Curvas de orfebrer¨ªa religiosa

En determinados ¨¢mbitos, el c¨®mico, actor, guionista y director italiano Carlo Verdone est¨¢ considerado como el gran heredero de Alberto Sordi. Dotado de un rostro y un f¨ªsico de andar por casa, y con ese modo tan transalpino de arrastrar las palabras en los di¨¢logos, Verdone es una figura popular en su pa¨ªs sin que, a diferencia del mito de Sordi, haya logrado traspasar fronteras en un momento en el que la comedia a la italiana ya no es lo que era en los tiempos del protagonista de las formidables La gran guerra, Todos a casa y Una vida dif¨ªcil. De hecho, de sus 26 pel¨ªculas como director, desplegadas a lo largo de cuatro d¨¦cadas, apenas siete se han estrenado en Espa?a, sin que ninguna haya alcanzado la trascendencia que, en cambio, s¨ª obtuvo como uno de los int¨¦rpretes principales de La gran belleza, de Paolo Sorrentino.

En Bendita locura, su primera obra en la cartelera espa?ola desde Enemigos ¨ªntimos (2006), Verdone apuesta por algo que, fuera de Italia y en el a?o 2019, suena directamente al pret¨¦rito: el contraste entre los atrevidos modos de comportamiento, vestimenta y lenguaje de una mujer, y las formas y tradiciones del catolicismo. Tema para el que acude a una ambientaci¨®n que, en principio, tiene gracia: una tienda-sastrer¨ªa donde igual se puede comprar arte sacro que la sotana de un cura, el velo de una monja que las pompas de un obispo.

Sin embargo, las secuencias del negocio quiz¨¢ sean las ¨²nicas que se salen de lo corriente y que aportan cierta comicidad. La dicotom¨ªa entre la mujerona italiana y el sesent¨®n del mont¨®n resulta algo rancia, as¨ª como el carrusel de f¨¦minas de la pel¨ªcula, con una diversidad, como m¨ªnimo, discutible: crueles, exc¨¦ntricas, ninf¨®manas o cortas de luces. Como int¨¦rprete, Verdone puede ser espont¨¢neo y cercano, pero como director su importancia se antoja reducida al circuito local del cine italiano para italianos.