Muere Izzy Young, el gran propagandista de la m¨²sica folk
A trav¨¦s de su Folklore Center, lanz¨® a Bob Dylan, John Sebastian, Phil Ochs o Tim Buckley
Israel Goodman Young, m¨¢s conocido como Izzy Young, muri¨® el lunes 4 de febrero en su casa de Estocolmo (Suecia), con 90 a?os. Young fue el m¨¢s ferviente publicista de la m¨²sica folk en la ciudad de Nueva York, con sus programas de radio en la emisora WBAI, sus escritos en la revista Sing Out! y su famoso Folklore Center, imitado en numerosas ciudades. En su faceta de promotor de conciertos, organiz¨® el primer recital de Bob Dylan en una sala del Carnegie Hall. Como sol¨ªa ocurrir con sus iniciativas, fue una ruina: ¡°Apenas vendimos unas docenas de entradas, pero a lo largo de los a?os me he encontrado con miles de personas que me aseguraban que estuvieron all¨ª.¡±
Izzy naci¨® en 1928 en el Lower East Side neoyorquino, en el seno de una familia de jud¨ªos polacos. Prob¨® con diferentes oficios hasta que en 1957 abri¨® el Folklore Center en el n¨²mero 110 de MacDougal Street, en Greenwich Village, el afamado barrio bohemio neoyorquino. Fue el punto de encuentro de la creciente comunidad de folkies, a los que se ofrec¨ªa una combinaci¨®n de biblioteca y tienda donde se vend¨ªan libros, revistas, discos, instrumentos y accesorios. Un espacio lib¨¦rrimo, con pocas reglas: estaba la prohibici¨®n de consumir marihuana, aunque los m¨¢s rebeldes fumaban en el retrete.
En el Folklore Center se desarrollaban presentaciones informales y jam sessions. Young tambi¨¦n mont¨® actuaciones en el cercano Gerde¡¯s Folk City y otros espacios, aunque nunca logr¨® rentabilizar su papel de, hoy dir¨ªamos, influencer. Su vocaci¨®n de activista le llev¨® a organizar el llamado beatnik riot, una ruidosa manifestaci¨®n en 1961 contra el veto a la m¨²sica que gente an¨®nima hac¨ªa en Washington Square (tras una larga batalla en los tribunales, Izzy consigui¨® la derogaci¨®n de aquella ordenanza municipal). Tambi¨¦n se enorgullec¨ªa de ser el responsable del primer concierto contra la guerra del Vietnam que se celebr¨® en Manhattan.
Est¨¦ticamente, era un purista, radicalmente opuesto a la entrada de instrumentos el¨¦ctricos. A pesar de que Bob Dylan le regal¨® canciones, incluyendo un simp¨¢tico talking blues sobre el Folklore Center, rompieron relaciones cuando el de Minnesota se pas¨® al rock y arrastr¨® al resto del movimiento. Con el tiempo, hubo un acercamiento. Dylan le retrat¨® c¨¢lidamente en su libro de memorias, Cr¨®nicas. Y Young aplaudi¨® la concesi¨®n del Nobel, aunque t¨ªpicamente recrimin¨® a la Academia que lo hiciera demasiado tarde, superadas ya sus cumbres creativas.?
El boom del folk comercial le sent¨® muy mal: sufri¨® efectos indeseados, como la invasi¨®n de desconocidos que robaban en su tienda. Traslad¨® el Folklore Center a la menos peligrosa Sexta Avenida y, en lo personal, se dedic¨® a explorar otras tradiciones musicales. Fascinado por el folk sueco, provoc¨® la consternaci¨®n de sus amigos cuando, a principios de los a?os setenta, abandon¨® su apartamento neoyorquino (un chollo envidiable, con un alquiler mensual de 75 d¨®lares) y se instal¨® en Suecia, abriendo en Estocolmo el Folklore Centrum, con las mismas premisas del local original.
Aunque tarde, llegar¨ªan los reconocimientos por su labor. Se reunieron sus escritos, bajo el t¨ªtulo de La conciencia del folk revival. La televisi¨®n sueca rod¨® un documental, Talking Folklore Center, que le presentaba visitando Nueva York y plante¨¢ndose si ser¨ªa posible en los a?os de Reagan una iniciativa similar. Aparte de m¨²sicos, hablaba en c¨¢mara con antiguos clientes del Folklore Center, desde el poeta Allen Ginsberg a Ed Koch, entonces alcalde de la ciudad. Este ¨²ltimo reconoc¨ªa la gentrificaci¨®n del Greenwich Village, aunque atribu¨ªa parte de la responsabilidad a los cantantes, pintores y escritores que, cuando se convirtieron en millonarios, no invirtieron nada en preservar el esp¨ªritu de comunidad creativa.
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