De entre los muertos
Desplechin imprime una agilidad atl¨¦tica a una propuesta tan potencialmente densa, ofreciendo una lecci¨®n magistral de control
En sus primeros minutos, el ¨²ltimo largometraje de Arnaud Desplechin empuja sobre el espectador una intrincada y din¨¢mica pel¨ªcula de espionaje, en torno a un agente doble desaparecido, que electriza la atenci¨®n con la misma eficacia con que el tramo m¨¢s ascendente de una monta?a rusa erizar¨ªa la piel de un pasajero. Y el s¨ªmil no es exagerado, porque Los fantasmas de Ismael, con su desbordante energ¨ªa expresiva y sus avasalladoras ganas de juego, tiene mucho de irresistible Dragon Khan intelectual. Esta no es, definitivamente, ninguna pel¨ªcula de esp¨ªas, pero s¨ª un generoso laberinto narrativo donde el propio autor, parapetado tras un repertorio de alter egos, autocitas, transferencias y referentes ajenos, juega al escondite con el espectador atravesando los diferentes planos de un relato donde pasado y presente, lo vivido y lo so?ado, experiencia y fabulaci¨®n se entrelazan y ramifican con una libertad que no niega una firme arquitectura interna.
LOS FANTASMAS DE ISMAEL
Direcci¨®n: Arnaud Desplechin.
Int¨¦rpretes: Mathieu Amalric, Marion Cotillard, Charlotte Gainsbourg, Louis Garrel.
G¨¦nero: drama. Francia, 2017.
Duraci¨®n: 133 minutos.
Los fantasmas de Ismael es una pel¨ªcula de (y sobre) crisis creativa que no gui?a el ojo al Ocho y medio (1963). Con mirada de lechuza insomne, Mathieu Amalric da vida a Ismael Vuillard, contrafigura del propio Desplechin, que, en pleno proceso de creaci¨®n de una pel¨ªcula, tendr¨¢ que lidiar con el regreso de la esposa (Marion Cotillard) que cre¨ªa muerta desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, presencia que tensar¨¢ su actual relaci¨®n sentimental (Charlotte Gainsbourg) y sus v¨ªnculos con el padre (L¨¢wszl¨® Sz¨¢bo) de la reaparecida, tambi¨¦n cineasta y, para mayor multiplicaci¨®n de ecos, especializado en el tema de la ausencia.
Desplechin imprime una agilidad atl¨¦tica a una propuesta tan potencialmente densa, ofreciendo una lecci¨®n magistral de control sobre una perpetua cuerda floja expresiva, mientras temas relevantes ¨Cla desigualdad de los afectos, la culpa sentimental, el narcisismo t¨®xico- se abren paso sin que pese nunca lo discursivo, porque, aunque Lacan est¨¦ bajo la alfombra, lo que prima es un muy singular sentido del espect¨¢culo. A diferencia de quienes la vieron en la edici¨®n 2017 del festival de Cannes, los espectadores espa?oles podr¨¢n disfrutar del montaje ¨ªntegro de esta pel¨ªcula, tan libre como cultivada, que transcurre dentro de una cabeza rota.
Babelia
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