miedo a enfrentarme con la idiotez rom¨¢ntica de mi adolescencia, sino la convicci¨®n de que no hay lugar para Doctor en Alaska hoy. La serie se cancel¨® en 1995 y habla de algo que suena estramb¨®tico en el siglo XXI: la aceptaci¨®n sincera del otro. Los personajes no son santos ni aspiran a ninguna perfecci¨®n, pero tampoco son c¨ªnicos o antih¨¦roes. Son inadaptados que han encontrado en el culo del mundo un lugar donde nadie les juzga. La gracia de Cicely -algo que le cuesta tanto entender al neur¨®tico Doctor Fleischman- es que cada cual se sabe raro y muy alejado de la menor virtud, pero lo acepta sin complejos.
En 2018, esa idea es casi subversiva. Que la gente viva reconciliada con sus contradicciones y dilemas morales, sin que nadie se los afee o intenten reformarlos, es impensable en tiempos de moralejas y didactismos. Si en la ficci¨®n contempor¨¢nea abundan los personajes c¨ªnicos es porque solo aceptamos la ambig¨¹edad moral si viene presentada en esa coraza. Entonces, s¨ª. Entonces podemos respirar tranquilos porque sabemos que ese personaje est¨¢ perdido y puede permitirse el lujo de ser malo o no ser del todo bueno. Pero no estoy seguro de que los nuevos inquisidores se traguen que hay gente buena que no es virtuosa o a la que la falta de virtud le importa un comino. No s¨¦ si en 2018 entendemos que se puede vivir en paz con tus zonas m¨¢s oscuras, sin que ning¨²n tuitero te amenace o ning¨²n diputado te escupa.
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