¡®OT 2018¡¯ gala 11: qu¨¦ dif¨ªcil es hacer el amor en un Simca 1000
La mejor actuaci¨®n de la noche ha sido la de Famous, una persona absolutamente desconocida para el p¨²blico del programa
En la gala 11 de OT 1, Chenoa y David Bisbal cantaron Escondidos. En la gala 11 de OT 2017, Aitana asent¨® su segundo puesto con Procuro olvidarte. Ambas actuaciones pasar¨ªan a la historia del concurso no solo por su emoci¨®n abrumadora, sino por los sentimientos reales que representaban. Por el genuino cari?o que la audiencia sent¨ªa hacia sus int¨¦rpretes y el deseo de ver felices a esos concursantes. La mejor actuaci¨®n de la gala 11 de OT 2018 ha sido la de Famous, una persona absolutamente desconocida para el p¨²blico del programa.
La noche empieza con una actuaci¨®n de Ni t¨² ni nadie tan inocua que parece interpretada por el departamento de recursos humanos de una empresa durante la cena de Navidad. Marta por fin ense?a los brazos y canta One More Try no como una mujer que sufre, sino como una mujer que est¨¢ ya cansada de sufrir y que sabe que en esa ruptura ella tiene la raz¨®n. Cuando se lleva la mano al pecho sin fuerzas, pero sin llegar a toc¨¢rselo, consigue uno de los gestos m¨¢s viscerales de esta edici¨®n. Sin embargo, quiz¨¢ ya sea tarde para Marta en OT: el concurso no ha sabido o no ha querido moldearle un perfil art¨ªstico y profesional (como s¨ª est¨¢n haciendo a la perfecci¨®n con Miki). Y la escenograf¨ªa de restaurante que le han puesto, con el cuerpo de baile mir¨¢ndola con cara de estar en los Yelmo Cines Luxury a punto de pedir ¡°una pizza italy¡±, parece una broma a costa del futuro profesional de Marta tras su expulsi¨®n: la hosteler¨ªa. Y sus ¨²ltimas tres actuaciones han demostrado que en ese caso nos perder¨ªamos a una gran cantante.
Sabela canta El cuarto de Tula no como una estrella de la salsa, ni siquiera como Ana Guerra en su apogeo, sino como una muchacha que est¨¢ esperando el b¨²ho pero todav¨ªa no le ha bajado el subid¨®n de la fiesta. Resulta fascinante ver a Sabela en la academia, porque est¨¢ constantemente haciendo chistes que se nota que ella cree que son m¨¢s graciosos de lo que realmente son. Y del mismo modo, cuando el jurado habla de ella como si fuera Soraya Arnelas, acerca un poco m¨¢s a la gallega a ser la finalista de OT con menos actuaciones memorables en toda la historia del concurso.
Javier Calvo le promete a Famous que siente Stendhal cada vez que le ve bailar (Stendhal es como antes de internet se dec¨ªa ¡°la peluca en J¨²piter¡±), y Famous da otro salto en esta recta final dise?ada para su lucimiento crey¨¦ndose por fin que puede ser una estrella. Al menos durante tres minutos, luego puede volver a quedarse traspuesto. Famous se deja llevar por el flow como hace cualquier espa?ol en una discoteca crey¨¦ndose negro, con la ventaja de que ¨¦l es negro, y su rap mola porque no lo est¨¢ haciendo para nosotros, sino para s¨ª mismo.?Resulta po¨¦tico que un programa que apuesta por la sensibilizaci¨®n social expl¨ªcita se est¨¦ esforzando tanto en lanzar a Eurovisi¨®n a un chaval que pertenece a dos minor¨ªas distintas.
