Parejas
Las tres temporadas de 'Hap y Leonard', son un ejemplo m¨¢s de esas predilecci¨®n por los escritores y guionistas por las extra?as parejas
Hap Collins y Leonard Pine, protagonistas de las tres temporadas de Hap y Leonard, son un ejemplo m¨¢s de esa predilecci¨®n de los escritores y guionistas por las extra?as parejas. Se unen as¨ª a una larga tradici¨®n que en literatura se remonta al?Quijote?y en el mundo audiovisual cuenta ya con inolvidables personajes, desde Marty Hart y Rustin Rust Cohle de la primera temporada de True Detective o los Karl Roebuck y Elise Wassermann de The tunnel, a los estupendos Pascual y Teo, de la espa?ola Matadero, por citar solo algunos ejemplos.
Son parejas que, en ocasiones, desfacen entuertos y, otras, los facen. Hap y Leonard alcanzan la s¨ªntesis: en la primera -y mejor- temporada generan el drama en un pueblo de Texas al buscar desesperadamente el escondido bot¨ªn de un atraco a un banco. La codicia les llevar¨¢ a extra?as alianzas y a bordear el abismo. En la segunda, en lugar de crear el caos resolver¨¢n un caso terrible de un asesino en serie de ni?os. En la tercera, y tambi¨¦n al desentra?ar un secuestro, se encontrar¨¢n cara a cara con esa instituci¨®n norteamericana que es el Ku Klux Klan, lo que tiene su aquel pues Leonard (Michael K. Williams, un extraordinario actor negro que nos deslumbr¨® en The Wire) no solo es afroamericano, sino que en la serie es un homosexual sin complejos, que dir¨ªa cualquier dirigente del PP.
Un sure?o negro y homosexual tiene todos los boletos de la rifa del linchamiento. Si, adem¨¢s, resulta que particip¨® en la guerra de Vietnam y es republicano, el caos lo lleva en s¨ª mismo, lo que se proyecta en unos sarc¨¢sticos y excelentes di¨¢logos con su compa?ero (James Purefoy), blanco, objetor de conciencia y enamoradizo declarado mientras recorren los siempre sorprendentes paisajes de la Am¨¦rica profunda acompa?ados por unos excelentes secundarios. La notable serie est¨¢ basada en los personajes del mismo nombre creados por el novelista Joe R. Landsdale. Lamentablemente, nadie se acord¨® de la madre de todas las parejas policiales: la Benem¨¦rita.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.