A favor de la vida
Dos funciones con el coraz¨®n en la mano que atrapan en Barcelona: ¡®Les coses excepcionals¡¯, de Duncan MacMillan, y ¡®A.K.A.¡¯, de Daniel J. Meyer
Para cierta gente tiene prestigio lo negativo. Una obra que acaba bien es ¡°conformista¡±; si acaba mal, es un ¡°l¨²cido diagn¨®stico¡±. Estos d¨ªas he visto, felizmente, dos funciones que est¨¢n ganando con el coraz¨®n en la mano. Les coses excepcionals (Every Brilliant Thing) es de Duncan MacMillan, de quien hab¨ªamos aplaudido Pulmons en 2014-2015, dirigida por Marilia Samper. Fue un ¨¦xito merecido, en la Beckett y el Espai Lliure. Era una comedia brillante y optimista, con humor y dolor, bien observada y construida, sobre la vida en pareja, a cargo de Carlota Olcina y Pau Roca. Every Brilliant Thing se present¨® en el Festival de Edimburgo de 2014. All¨ª deslumbr¨® a Pau Roca, que la interpreta en el Club Capitol, en viva traducci¨®n catalana de Adriana Nadal. Es una comedia con temas inesperados: la depresi¨®n cr¨®nica, el enigma del suicidio, el dolor de la p¨¦rdida. Cuando era un chaval, el protagonista hizo una lista de las cosas por las que vale la pena vivir para animar a su madre, que hab¨ªa intentado suicidarse. Una lista que avanza mientras el narrador cuenta su vida: es una buena estructura. Con el tiempo piensa que quiz¨¢ la lista pueda salvarle a ¨¦l. A ratos, el tono del narrador me recuerda a 31 canciones, aquel libro estupendo en el que Nick Hornby contaba su vida a trav¨¦s de sus discos favoritos. Como Reasons To Be Cheerful, de Ian Dury, por ejemplo. Razones para seguir levant¨¢ndose por las ma?anas y sobrellevar, nos cuenta, la pringosa culpa de no lograr hacer felices a quienes amas.
Siempre he levantado la ceja ante lo que suele llamarse ¡°obras de participaci¨®n¡±, porque me parec¨ªa que me tiraban de la oreja. Pau Roca propone la colaboraci¨®n con afecto y buen humor. Te la pide, porque realmente necesita la complicidad del p¨²blico. Para que le des el s¨ª hacen falta un texto y un actor que te seduzcan: concurren ambos factores. Creo que empat¨ªa es la palabra. Pau Roca no se comporta como una estrella. Podr¨ªa ser el perfecto amigo de la infancia. Tiene verdad. Te llega, sin grandilocuencia, sin tirarte de la oreja. As¨ª que tranquilos: no les har¨¢ aprenderse un mon¨®logo ni sentirse rid¨ªculos. Les har¨¢ tomar parte en un juego. ?Les da miedo la palabra ¡°comuni¨®n¡±? A m¨ª no. En una tragedia se llama ¡°catarsis¡±, ya lo sabemos, y algunas veces funciona y nos parte el alma. Es m¨¢s dif¨ªcil en clave de comedia. En el Club Capitol est¨¢ pasando. Al menos doy fe de que pas¨® la noche que vi la funci¨®n. Estaba en la butaca y se produjo sin que apenas me diese cuenta. La gente entraba en el juego. Aquello iba m¨¢s all¨¢ de la nostalgia. Iba de compartir la lista, rebuscando entre nuestros recuerdos, los buenos y los malos, y ver desfilar una vida. Mi colega Yolanda Madariaga escribi¨® luego: ¡°Pocas veces se sale tan reconfortado del teatro, con unas ganas inmensas de celebrar la vida¡±. Como dir¨ªa Smokey Robinson, I Second That Emotion.
Otro espect¨¢culo que merece girar: A. K. A. (Also Known As), de Daniel J. Meyer, dirigido por Montse Rodr¨ªguez. Se estren¨® en la Flyhard y pas¨® al Espai Lliure, donde le quedan dos funciones, pero, atenci¨®n, en marzo lo reponen en la Villarroel. No es frecuente que un montaje pase en Barcelona por tres salas, pero s¨ª es indicativo de su conexi¨®n, sobre todo con el p¨²blico joven. Tampoco es frecuente una obra con protagonista adolescente que esquive los escollos del clich¨¦ y no busque ganarse de modo f¨¢cil las simpat¨ªas de la audiencia por la v¨ªa de la identificaci¨®n ideol¨®gica o la presunta dureza (el cinismo tambi¨¦n suele usarse) de los quincea?eros. Porque es realmente ins¨®lito un quincea?ero que no juega la carta del rebelde pomposo, que quiere a sus padres y es razonablemente feliz, optimista, lleno de afecto. A. K. A. funciona de la ¨²nica manera que funcionan las cosas: con sinceridad. Y, como dec¨ªa antes, con el coraz¨®n en la mano. No lo pierde de vista el autor, el protagonista ni la directora: los tres miran en la misma direcci¨®n. Y est¨¢n a favor de la vida. Es cre¨ªble el lenguaje del protagonista: no es nada f¨¢cil pillarle las vueltas a esa edad. Albert Salazar comunica y emociona con extrema naturalidad y gran presencia esc¨¦nica, sin jugar la carta del ¡°aqu¨ª estoy yo¡±: su juego entra en vena con energ¨ªa y vitalidad constantes.
Nos creemos lo que le pasa al personaje de Carlos, lo bueno y lo malo. Pese al encuentro cara a cara con el racismo, no hay autocompasi¨®n. El ¨²ltimo tercio, con mucha informaci¨®n, avanza de maravilla. Quiz¨¢s el personaje de Claudia (que no aparece) requiera m¨¢s complejidad. El final es escueto, muy bien modulado, perfecto. Salinger lo hubiera firmado.
Les coses excepcionals.?Duncan MacMillan. Direcci¨®n: Pau Roca. Club Capitol (Barcelona). Hasta 13 de enero de 2019.
A. K. A. (Also Known As).?Daniel J. Meyer. Direcci¨®n: Montse Rodr¨ªguez. Espai Lliure (Barcelona). Hasta el 30 de diciembre de 2018.
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