Cate Blanchett conmociona en su regreso al teatro
Las escenas de sexo y violencia en la obra que protagoniza la actriz impactan al p¨²blico londinense

El regreso de Cate Blanchett a los escenarios de Londres est¨¢ resultando mucho m¨¢s sonoro de lo que ya de por s¨ª sugerir¨ªa el nombre de la estrella. Las escenas de sexo brutal y violencia en las que se prodiga la obra When We Have Sufficiently Tortured Each Other, cuyo cartel encabeza la actriz australiana, han conmocionado a cierto sector del p¨²blico (incluso provocaron un desmayo durante una de las representaciones del prestreno) y acaparado titulares en la prensa inglesa. El alboroto no obedece a ninguna treta publicitaria: todas las entradas de la obra ¡ªque se representar¨¢ hasta el 2 de marzo en el National Theatre¡ª est¨¢n agotadas desde finales del a?o pasado.
Int¨¦rprete arriesgada en el cine, que le ha procurado siete nominaciones al Oscar, de las que ha ganado dos, Blanchett entiende el teatro como una provocaci¨®n. Lo ha repetido en declaraciones recientes y ya lo demostr¨® antes con una programaci¨®n poco complaciente en su condici¨®n de codirectora de la Compa?¨ªa de Teatro de Sidney (2008-13) junto a su marido, el dramaturgo Andrew Upton. Tal y como admit¨ªa a The Guardian dos semanas antes del estreno, espera y busca reacciones encontradas de la audiencia ante la ¨²ltima obra de Martin Crimp que protagoniza junto a Stephen Dillane (conocido de los televidentes espa?oles por su papel de Stannis Baratheon en Juego de tronos), descrita por el teatro anfitri¨®n al sur del T¨¢mesis como ¡°un juego peligroso de dominaci¨®n sexual y resistencia¡±.
La pieza es una versi¨®n muy libre y contempor¨¢nea de la novela epistolar Pamela, publicada por Samuel Richardson en 1740 y descrita por algunos como una suerte de 50 sombras de Grey del siglo XVIII, en la que una criada adolescente es v¨ªctima de los abusos de su se?or pero, tras varias vueltas de tuerca, acaba cas¨¢ndose con ¨¦l. La propuesta de Crim de utilizar esa base para explorar ¡°la naturaleza conflictiva y a menudo violenta del deseo, y de los complicados papeles que juegan hombres y mujeres¡± se traduce sobre las tablas en escenas tan impactantes como la simulaci¨®n por un cuarteto de actores del acto sexual en un coche que culmina en violencia contra las dos f¨¦minas. Algo m¨¢s de dos horas, sin intervalo, que para algunos espectadores de los pases previos al estreno oficial, que tuvo lugar anoche, resultaron insoportables.
Tras el desmayo de una se?ora de edad avanzada, el teatro ha redoblado la advertencia sobre el contenido altamente sensible de la producci¨®n, cuyo impacto resulta especialmente poderoso en el espacio ¨ªntimo de la sala Dorfman. Ese era el prop¨®sito de la directora Katie Mitchell cuando escogi¨® el escenario m¨¢s peque?o (450 butacas) de los tres que integran el complejo del National Theatre a pesar de la previsible gran demanda de entradas. Para gestionarla, el teatro se vio forzado a organizar un sorteo en Internet en noviembre e inmediatamente colg¨® el cartel de "sin entradas".? Muchos de los descartados entonces protagonizan estos d¨ªas colas madrugadoras frente a la taquilla para intentar conseguir alguna de las entradas del obligado aunque reducido ret¨¦n que se venden antes de cada representaci¨®n.
El gancho de la int¨¦rprete de filmes como Elizabeth, El aviador o Blue Jasmine, de 49 a?os, es incuestionable. Ya propuls¨® llenos en el grandioso escenario del teatro Barbican, hace siete a?os, con una obra surrealista del dramaturgo alem¨¢n Botho Strauss (Gro? und Klein) que dif¨ªcilmente habr¨ªa arrasado en taquilla sin su presencia. Su actuaci¨®n tuvo buenas cr¨ªticas; la obra, mucho m¨¢s mesuradas, y una parte del p¨²blico no la entendi¨® (este diario pudo constatar en una de las representaciones c¨®mo varios espectadores se rend¨ªan al sue?o).
Pero, aunque parezca que en el ¨¢mbito teatral Blanchett solo fuerce los retos m¨¢s dif¨ªciles, lo cierto es que su prop¨®sito inicial era regresar este a?o a Londres con un t¨ªtulo tan popular como Eva al desnudo (All About Eve). Problemas de agenda obligaron a la actriz a descolgarse del cartel de una producci¨®n inspirada en la famosa pel¨ªcula de Joseph L. Mankiewicz (1950), que se estrena el 12 de febrero en el West End. Gillian Anderson, siempre recordada por Expediente X, la sustituir¨¢ en el jugoso papel protagonista de Margo Channing.
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