Huitzilopochtli, villancicos y la salvaci¨®n del apocalipsis: la primera Navidad mexicana
El primer festejo navide?o se document¨® en 1528 y fue clave para la conquista religiosa de los ind¨ªgenas de Nueva Espa?a
No fue una Navidad como a la que la mayor¨ªa est¨¢ acostumbrada estos d¨ªas. No hay registros de pinos frondosos ni de esferas brillantes ni de regalos envueltos con grandes mo?os de colores. Tampoco hab¨ªa gorros rojos de Pap¨¢ Noel ni se colocaron flores de nochebuena o de Pascua, como se conocen en Espa?a. Al primer festejo navide?o en M¨¦xico, documentado en 1528, llegaron invitados de lugares tan lejanos como hasta 20 leguas (casi 100 kil¨®metros) de distancia de Tenochtitlan, la antigua capital del Imperio mexica. Algunos vinieron por tierra, otros por agua y unos pocos estaban enfermos. ¡°Vinieron tantos que no cab¨ªan en el patio¡±, relat¨® incr¨¦dulo Pedro de Gante, el franciscano que convoc¨® la celebraci¨®n, en una carta escrita d¨¦cadas despu¨¦s al rey Felipe II. En el momento cumbre de la noche, narraba el fraile, los convidados ¡°cantaron la mesma noche de Natividad a los ¨¢ngeles¡± un villancico en el que clamaban: ¡°Hoy ha nacido el redentor del mundo¡±.
La Navidad tard¨® mucho tiempo en asentarse en la colonia de Nueva Espa?a. Gante, un cl¨¦rigo de Flandes (hoy B¨¦lgica), sali¨® de Espa?a en mayo de 1523 y desembarc¨® en M¨¦xico tres meses m¨¢s tarde. La antigua Tenochtitlan a¨²n estaba destruida tras su ca¨ªda en 1521. El fraile empez¨® su misi¨®n en Texcoco, una poblaci¨®n que hab¨ªa sido aliada de los aztecas y que hoy se encuentra en la periferia oriente de Ciudad de M¨¦xico, con una consigna clara: salvar tantas almas como fuera posible antes del apocalipsis. Los franciscanos ten¨ªan un marcado acento milenarista, la creencia de que hab¨ªa que prepararse para el d¨ªa del juicio final. En los primeros a?os de la Colonia, eso se traduc¨ªa en convertir a los ¡°herejes¡±, en la evangelizaci¨®n de los indios. ¡°Con frecuencia nos acontece bautizar en un d¨ªa 14.000 personas, a veces 10.000, a veces 8.000¡±, aseguraba Gante en sus testigos epistolares.
Los primeros franciscanos se empaparon de las tradiciones de las culturas prehisp¨¢nicas, aprendieron n¨¢huatl y en algunos casos otom¨ª, y sentaron las bases de lo que fue un largo y complejo proceso sincr¨¦tico. Gante identific¨® la importancia de la tradici¨®n oral en los relatos identitarios de los pobladores originales, de los cantos y bailes que ofrec¨ªan a los dioses, y de la necesidad de representar el pante¨®n prehisp¨¢nico en figurillas o monolitos. La transici¨®n del politeismo al dogma de la Trinidad o al santoral comenz¨® de forma rudimentaria con canciones y ritos traducidos a las lenguas ind¨ªgenas. ¡°Se trat¨® de un proceso pedag¨®gico: prepar¨® obras de teatro, los ni?os de la natigua nobleza se disfrazaban de ¨¢ngeles, tradujo y compuso himnos religiosos, instruy¨® a los pobladores a usar im¨¢genes cristianas en sus ropas originales¡±, apunta el historiador Carlos Fernando L¨®pez de la Torre.
Con Gante lleg¨® tambi¨¦n la tradici¨®n de poner los nacimientos o belenes, por ejemplo, explica L¨®pez de la Torre. ¡°Es muy probable que en Texcoco ya se hubiera celebrado antes la Navidad, durante esos primeros a?os, pero no tenemos registros hist¨®ricos¡±, se?ala. El sitio de la celebraci¨®n de 1528 fue la Capilla de San Jos¨¦ de los Naturales (como los religiosos se refer¨ªan a los indios), la primera construcci¨®n religiosa en el predio que a¨²n es sede del Templo de San Francisco, pr¨¢cticamente en contraesquina del actual Palacio de Bellas Artes, en el coraz¨®n de la capital mexicana. Tras 490 a?os, ya no queda rastro de la capilla, entre las actuales calles de 16 de Septiembre y Gante, que era de techo abierto y ten¨ªa una vocaci¨®n de masas, de llegar al mayor p¨²blico posible.
Una coincidencia tambi¨¦n fue determinante para que llegara la Navidad a M¨¦xico. Los festejos navide?os coinciden con el solsticio de invierno, un acontecimiento astron¨®mico que marcaba los ciclos de las cosechas y que era celebrado en muchas culturas: los eslavos, los romanos, los chinos, los pueblos subsaharianos, entre otros. Los mexicas ten¨ªan el panquetzaliztli, la fiesta para conmemorar el nacimiento de Hutzilpochtli, el dios-sol de la guerra y patr¨®n de la metropoli mexica, explica Sonia Iglesias y Cabrera. ¡°Era la celebraci¨®n m¨¢s importante del pante¨®n azteca¡±, resume la autora de Navidades mexicanas.
Es simplista decir que el panquetzaliztli, que se traduce del n¨¢huatl como el levantamiento de las banderas, sea la ¡°navidad mexica¡± porque era completamente diferente de las celebraciones actuales. Hab¨ªa los ahora satanizados sacrificios humanos, duraba varios d¨ªas y se hac¨ªa una especie de cuaresma en las semanas previas. ¡°Pero la coincidencia de fechas fue aprovechada por los evangelizadores, a final de cuentas la Navidad tambi¨¦n es la festividad m¨¢s importante del cristianismo y fue fundamental para la introducci¨®n de los ind¨ªgenas a la cristiandad¡±, argumenta L¨®pez de la Torre.
¡°Hoy en d¨ªa, la fiesta ha adquirido otras caracter¨ªsticas, las m¨¢s de las veces de car¨¢cter comercial¡±, comenta Iglesias y Cabrera: ¡°Sin embargo, en todas nuestras culturas ind¨ªgenas y campesinas se celebra de manera tradicional y m¨¢s apegada a los prop¨®sitos ideol¨®gicos para los que fue creada¡±. La Navidad tardar¨ªa muchos a?os, si no siglos, en configurarse como se conoce actualmente. Llegar¨ªan despu¨¦s los aguinaldos, las posadas, la pirotecnia de la Nao de China, las distintas teor¨ªas sobre el origen de las pi?atas, la importaci¨®n de la tradici¨®n del ¨¢rbol navide?o (atribuida consensualmente al imperio de Maximiliano de Habsburgo), la figura de Santa Claus o de Pap¨¢ Noel, la llegada del pavo al men¨² de la festividad y la idea del embajador estadounidense Joel Roberts Poinsett de usar la nochebuena como la flor simb¨®lica de la fecha. En M¨¦xico, en la antigua Nueva Espa?a, todo empez¨® con un villancico.
Babelia
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