La columna que Claudio L¨®pez Lamadrid rechazar¨ªa
Para el mundo era una fiera, pero yo le recuerdo t¨ªmido y fr¨¢gil. Un ni?o que jam¨¢s perdi¨® la mirada franca y apasionada por la literatura
S¨¦ que Claudio L¨®pez Lamadrid rechazar¨ªa este texto. Por sentimental, por idiota y porque no habla de televisi¨®n por ning¨²n lado. Me lo devolver¨ªa tachado en rojo y me dir¨ªa: haz lo que quieras, pero esto no funciona. Solo me quedar¨ªa el recurso de halagar su vanidad, como hac¨ªa Ant¨®nio Lobo Antunes cuando le mencionaba en sus libros de cr¨®nicas. Lo siento, pero Claudio ha muerto, y no s¨¦ ni quiero escribir de nada que no sea Claudio.
Ya tendr¨¢n tiempo los lectores en espa?ol, a ambos lados del oc¨¦ano, de echarle de menos. Ya se percatar¨¢n de lo que hemos perdido, de su enormidad insustituible. No merece la pena que explique m¨¢s lo que otros han explicado muy bien. Yo he perdido a un amigo, a un editor y a una persona sin la cual no existir¨ªan mis libros m¨¢s queridos. Orfandad es la palabra que me sale y que intento reprimir por respeto a sus hijos, pero creo que Claudio ejerci¨® la paternidad abundantemente, de muchas maneras y en muchos registros.
Le entregaba los manuscritos aterrorizado. Aunque ¨¦l celebraba la recepci¨®n y me mandaba un wasap nada m¨¢s imprimir el documento con una foto del tocho y un mensaje que dec¨ªa ¡°qu¨¦ suerte tengo de leer lo nuevo de Sergio del Molino¡±, yo sufr¨ªa ansiedad extrema. Paseaba insomne por mi casa esperando su reacci¨®n y temiendo su rechazo. C¨®mo no temerlo, con su porte de marqu¨¦s, su voz, su habilidad para el sarcasmo m¨¢s fino.
Para el mundo era una fiera, pero yo le recuerdo t¨ªmido y fr¨¢gil. Un ni?o que jam¨¢s perdi¨® la mirada franca y apasionada por la literatura, que a¨²n esperaba sorprenderse. En la presentaci¨®n del ¨²ltimo libro que me public¨® lleg¨® tarde a la librer¨ªa y no quedaban sillas. Se sent¨® en el suelo, junto al estrado, y le subi¨® a la cara toda su timidez feroz e intelectual, en conflicto con su orgullo de editor. En el suelo, sentado a lo indio, despojado de todos los atributos de poder, era a¨²n m¨¢s grande.
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