Un viaje menos incre¨ªble

Un gato siam¨¦s, un Bull terrier y un labrador emprend¨ªan un viaje de 400 kil¨®metros a trav¨¦s de las monta?as de Canad¨¢ para reencontrarse con sus due?os en El viaje incre¨ªble (1963), de Fletcher Markle, producci¨®n Disney de imagen real que, en su d¨ªa, no logr¨® demasiado ¨¦xito de taquilla aunque, poco a poco, fue adquiriendo condici¨®n m¨ªtica entre los amantes de los animales. Los hermanos Coen le tributaron su particular homenaje en un momento de su estupenda, fin¨ªsima y desoladora A prop¨®sito de Llewyn Davis (2013). Seis a?os despu¨¦s de ese gui?o, Charles Martin Smith -el que fuera el atribulado Terry de American Graffiti (1973), hoy realizador con especial querencia por las pel¨ªculas con animales- rinde tributo a ese cl¨¢sico secreto con Uno m¨¢s de la familia, que adapta una novela de W. Bruce Cameron, el mismo experto en literatura canina para consumo humano que inspir¨® Tu mejor amigo (2017), de Lasse Hallstr?m.

La combinaci¨®n de relato ¨¦pico y moner¨ªa animal sustenta tanto Uno m¨¢s de la familia como El viaje incre¨ªble, pero la distancia entre una propuesta y otra es considerable. Aqu¨ª el espectador se ve acompa?ado en todo momento por el persistente mon¨®logo interior de la perrita Bella, a quien Bruce Dallas Howard presta su voz en el original, amplificando hasta lo irritante lo que resultaba medianamente tolerable en la voz del narrador omnisciente de la pel¨ªcula de Markle: la cuestionable superposici¨®n ¨Cy su correspondiente subrayado- de emociones humanas sobre una aventura animal. Pero hay otra decisi¨®n que, directamente, rompe las reglas del juego: la aplicaci¨®n de maquillaje digital sobre el rostro de la perra para ayudarla a responder gestualmente a algunas situaciones y la constante convivencia en plano de animales reales y sus compa?eros virtuales, como el puma adoptado por Bella en su tenaz recorrido.