Miguel ?ngel y Bill Viola: encuentros espirituales
La Royal Academy de Londres confronta a dos artistas separados por cinco siglos y unidos por la b¨²squeda trascendental
Grandes pantallas con recreaciones en alta definici¨®n junto a delicad¨ªsimos dibujos. Las diferencias t¨¦cnicas son radicales porque as¨ª lo imponen los cinco siglos que separan la obra del maestro del videoarte Bill Viola (Nueva York, 1951) y la de Miguel ?ngel (Caprese, 1475-Roma, 1564), genio del Renacimiento. Ya sea con tiza o con p¨ªxeles, la obra de ambos comparte temas y emociones como la mortalidad, la reencarnaci¨®n o la eternidad. Esa b¨²squeda com¨²n de la espiritualidad protagoniza la exposici¨®n Bill Viola / Michelangelo. Vida, muerte y renacimiento, que la Royal Academy de Londres abre al p¨²blico el 26 de enero (hasta el 31 de marzo). Presentada ayer a la prensa, se trata de una de las joyas de la temporada art¨ªstica en la ciudad, con la que la instituci¨®n prosigue las celebraciones de su 250? aniversario.
En unas salas oscurecidas para conseguir el mismo efecto de recogimiento que el espectador pueda sentir en una capilla, se suceden las proyecciones de una docena de obras realizadas por Viola entre 1977 y 2013. Los dibujos de Miguel ?ngel est¨¢n en lugares clave del recorrido sin desafiar ni medirse con las instalaciones del neoyorquino. Es un efecto buscado por Martin Clayton, comisario y conservador de grabados y dibujos de la Royal Collection Trust, entidad prestadora de estas obras y coproductora de la muestra.
En la presentaci¨®n, Clayton explic¨® que el concepto expositivo ha consistido en recrear dos visiones de una misma espiritualidad cultivada en tiempos y maneras diferentes. ¡°Viola es heredero de una larga tradici¨®n de arte afectivo que emplea los sentimientos como veh¨ªculo para conectar con el espectador. Es el mismo fondo espiritual y emotivo que encontramos en Miguel ?ngel, m¨¢s all¨¢ de sus rotundas esculturas y majestuosas pinturas¡±.
Viola, convaleciente de una enfermedad en su mansi¨®n de Long Beach (California), no pudo viajar a Londres. Una de las ¨²ltimas ocasiones en las que le fue posible desplazarse fue para la apertura de la antol¨®gica que el Guggenheim de Bilbao le dedic¨® en 2017. Su esposa, Kira Perov, colaboradora del artista desde que se conocieron en los setenta, s¨ª pudo participar en el montaje. Con la voz cargada de emoci¨®n ley¨® un folio (¡°me es dif¨ªcil hablar en p¨²blico¡±). Afirm¨® que su marido ha podido seguir los trabajos desde EE UU y que el resultado le hab¨ªa hecho muy feliz.
Tim Marlow, director art¨ªstico de la Royal Academy, cuenta que el origen de la exposici¨®n se remonta a hace 12 a?os. A Viola, ya entonces una superestrella del videoarte, la fascinaci¨®n por el Renacimiento le hab¨ªa nacido en un viaje a Florencia en los setenta. Su galerista le hab¨ªa hablado de la colecci¨®n de la Reina que se conserva en el Castillo de Windsor. Clayton fue quien le acompa?¨® en aquella visita, en la que vio obras de Leonardo y Miguel ?ngel. ¡°Se qued¨® impactado. No esperaba que pudiera encontrar una conexi¨®n tan fuerte con lo que ¨¦l estaba realizando. Se reconoci¨® en las mismas reflexiones filos¨®ficas. Decidimos afrontar el proyecto¡±, explic¨®.
En una de las cartelas se recogen unas palabras del artista a prop¨®sito de esa conexi¨®n: ¡°A lo largo de mis viajes y vivencias, primero en Florencia y luego en culturas no occidentales, comenc¨¦ a descubrir un trasfondo que trasciende a trav¨¦s del tiempo y las culturas: la tradici¨®n espiritual ancestral del autoconocimiento¡±.
Los dibujos de Miguel ?ngel que ahora se exponen fueron realizados en sus ¨²ltimos 35 a?os de vida, ninguno fue por encargo ni form¨® parte de sus gigantescos proyectos. Son piezas delicadas en las que se sirve de tiza negra o roja para trazar im¨¢genes de la Virgen, el Ni?o, la Crucifixi¨®n o la Resurreci¨®n. Son met¨¢foras personales sobre la vida, la muerte y el anhelado m¨¢s all¨¢. Miguel ?ngel regal¨® estos dibujos a sus amigos.
En la encrucijada del recorrido se encuentra la escultura Taddei Tondo (1504-1505), joya de la colecci¨®n permanente de la Royal Academy. El m¨¢rmol, de 109 cent¨ªmetros de di¨¢metro, es una met¨¢fora de la presencia de la muerte en la vida en la que retrata a la virgen con el ni?o Jes¨²s y San Juan Bautista ni?o. Muy cerca est¨¢ la que se considera una de las obras cumbre de Viola, El Tr¨ªptico de Nantes (1992), en la que a trav¨¦s de enormes pantallas se recrea un retablo renacentista donde se yuxtaponen una mujer en pleno parto, un hombre sumergido en el agua y una anciana muriendo. Esta ¨²ltima era la madre del artista, grabada durante sus ¨²ltimos d¨ªas. El hombre es un autorretrato. ¡°La conciencia de nuestra mortalidad, que es lo que define la condici¨®n de los seres humanos¡±.
El final, con obras sobre la resurrecci¨®n, es apote¨®sico. Aguardan las piezas m¨¢s grandiosas de Viola: la instalaci¨®n a cinco pantallas de Cinco ¨¢ngeles para el milenio (2001) y La ascensi¨®n de Trist¨¢n (2005), donde una cascada asciende con fuerza salvaje bajo una monta?a hasta quedar reducida a una gota de agua, a modo de ¨²ltimo viaje en el que todo acabar¨¢ por desaparecer.
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