Un v¨ªdeo promociona la academia online de OT con los otros dos stendhalazos de esta edici¨®n (la cara de Mar¨ªa y el culo de Joan) y Julia por fin canta una canci¨®n que no parece sacada del repertorio de Mal¨². Sober, el tema con el que Demi Lovato les pidi¨® perd¨®n p¨²blicamente a sus padres por recaer en sus adicciones, se encrudece en la voz de Julia: ella la canta con verg¨¹enza. Y hablando de verg¨¹enza, que el decorado sea un bar confirma las sospechas de que el director art¨ªstico de OT monta las escenograf¨ªas metiendo la letra de cada canci¨®n de Google y d¨¢ndole a ¡°voy a tener suerte¡±.
Miki sigue preparando su carrera post-OT con Hijos de la tierra, que es la adaptaci¨®n musical de utilizar una lata de cerveza vac¨ªa como cenicero, y Natalia hace la croqueta sobre el piano con Bang Bang. Ella evoca a Michelle Pfeiffer en Los fabulosos Baker Boys pero muy cabreada, lo cual quiz¨¢ se deba a que va vestida con un mono de terciopelo que le habr¨ªa parecido pasado de moda hasta a Nika en OT2. Para los que no conozcan a Michelle Pfeiffer, verla en pantalla en 1989 era como vivir dentro de una de las velas de la actuaci¨®n de Amaia con Shake It Out. El jurado puntuar¨¢ a Natalia con cuatro dieces y, a tenor de su actitud durante la actuaci¨®n, ella tambi¨¦n lo piensa.
Como si cantar Crazy In Love, una canci¨®n m¨¢s grande que la civilizaci¨®n occidental que hasta Beyonc¨¦ interpreta sin cantar los estribillos para no ahogarse, no fuese ya una putada en s¨ª misma (que Alba ha elegido, por otra parte), Alba tiene que cantar Crazy In Love despu¨¦s de Famous. Todo el mundo alguna vez ha bailado esto en la discoteca como si estuviera haciendo un ritual de apareamiento, pero la actuaci¨®n de Alba demuestra que hay cosas que, sencillamente, los blancos no saben hacer. Y quiz¨¢ deber¨ªan dejar de intentarlo.?Las pantallas proyectan naipes, una propuesta tan delirante como una valoraci¨®n de Julia G¨®mez Cora: es inexplicable, es un bochorno y es imposible apartar la mirada de ella. Claramente el equipo art¨ªstico se li¨® y meti¨® la letra de Poker Face en Google.
Ana Bel¨¦n consigue, con cuatro palabras (¡°tu diafragma va picado¡±), aportar m¨¢s que Ana Torroja en 10 galas. Claro que el orzuelo de Roberto Leal tambi¨¦n ha aportado m¨¢s al concurso que Ana Torroja. Cuando habla, Ana Bel¨¦n tiene la textura de las magdalenas de Manuela Carmena, y los espectadores sienten que si alguna vez les comunican que tienen c¨¢ncer ojal¨¢ lo haga Ana Bel¨¦n. La que no tiene la voz tan caramelizada es Rosana, convertida en la l¨ªder de la secta The Leftovers, que canta una canci¨®n que parece estar invent¨¢ndose sobre la marcha con semejante desgarro que hace que Cristina Llanos (la de Dover) parezca Ariana Grande.
El jurado puntuando a los seis finalistas (Marta, a la velocidad que va la vida hoy en d¨ªa, ya debe de estar dici¨¦ndole a alguien ¡°tengo Brugal, tengo Cacique pero Negrita no me queda¡±) es lo menos televisivo que ha ocurrido en OT desde que Pilar Rubio hizo como que lloraba cuando salvaron a Jefferson. Las 30 valoraciones resultan vagas, abstractas, repetitivas y plagadas de frases 0'60 (excepto las de Ana Bel¨¦n, que podr¨ªa recitar la letra de Hipnotizadas de Lunae y ponernos la piel de gallina). La verdadera emoci¨®n de esta noche est¨¢ en Mar¨ªa comentando la gala en su Instagram. Si OT fuese una fiesta, las stories de Mar¨ªa ser¨ªan la cocina: el lugar donde est¨¢ la gente guay, donde est¨¢ la diversi¨®n de verdad y donde pueden pasar cosas.
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