Un banquete po¨¦tico en la Casa de la Moneda de Segovia
Isabel Ulzurrun crea un universo on¨ªrico con sus esculturas textiles en la muestra 'Cultivando el latido'
La mesa est¨¢ lista para un gran banquete: fuentes finamente decoradas, platos, soperas, teteras abrazadas por guirnaldas, tazas... una vajilla ecl¨¦ctica en la que no falta de nada y en la que solo se puede servir poes¨ªa. Alicia, el Sombrerero Loco, el?Gato de Cheshire o cualquier otro fantasioso personaje de Lewis Carroll ser¨ªan los invitados ideales a esta buf¨¦ donde los manjares son las ilusiones. Isabel Ulzurrun (Madrid, 1955) ha puesto la mesa para una fiesta en la que nadie tiene que preocuparse por romper la porcelana puesto que las 110 piezas que la componen son de tarlatana encolada y bordada, cart¨®n, alambres, lana y papel. El espiritual banquete se sirve dentro de la exposici¨®n Cultivando el latido que puede verse en la Real Casa de la Moneda de Segovia hasta el 31 de marzo.
"Cada pieza es el resultado de un proceso distinto. No soy met¨®dica, no apunto proporciones ni f¨®rmulas, as¨ª que no hay dos piezas iguales, ni siquiera en su composici¨®n", comenta la artista ante su gran mesa, de 10 metros de longitud y titulada Hilos en prosa esperando versos, en la que ha trabajado durante m¨¢s de un a?o y que ha creado espec¨ªficamente para esta muestra en un edificio del siglo XVI proyectado por Juan de Herrera y ubicado en el valle del Eresma.
"He jugado con el espacio que alberga la obra, con la sobriedad del edificio. Tambi¨¦n he pintado la moqueta para dar una sensaci¨®n de continuidad y he colocado superficies para crear distintas alturas sobre la mesa, para m¨ª es como una composici¨®n musical", explica Ulzurrun que presenta en Segovia un centenar de obras. Formada en los a?os ochenta en el Art Institute de Chicago, ha trabajado en cine y publicidad y es a partir del cambio de siglo cuando se centra en el arte, con sus esculturas textiles, instalaciones y performances,?alternando temporadas en M¨¦xico con otras en Madrid.
En la instalaci¨®n Pulso, que comparte espacio con el banquete para los ojos, la artista re¨²ne poemas visuales en peque?as mesas e invita a sentarse al visitante, solo o acompa?ado, casi para mantener un pulso con la pieza realizadas con alambres, recortes de papel y peque?os materiales trouv¨¦s.?Un pulso en el que la casa casi siempre gana y arranca una sonrisa de complicidad al espectador.
La exposici¨®n, comisariada por Eva Gonz¨¢lez con obras de 2017 a 2019, re¨²ne otras instalaciones como??Qu¨¦ tienes en la cabeza?, en la que 10 estramb¨®ticos sombreros coronan otras tantas sillas para que quien lo desee se retrate con uno de los tocados y cuelgue su fotograf¨ªa en un panel, o Ci¨¢tica con Dickens, una amplia serie de peque?os dibujos a l¨¢piz (101) en los que la artista ha imaginado c¨®mo ser¨ªan los personajes del novelista. "Tuve que estar de reposo mucho tiempo, por la ci¨¢tica, y durante todo esos d¨ªas le¨ª a Dickens; entonces empezaron a aparecer estos personajes que yo no pod¨ªa dejar de dibujar, era como si tuviesen vida propia y quisieran aparecer", recuerda la artista mientras descubre las caras de felicidad y sorpresa de los visitantes a la muestra.?
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