Isabel Ulzurrun re¨²ne sus esculturas blandas y abstractas
77 "arquitecturas" de la artista madrile?a se exponen en Constelaci¨®n Arte de Valladolid
Instaladas en los 1.700 metros cuadrados de la iglesia del Monasterio de Nuestra Se?ora del Prado, en Valladolid, las esculturas de Isabel Ulzurrun (Madrid, 1955) son blandas, abstractas y geom¨¦tricas. Un total de 77 piezas (con formas de vestidos, cors¨¦s, cubos...) que la artista define como "arquitecturas", realizadas con materiales pobres (organza, hilo, tarlatana, pl¨¢stico, lana...), permanecer¨¢n expuestas hasta el 28 de noviembre en dicho espacio art¨ªstico.
Dentro de Constelaci¨®n Arte (programado por la Junta de Castilla y Le¨®n) y bajo el t¨ªtulo de Anima mundo, ¨¢nimo ¨¢nimo, Isabel Ulzurrun ha reunido sus piezas blandas, de aspecto ef¨ªmero y vulnerable. Una fragilidad que comparten no s¨®lo sus obras de peque?a escala (como unas gafas creadas con tarlatana, organza, hilo, acr¨ªlico y barniz, y que ella llama Seg¨²n como se mire), sino tambi¨¦n las de gran tama?o, como Tejiendo memoria, una instalaci¨®n multicolor de 18 metros de largo y cinco de ancho realizada espec¨ªficamente para la exposici¨®n de Valladolid. "Tard¨¦ un a?o en terminar Tejiendo memoria, una obra en la que han colaborado 73 personas. Cada una deb¨ªa tejer alguna de las piezas hasta completar la instalaci¨®n. La acci¨®n de tejer es muy meditativa. Al ser muy mec¨¢nica vienen los pensamientos m¨¢s insospechados y ah¨ª surge la memoria. Distribu¨ª 35 patrones a mujeres, amigas, madres y t¨ªas de amigas, para que los tejieran y luego, como no quer¨ªa convertir la obra en asunto de g¨¦neros, busqu¨¦ a hombres que vinieran a unir las piezas a mi estudio. Ha sido un experimento colectivo, muy emocionante", comenta la artista.
El cuerpo
"Todo nace de la figura humana, trabajo desde mi cuerpo", explica Isabel Ulzurrun que prepara una exposici¨®n colectiva para el a?o pr¨®ximo en Nueva York y que viajar¨¢ en los pr¨®ximos meses a Palencia y Burgos con Anima mundo. ¨¢nimo ¨¢nimo. "La obra de Isabel", explica la comisaria de la exposici¨®n, Eva Gonz¨¢lez, "transmite una belleza y sutilidad que te dejan extra?ada. Las obras son, adem¨¢s, un todo que crea un sistema po¨¦tico muy simb¨®lico. Son piezas relacionados con el cuerpo, que tienen que ver con la performance. Obras que, cuando no est¨¢ el cuerpo, sigue estando el patr¨®n como ausencia del cuerpo. Isabel habla del vac¨ªo, de lo humano, de la ausencia de lo humano, de la memoria... y lo hace sin prepotencia, sin querer ser trascendente, con iron¨ªa".
Entre las nuevas instalaciones, una se titula Un jard¨ªn, una alfombra-tatami con dibujos geom¨¦tricos de colores y botones cosidos: "Me contaron una historia sobre el lugar donde est¨¢ la exposici¨®n que provoc¨® la idea. Al parecer, aqu¨ª antes hab¨ªa un manicomio, los ni?os sol¨ªan asomarse para ver a los locos y pasar miedo. Cuentan que los locos se arrancaban nerviosos los botones y se los tiraban a los ni?os. As¨ª naci¨® este jard¨ªn de botones".
Isabel Ulzurrun habla de la b¨²squeda de la inteligencia del coraz¨®n, de la mezcla de las experiencias internas con las externas. Colgados del techo, sus trajes (barrocos, ceremoniales y muy orientales) crean una escenograf¨ªa que algunos definen como "teatro de sombras". Ulzurrun explica que sus obras nacen de un trozo de tela, entonces empieza un di¨¢logo que cobra "vida propia". Con la m¨¢quina de coser comienzan a aflorar diferentes estados de ¨¢nimo: emoci¨®n, nervio, ansiedad, ilusi¨®n, duda, placer... La artista tambi¨¦n habla del "efecto manos tijeras": "no soy nada primorosa, nada me sale igual, eso ser¨ªa muy aburrido. Y lo m¨¢s curioso de todo", afirma, "es que yo no s¨¦ coser".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.