Coraje f¨ªsico, cobard¨ªa moral
Geoffrey Parker publica una biograf¨ªa de Carlos V en la que retrata tanto su capacidad para crear un imperio como su tendencia a la mentira y al crimen para mantenerlo
Al ver en los escaparates el nuevo libro del gran hispanista brit¨¢nico Geoffrey Parker, me hice a m¨ª mismo una pregunta. Fue grande mi sorpresa cuando vi que esa pregunta se conten¨ªa en las primeras palabras de la nueva obra: ¡°?Necesita verdaderamente el mundo otro libro sobre Carlos V?¡±. Porque en la actualidad disponemos de centenares de biograf¨ªas sobre el emperador en los m¨¢s variados idiomas, y adem¨¢s este acervo se vio incrementado extraordinariamente con las conmemoraciones del quinto aniversario de su nacimiento, en torno por tanto al a?o 2000, no hace tanto dir¨ªamos. Y en las lenguas hisp¨¢nicas contamos no s¨®lo con los grandes cl¨¢sicos, sino con traducciones de las biograf¨ªas m¨¢s recientes escritas por ingleses (John ?Lynch), franceses (Joseph P¨¦rez), holandeses (Wim Blockmans) o austriacos (Alfred Kohler), adem¨¢s de la del m¨¢ximo estudioso espa?ol, Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez, autor de la extensa y excelente Carlos V, el c¨¦sar y el hombre (1999).
Sin embargo, Geoffrey Parker siempre puede decir algo nuevo, lo cual se deduce de una simple mirada a los ap¨¦ndices de su obra, con un impresionante aparato cr¨ªtico, con un repertorio (comentado) de fuentes y una bibliograf¨ªa realmente exhaustiva, a lo que se a?ade su presencia f¨ªsica en muchos de los escenarios de los episodios carolinos. Aunque, justo es decirlo, tras la lectura del texto observamos muchas perspectivas novedosas y muchas aportaciones originales a temas secundarios, pero, como no pod¨ªa ser de otro modo, su narraci¨®n de los hechos (que se atiene a una ordenaci¨®n estrictamente cronol¨®gica de los mismos, salvo en el cap¨ªtulo dedicado a Am¨¦rica) repite en l¨ªneas generales la construcci¨®n hist¨®rica ya conocida.
De esta manera, podemos rese?ar su insistencia en algunos rasgos esenciales: la visi¨®n mesi¨¢nica del emperador como el brazo ejecutor de los designios de Dios en la Tierra, su consideraci¨®n por muchos autores (y desde luego por Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez) como el gran defensor de la unidad pol¨ªtica de la Europa cristiana (y por ello precursor de la Uni¨®n Europea) y a la vez como el responsable de una serie de pol¨ªticas regionales resueltas de modo emp¨ªrico (y por ello precursor de la Europa de las naciones), su empe?o tit¨¢nico en mantener inc¨®lume el imperio formado en parte por herencias, en parte por adquisiciones pac¨ªficas, en parte por conquistas militares, realizadas especialmente en Am¨¦rica por capitanes que actuaron en su nombre.
A continuaci¨®n, la nueva biograf¨ªa resalta tres grandes dificultades a las que hubo que enfrentarse: las revoluciones militar, religiosa y administrativa. Todas ellas tuvieron un coste elevado. La militar exigi¨® mucho dinero, la religiosa requiri¨® mucho tiempo, la administrativa (es decir el ¡°r¨¢pido y sostenido incremento de las tareas de la Administraci¨®n¡±) impuso mucha dedicaci¨®n, aunque a veces se careci¨® del suficiente tacto y equilibrio. Carlos?V se inclin¨® a favor de los gestores espa?oles (es decir, a favor de una espa?olizaci¨®n de los altos cargos) en detrimento de los agentes de otras ¨¢reas del imperio, especialmente de Alemania.
Tal vez un error inevitable, aunque el emperador cometiera muchos otros que le son imputados por el hispanista brit¨¢nico. Por una parte, su irrefrenable tendencia a la persecuci¨®n implacable de sus enemigos, por sus acciones inmediatas, pero tambi¨¦n (en un ejercicio de rencor) por las pasadas, ya fuesen espa?oles (comuneros y agermanados), flamencos o alemanes, lo que le distanci¨® de posibles aliados moderados. Adem¨¢s, la consecuci¨®n de sus fines le llev¨® incluso al crimen pol¨ªtico, como en el caso de los diplom¨¢ticos al servicio de Francia Antonio Rinc¨®n y Cesare Fregoso, asesinados alevosamente con pleno conocimiento del emperador (¡°un crimen de lo m¨¢s infame¡±, como reza uno de los ep¨ªgrafes de la obra). Del mismo modo se hace hincapi¨¦ en su predisposici¨®n a la mentira si ello le permit¨ªa obtener r¨¦ditos pol¨ªticos o personales, sobre todo a trav¨¦s de un hecho poco conocido, el tratamiento infligido a su propia madre, la reina do?a Juana, que vivi¨® en un constante y deliberado enga?o en su encierro de Tordesillas, donde el emperador proced¨ªa a hurtadillas a un saqueo de sus pertenencias, de todos sus objetos de valor, lo que lleva al autor a pronunciarse de modo contundente sobre su conducta: ¡°El incuestionable coraje f¨ªsico del emperador era totalmente compatible con una clara cobard¨ªa moral¡±. Del mismo modo, y en relaci¨®n con el Nuevo Mundo, los aciertos se?alados por Horst Pietschmann (¡°la construcci¨®n de un orden estatal en Am¨¦rica¡±) y por otros autores (la aplicaci¨®n de las Leyes Nuevas de 1542) se contraponen al trato vejatorio impuesto a Hern¨¢n Cort¨¦s y a la condena sin paliativos de los Pizarro. Finalmente, el historiador pone especial ¨¦nfasis en lo que califica (tal vez algo exageradamente) como ¡°el mayor fracaso de Carlos¡±, su imperialismo matrimonial e incluso incestuoso, utilizando a su propia familia para conseguir ¨¦xitos pol¨ªticos (con actos que me han recordado la tragedia de la Luc¨ªa de Lammermoor de Walter Scott y de Gaetano Donizetti), pero desafiando as¨ª en cambio los funestos resultados de una endogamia llevada a su extremo.
En el balance final se trae a colaci¨®n a Fernand Braudel, que vio al emperador como un jugador de ajedrez en una larga y dif¨ªcil partida sobre el inmenso tablero internacional, y a Wim Blockmans, que pondera como logros el ejercicio del poder durante 40 a?os, el mantenimiento del imperio bajo el control de los Habsburgo o la contenci¨®n del avance del luteranismo, aunque fuera a costa de legar una bancarrota a su sucesor o de iniciar el cierre intelectual de Espa?a a las corrientes m¨¢s renovadoras del pensamiento europeo.
Aun discrepando de la calificaci¨®n del dominio carolino como un ¡°imperio imposible¡± (en realidad dur¨® tres siglos, aunque fuera perdiendo piezas por el camino) y aun aceptando (ahora s¨ª) la imposibilidad de una ¡°biograf¨ªa completa¡±, no deja de resultar admirable el colosal esfuerzo intelectual aqu¨ª desplegado por quien es sin duda uno de los m¨¢s valiosos y prol¨ªficos hispanistas de nuestros d¨ªas.
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Autor: Geoffrey Parker (traducci¨®n de?Victoria Eugenia Gordo del Rey).
Editorial:?Planeta (2019).
Formato: tapa dura y versi¨®n e-book (1.024?p¨¢ginas).
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