Un cuento social

Las pel¨ªculas de campi?a francesa protagonizadas por Fran?ois Cluzet no son un subg¨¦nero reconocido por las enciclopedias de cine, pero tiempo al tiempo. Porque sus se?as de identidad, adem¨¢s de la presencia del carism¨¢tico actor, no pueden ser m¨¢s claras, reiteradas y reconocibles. Y su ritmo, fren¨¦tico: en apenas dos a?os nos han llegado Un doctor en la campi?a, El collar rojo, Normand¨ªa al desnudo y La escuela de la vida, dirigidas por autores en principio distantes, pero que comparten como principal objetivo la caricia al espectador (que se deja acariciar), los conflictos sociales de baja intensidad, el fuerte apoyo musical, el amor a la naturaleza y a los animales, la sublimaci¨®n del ¨¢mbito rural y una especial delicadeza con cierta tendencia hacia lo melindroso.

La escuela de la vida, ambientada en el periodo de entreguerras, con el recuerdo a¨²n latente de personajes muertos durante la primera gran contienda y otros con clar¨ªsimas aspiraciones a convertirse en apoyo de los nazis en la segunda que a¨²n estaba por venir, plantea no pocos conflictos. Sentimentales, afectivos, consangu¨ªneos, amistosos, de clase. Pero todos, alrededor de la enorme finca de un conde, se exponen por parte de Nicolas Vanier, director y coguionista, en su cuarto largometraje, con una exultante amabilidad solo apta para ese arco de p¨²blico que busca en el cine lo que seguramente no hay en la vida: que todo se resuelva como en un cuento social a lo Charles Dickens o Alejandro Dumas, pero sin las necesarias dosis de barro, el f¨ªsico y el moral.

Ahora bien, el que quiera ubicarse en esa categor¨ªa encontrar¨¢, en general, una pel¨ªcula bien contada. Con su c¨¢mara lenta en el momento de la pesca del mejor ejemplar, su plano ojo de pez en gran angular (el ¨²nico de toda la pel¨ªcula) cuando uno de los personajes est¨¢ devorando en la mesa oreja de cerdo, y su final dividido entre la buena gente, todos menos uno, y la mala gente, precisamente ese. En fin, una pel¨ªcula de campi?a francesa de Fran?oise Cluzet.