Un estudio analiza la carga er¨®tica de los villancicos
Dos investigadores rastrean las letras medievales de tonadas que a¨²n hoy se cantan como en las zambombas de Jerez
¡°Quiero que siegue usted una poca de cebada. Est¨¢ en medio de dos columnas que las sostiene mi alma. Segaron siete gavillas y a las doce se levantan. No te vayas segador que se te olvida la paga. Le ha dado dos mil doblones en un pa?uelo de Holanda¡±. Estos extractos del villancico? Los segadores hablan de prostituci¨®n masculina. Y no es el ¨²nico ejemplo de erotismo y libertad sexual que, en estos d¨ªas, se puede escuchar en las c¨¦lebres zambombas de Jerez de la Frontera. Mujeres excitadas, curas que tienen ¡°un curita¡± con la criada o relaciones incestuosas se cuelan en las letras, pese a que algunas datan de la Edad Media.
Transmitidos de generaci¨®n en generaci¨®n, algunos de estos personajes y situaciones picantes llevan ah¨ª impl¨ªcitos desde los romanceros del siglo XIII hasta el presente, cuando se cantan en las fiestas navide?as que se celebran en las calles de la localidad gaditana. Sin embargo, estaban tan latentes e interiorizados en el imaginario colectivo que hasta ahora una investigaci¨®n no los ha contextualizado y sacado a la luz. Los historiadores jerezanos Miriam Orozco y Pablo Collado est¨¢n detr¨¢s de este an¨¢lisis que ha encontrado hasta 40 letras en las que, con el pretexto de la Navidad, se habla de sexo, anticlericalismo, relaciones amorosas e incluso feminismo.
?¡°Los villancicos son expresiones populares de los sentimientos del pueblo y lo er¨®tico tambi¨¦n forma parte de ello¡±, avanza Collado. Ambos expertos comenzaron a analizar estas canciones en junio de 2017, con un doble objetivo: detectar las referencias er¨®ticas ocultas y establecer el origen de las letras. As¨ª han conseguido trazar paralelismos entre villancicos que a¨²n hoy cantan los flamencos de Jerez con textos de la literatura medieval de los siglos XIII o XIV. Los historiadores esperan poder publicar sus conclusiones en un art¨ªculo cient¨ªfico el a?o pr¨®ximo.
En estos siglos de la Baja Edad Media, la er¨®tica encontr¨® acomodo en los fabliaux, f¨¢bulas sat¨ªricas populares recitadas por juglares en los que no hab¨ªa reparos ¡°en usar palabras como co?os o vergas¡±, apunta Orozco. De ese entonces, data la composici¨®n La princesa bastarda y el segador, que hoy se canta como el villancico?Los segadores?y que ¡°es un ejemplo evidente de la transmisi¨®n de los romances medievales¡±, seg¨²n explica Orozco. En ¨¦l, se narra c¨®mo un campesino acaba acost¨¢ndose con una joven noble por dinero y ¨¦l acaba muriendo asesinado.
Esta historia, a juicio de la investigadora, connota una visi¨®n feminista: ¡°La mujer en la literatura medieval tuvo una libertad sexual mayor que lo que vino despu¨¦s, no es un periodo tan oscuro como se cree¡±. De hecho, esa apertura se encontr¨® de frente con la f¨¦rrea oposici¨®n de una Iglesia cuya censura se acab¨® imponiendo en los textos escritos. Pero, mientras que en los siglos venideros la imagen de la mujer mut¨® a un ideal intocable y virginal en estos textos, en la tradici¨®n oral la libertad perdur¨®. ¡°Lo escrito se puede censurar, pero lo hablado no¡±, matiza Collado.
Gracias a la costumbre de cantar villancicos populares en la calle, en Jerez las letras er¨®ticas y anticlericales se mantuvieron vivas y demostraban el choque con la censura religiosa. Es el caso de Estando un curita, una letra que narra c¨®mo la criada de un sacerdote ¡°pari¨® un curita con capa y sotana¡± y ¨¦l, que le pone una nodriza al beb¨¦, acaba teniendo otro ni?o con el ama. Para los investigadores, la historia tiene similitudes con el gusto del arcipreste de Hita por probar el pecado en El libro del Buen Amor.
Los siglos pasaron y la picard¨ªa, m¨¢s o menos oculta, sorte¨® represiones y continu¨® siendo motivo de inspiraci¨®n. En el XVIII, aparece el villancico de La Micaela, la mujer ¡°caliente¡± a la que el doctor pone la mano en distintas partes del cuerpo hasta llegar a donde ella exclama ¡°ah¨ª, ah¨ª, ah¨ª¡±. ¡°Es esa segunda lectura la que hace que se mantengan vivos. La gente no ha sido consciente del todo de lo que cantaba, sino quiz¨¢s se hubiesen reprimido. De hecho, muchos se sorprenden cuando les explicamos el verdadero sentido de los villancicos¡±, remacha Orozco con una sonrisa p¨ªcara.
Babelia
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