Una investigadora espa?ola para feminizar el pensamiento occidental
La fil¨®loga Carme Font recibe 1,5 millones de euros del Consejo Europeo para analizar el discurso subyacente en la escritura de las autoras entre los siglos XV y XVII
El pasado mes de julio Carme Font recibi¨® una buena noticia: el Consejo Europeo de Investigaci¨®n acababa de concederle un mill¨®n y medio de euros para feminizar el pensamiento occidental.
Durante los pr¨®ximos cinco a?os, esta discreta doctora en Filolog¨ªa Inglesa por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona se sumergir¨¢ en un legado tan ignorado como inabarcable: textos escritos por mujeres entre los siglos XV y XVII que no se consideran literatura ni obra intelectual. Hablamos de relatos ¨ªntimos, cartas, diarios, poemas y plegarias que fueron obra de mujeres an¨®nimas, no le¨ªdas o descartadas por tener un estilo ¡°poco formal¡±.
¡°Mi objetivo no solamente es recuperar textos escritos por mujeres de toda Europa¡±, explica Font, ¡°sino saber qu¨¦ es lo que nos dicen en su conjunto, interpretarlos en su colectividad¡±. Gracias a la financiaci¨®n de la Comisi¨®n Europea de su proyecto WINK (Women¡¯s Invisible Ink: Trans-Genre Writing and the Gendering of Intellectual Value in Early Modernity), Font podr¨¢ dirigir a un equipo de investigadoras que rastrear¨¢ archivos nacionales, bibliotecas p¨²blicas y privadas en busca de estas voces sepultadas.
No todo empez¨® con Jane Austen. Cuenta Carme Font que las mujeres del siglo XVII escrib¨ªan cuando encontraban un momento de paz en el hogar. ¡°En Inglaterra y en Alemania exist¨ªa el closet, una especie de cuartito diminuto de uso femenino que hab¨ªa en el dormitorio. Dentro sol¨ªa haber un relicario, estaba pensado para rezar. Pues bien, muchas mujeres escrib¨ªan all¨ª dentro. Valoraban mucho ese momento de soledad¡±. La mayor¨ªa de las veces las escribientes se inspiraba0n en la Biblia ¡ªsu ¨²nica lectura y su visi¨®n del mundo¡ª para deslizar comentarios y reflexiones sobre otros asuntos. Era habitual, por ejemplo, que empezaran redactando frases religiosas y terminaran echando pestes de sus maridos, o escribiendo un poema sobre el miedo a la enfermedad. Seg¨²n Font, un tema recurrente era el p¨¢nico hacia el sexo: ¡°Era traum¨¢tico para ellas. Las mujeres iban de un embarazo al otro y cada parto implicaba un riesgo de muerte. Muchas se preguntaban c¨®mo pod¨ªan ahuyentar a su marido en la cama¡±. En casos m¨¢s excepcionales, las divagaciones femeninas pod¨ªan versar sobre arte, pol¨ªtica y ciencia. Es el caso de la arist¨®crata brit¨¢nica Margaret Cavendish, que escribi¨® una novela sobre ¨¢tomos voladores en pleno siglo XVII.
A partir del estudio de estos textos, Carme Font pone en duda la religiosidad femenina de aquellos siglos: ¡°Su fe era de cara a la galer¨ªa. Sus problemas cotidianos no encontraban soluci¨®n en el rezo y no compraban el discurso religioso, sino que lo utilizaban para comunicarse o poder hablar en p¨²blico, como hicieron las profetas brit¨¢nicas¡±. Tambi¨¦n hubo monjas, como la famosa Galerana Baratotti, que cuestionaron el orden patriarcal en sus textos, como puede leerse en este fragmento: ¡°Mi coraz¨®n nunca ha tenido ocasi¨®n de irritarse con el sexo viril, pero cuando recuerdo el significado de las palabras enga?osas, pronunciadas por el primero de los hombres, que tambi¨¦n le fue dado a ella por Dios como compa?ero, no puedo m¨¢s que sentir un atisbo de ira¡± (Semplicita ingannata, 1654).
La mayor¨ªa de las autoras de estas cartas, diarios y poemas no fueron mujeres privilegiadas con acceso a bibliotecas y profesores de lat¨ªn, sino aquellas que ¡°sab¨ªan escribir y poco m¨¢s¡±. Por ese motivo, en opini¨®n de Font, poseen tanta viveza: ¡°Eran textos ca¨®ticos y repetitivos, pero tambi¨¦n los hab¨ªa viscerales y sofisticados¡±. Como ejemplo, estos versos que una holandesa llamada Anna Bijns escribi¨® en 1524: ¡°A bien digo que los hombres decentes escasean como los cuervos blancos / Renunciad a los castillos en el aire que levantar¨¢n para vosotras / Cuando su lengua ya ha cazado a un pajarillo / adi¨®s y hasta siempre, amor, este se esfuma¡±.
