Flechazos hist¨®ricos
Con muestras en activo en la Bienal de S?o Paulo, el Jeu de Paume de Par¨ªs y el CAPC de Burdeos, Alejandro Cesarco recuerda en su exposici¨®n en Madrid que la memoria es una ficci¨®n
El trabajo de Alejandro Cesarco (Montevideo, 1975) es una invitaci¨®n a dudar. No desesperen si se pierden al entrar en su exposici¨®n en la galer¨ªa Parra & Romero de Madrid. Es una muestra escueta, como las primeras p¨¢ginas de los libros, las de la dedicatoria. Todo est¨¢ lleno de desplazamientos relacionados entre s¨ª, como las bromas internas. Las ideas de admiraci¨®n y de influencia siempre han sido motivos recurrentes en una obra que es esquiva por naturaleza. No es la primera vez que una exposici¨®n suya se convierte en un ¨¢lbum de familia y en la que hay que asumir el rol de lector atento, una exigencia que investiga el nivel de mediaci¨®n que tiene cualquier forma de lenguaje.
Ese es el punto de partida aqu¨ª: las palabras no son neutras y la memoria puede ser una ficci¨®n. Todo est¨¢ lleno de tecnolog¨ªas de preservaci¨®n de la informaci¨®n, un dosier de facturas, una caja con fotos, el tama?o de estas, un libro, un museo, un feed de Instagram, un archivo estatal¡ El artista revisa todo tipo de formatos que almacenan memoria, c¨®mo se recopila, se analiza y se archiva, y c¨®mo desde ah¨ª empiezan a contar una determinada historia. Es decir, cuando el recibo de la compra se convierte en autobiograf¨ªa. Lo visualizamos si pensamos en los libros de nuestras bibliotecas. El posible orden alfab¨¦tico hace su trabajo, pero hay otro orden mucho m¨¢s aleatorio lleno de saltos cronol¨®gicos, de di¨¢logos entre los t¨ªtulos, de arquitecturas de escala y correspondencias de color. No hablemos cuando tecleamos una palabra en Google y los algoritmos que bailan alrededor.
Por esos detalles que son imposibles de catalogar es por donde se instala Alejandro Cesarco. Su ¨¦xito desde el cambio de siglo no se entender¨ªa sin contar con el paradigma de la teor¨ªa de la literatura tan influyente en el arte de los setenta, que ensalzaron el poder de narrar. Cesarco se encuentra en ese grupo de artistas en cuyas obras abundan los libros y los cat¨¢logos, as¨ª como las referencias a escritores y otros artistas. Ha pasado de mostrar portadas de libros a ¨ªndices de libros imaginarios que nunca escribir¨¢. Usa malentendidos impl¨ªcitos y desviamiento de significado. As¨ª, evidencia la imposibilidad de transmitir un mensaje que no est¨¦ intr¨ªnsecamente mediado por el hablante. Una invitaci¨®n a la conjetura: de un rinc¨®n de su escritorio, como en una de las fotograf¨ªas, o de la lista de todos los dibujos de uno de los libros m¨ªticos de la psicoanalista Marion Miller, tambi¨¦n en la exposici¨®n.
La suya es una narraci¨®n que se interroga por la misma dificultad de narrar una convulsi¨®n emocional. Un flechazo hist¨®rico de los que no enmudecen. Ese tembleque. Cuando el pasado es m¨¢s repetido que olvidado y se reconsideran los l¨ªmites de lo que se puede decir. No estamos lejos de la propuesta que ha lanzado en la actual Bienal de S?o Paulo. La dedica A nuestros padres y a cuestionar la repetici¨®n como t¨¢ctica metodol¨®gica. Lo hace como artista y como comisario estirando la condici¨®n dual que tanto le interesa. De hecho, ya habl¨® del c¨¢ncer de su padre en Present Memory (2010) y de c¨®mo su abuelo sobrevivi¨® al Holocausto en Zeide Isaac (2009). En Learning the Language (Present Continuous I, 2018), t¨ªtulo de su exposici¨®n en el Jeu de Paume de Par¨ªs y el CAPC de Burdeos, estira la estructura narrativa de las emociones con un v¨ªdeo sobre la pianista argentina nonagenaria Margarita Fern¨¢ndez. Un juego entre memoria, repetici¨®n y arrepentimientos.
Su canon pasa por los textos de Robert Walser, Marguerite Duras, Borges o Clarice Lispector. Roland Barthes est¨¢ ah¨ª, claro, con su idea de la muerte del autor, que es la que desaf¨ªa constantemente este artista tensando el miedo a la disoluci¨®n. El humor filtra sus miedos en esta exposici¨®n con una lista donde relata la diferencia entre los 32 y los 45 y un v¨¦rtigo a envejecer. Porque en esa idea de narrarlo todo existe el peligro de deshacerse de las cosas equivocadas y guardar las inexactas. O de quedarse la memoria demasiado vac¨ªa.
Alejandro Cesarco. Fotograf¨ªas en diferentes tama?os. Galer¨ªa Parra & Romero. Madrid. Hasta el 2 de febrero de 2019.
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