¡®Sneaky Pete¡¯: No es codicia ni poder, es la lucha por la vida
Esta excelente serie es un encadenamiento de mentiras personales y profesionales
Tres a?os de convivencia con su compa?ero de celda permiten a Marius adoptar la identidad de Pete, un cambio forzado por el acoso de un acreedor mafioso al que enga?¨® tiempo atr¨¢s. El alejamiento de 20 a?os del aut¨¦ntico Pete de su familia, abuelos y primos, le anima a presentarse ante ellos y ser aceptado como el nieto pr¨®digo. As¨ª comienza Sneaky Pete (Amazon Prime Video), una excelente serie protagonizada por Giovanni Ribisi, uno de esos actores por los que nadie dar¨ªa un duro por su aspecto y que sin embargo hace ya tiempo que demostr¨® su gran talento.
La serie es tambi¨¦n la confirmaci¨®n de otro talento, Bryan Cranston, el extraordinario protagonista de Breaking Bad, probablemente con The Wire, una de las obras maestras recientes de la televisi¨®n, que en este caso no solo es uno de los personajes ¡ªel mafioso que persigue a Pete¡ª, sino que, adem¨¢s, es el responsable de la serie y guionista, junto a David Shore, art¨ªfice de House y The Good Doctor: mucha inteligencia por pulgada de pantalla.
El nuevo Pete es un brillante estafador que aterriza en una familia dedicada al negocio de pr¨¦stamos para pagos de fianzas, una actividad que le relacionar¨¢ con todo tipo de delincuentes. La trama se diversifica: de un lado, la tensi¨®n familiar en la que siempre estar¨¢ al borde de ser descubierta su suplantaci¨®n; de otro, la insistencia del mafioso en recuperar su dinero; la actividad laboral de la familia, con una espl¨¦ndida matriarca a la cabeza, Margo Martindale, y, por ¨²ltimo, las nuevas estafas que debe hacer para poder sobrevivir.
Toda la vida de Pete es un encadenamiento de mentiras personales y profesionales pero a lo largo de los 20 cap¨ªtulos de sus dos magn¨ªficas temporadas evoluciona hacia un reencuentro de la familia considerada una de las bellas artes de la solidaridad. Dicho de otra manera: sus estafas le alejan de los habituales estafadores financieros y pol¨ªticos. No es una cuesti¨®n de codicia o de poder, es, como dir¨ªa P¨ªo Baroja, la lucha por la vida.
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