El objetivo del proyecto de investigaci¨®n WINK es feminizar la epistemolog¨ªa occidental, lo que su directora describe en palabras m¨¢s sencillas como ¡°dejar de perdernos cosas importantes¡±: ¡°A lo largo de la historia ha existido una misoginia textual por considerar que lo que las mujeres escrib¨ªan sobre sus vidas no era objeto de intelectualidad. Eso ha conducido al androcentrismo cognitivo. Hombres y mujeres pensamos masculinamente y debemos darnos cuenta de ello¡±.
Modificar la percepci¨®n
Carme Font aspira a cambiar los libros de Historia, pero opina que lo m¨¢s importante es modificar nuestra percepci¨®n sobre la aportaci¨®n intelectual de las mujeres a la civilizaci¨®n: ¡°No valoramos el texto de una mujer sobre los dolores del parto pero s¨ª la carta de un soldado desde el frente¡±.
La investigadora asegura que tanto por su contenido como por su forma, no solemos pensar que las experiencias femeninas pueden tener valor como pensamiento, y lo cierto es que lo tienen: ¡°Puedes opinar que muchos de estos textos no dicen nada extraordinario, que hablan de intuiciones en vez de observaciones, que utilizan la primera persona en vez de una voz falsamente objetiva, pero entre ellos existen l¨ªneas recurrentes sobre c¨®mo las mujeres ve¨ªan el mundo. Estamos ante un corpus de pensamiento que no es pasajero, y que tiene un gran peso intelectual. Incorporarlo al pensamiento occidental no es una imposici¨®n pol¨ªtica, sino cient¨ªfica¡±.
Fragmentos
Anne Wentworth (1676): "Fui la esposa de mi marido durante 18 a?os, y mi cuerpo qued¨® consumido en harapos de piel y hueso, una triste imagen indigna de ser vista. Pasaban los d¨ªas con ri?as y peleas, transcurr¨ªan los a?os entre lloros, y la mano del Se?or era severa conmigo de d¨ªa y de noche hasta que las l¨¢grimas de mi rostro se secaron por efecto del sol veraniego".
Anna Bijns (1524): "Sea cual sea la fortuna que aporte una mujer, muchos hombres la considerar¨¢n una simple esclava. No permit¨¢is que una lengua con sabor a miel os atrape inadvertidas, evitad trag¨¢rosla. Que protesten. A bien digo que los hombres decentes escasean como los cuervos blancos. Renunciad a los castillos en el aire que levantar¨¢n para vosotras.Cuando su lengua ya ha cazado a un pajarillo, adi¨®s y hasta siempre, amor, este se esfuma. Para una mujer el matrimonio significa traici¨®n, y la condena a un destino funesto.Toda su val¨ªa desaparece, y su se?or se vuelve una presencia insoportable. Me temo que son demasiadas las esposas decepcionadas. A la que asoma el menor contratiempo, ¨¦l se larga en busca de juego y alcohol, d¨ªa y noche. Ella, en cambio, se consume por haber dado el 's¨ª".
Madeleine de Scud¨¦ry (1683): "Del mismo modo que los aromas parecen m¨¢s intensos a todo aqu¨¦l que no est¨¢ acostumbrado a ellos, tambi¨¦n percibimos en nuestros amigos infinidad de aspectos que nos hieren, aunque no nos sentimos ofendidos ante las peque?eces que nosotros mismos albergamos en nuestros corazones. De ah¨ª que, como digo, se genere un h¨¢bito entre nuestra raz¨®n y nuestras imperfecciones, que persisten sin que podamos distinguirlas unas de otras".
Pernette du Guillet (1545): "Se?oras, si permitimos que el amor /se pasee suelto y remonte el vuelo / hasta alejarse de las promesas de sus amantes, / hagamos nosotras lo mismo. / De este modo, los corazones d¨¦biles / aprender¨¢n el arte de la fe. / Si nos ven deambular libremente, / e intentan convencernos para que regresemos, / avancemos con paso firme y valeroso. / Que sus s¨²plicas sean nuestra espuela, / al tiempo que sus votos de devoci¨®n / dejar¨¢n traslucir su verdadera pasi¨®n".
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