Todo lo que Stieg Larsson sab¨ªa del asesinato del primer ministro sueco
Jan Stocklassa retoma la investigaci¨®n del novelista sobre el homicidio de Olof Palme en 1986. Su libro implica a neonazis suecos y a servicios secretos sudafricanos


Soy Lisbeth Palme, ?es que no lo ve? Y ese que est¨¢ ah¨ª es mi marido, Olof Palme, el primer ministro¡±, gritaba la mujer del dirigente sueco a la polic¨ªa a escasos cent¨ªmetros del cad¨¢ver de su esposo cuatro minutos despu¨¦s de que un desconocido le disparase?una bala de gran calibre en una calle de Estocolmo, el 28 de febrero de 1986. Esta llamada desesperada fue el inicio de una serie de errores y conspiraciones que dejaron el prestigio de Suecia por los suelos y el caso sin resolver. Obsesionado con el magnicidio y su conexi¨®n con la extrema derecha sueca, el escritor y periodista Stieg Larsson dedic¨® parte de sus energ¨ªas a trazar una teor¨ªa razonable. La complejidad del asunto, oscuros intereses y su muerte dejaron la labor inconclusa. Ahora, 33 a?os despu¨¦s, el periodista sueco Jan Stocklassa coge el testigo en?Stieg Larsson. El legado. Claves ocultas del asesinato de Olof Palme (Roca), un h¨ªbrido entre el ensayo, el reportaje de investigaci¨®n y el espionaje que transita el camino abierto por el autor de Millennium y se acerca a la soluci¨®n definitiva. Con los nuevos datos proporcionados en las investigaciones de Larsson y Stocklassa, los servicios de informaci¨®n suecos y sudafricanos est¨¢n trabajando conjuntamente para esclarecer el crimen.
Hubo p¨¢nico en aquellas primeras horas y despu¨¦s gente dentro de la polic¨ªa que no quer¨ªa que se descubriera al culpableJack Stocklassa
¡°La polic¨ªa fue tremendamente incompetente¡±, asegura Stocklassa por tel¨¦fono a EL PA?S desde Estocolmo para resumir hechos como que hubiera oficiales que siguieran de vacaciones, que la investigaci¨®n se le encargara a alguien ¡°leal pero que nunca hab¨ªa trabajado en un homicidio¡± o que horas despu¨¦s decenas de comisar¨ªas no supieran que el primer ministro sueco hab¨ªa sido asesinado. ¡°Hubo p¨¢nico en aquellas primeras horas y despu¨¦s gente dentro de la polic¨ªa que no quer¨ªa que se descubriera al culpable y que intent¨® frenar la investigaci¨®n¡±, a?ade antes de se?alar a Hans Holm¨¦r, el inspector jefe, quien, asegura, ¡°desempe?¨® uno de los papeles m¨¢s oscuros de la historia de Suecia. Hay un sentimiento un¨¢nime de que lo estrope¨® todo¡±. Holm¨¦r, convertido despu¨¦s en escritor de ¨¦xito, aliment¨® la tesis que culpaba a un grupo kurdo y se neg¨® durante a?os a investigar la pista de la extrema derecha y su conexi¨®n con el r¨¦gimen sudafricano, esgrimida por el propio Larsson, aut¨¦ntico experto en el auge de grupos neonazis en su pa¨ªs.

¡°Ahora sabemos que pocas semanas despu¨¦s del crimen Larsson estaba muy cerca de la verdad. Era muy ambicioso como investigador, incre¨ªble. Con el tiempo y el dinero que habr¨ªa tenido tras el ¨¦xito de su trilog¨ªa habr¨ªa llegado a descubrirlo. Su prioridad era destapar los grupos de extrema derecha en Suecia y eso le llev¨® a intentar resolver el asesinato de Palme¡±, cuenta este reportero que se ha valido de los documentos dejados por Larsson para seguir con la investigaci¨®n del mayor caso de asesinato abierto en el mundo (que por un cambio en la ley no ha prescrito). En sus noches de insomnio, en sus mon¨®logos obsesivos, en las cartas que escrib¨ªa a otros colegas europeos o mientras fumaba alguno de los 60 cigarros que consum¨ªa al d¨ªa, Larsson trataba de dar sentido a todo. Muri¨® en 2004 sin llegar a verlo resuelto, con el caso languideciendo tras 10.225 interrogatorios, un falso culpable y cientos de miles de folios de sumario que una persona instruida en derecho tardar¨ªa nueve a?os en leer.
Seg¨²n esta tesis, a Palme lo mataron en una operaci¨®n preparada entre la extrema derecha sueca y los servicios secretos sudafricanos?¨Cque odiaban al pol¨ªtico sueco por su activismo contra el r¨¦gimen del apartheid y su denuncia del tr¨¢fico de armas destinadas a ese pa¨ªs a pesar del bloqueo¨C? con esp¨ªas del nivel del legendario Craig Williamson implicados. El exoficial de la ONU en Congo, hombre fuerte del ej¨¦rcito sudafricano en las sombras, Bertil Wedin ¨Ca quien Stocklassa interroga en Chipre en una operaci¨®n encubierta que es uno de los mejores momentos del libro¨C ser¨ªa el enlace. La infraestructura la ofrecieron grupos nazis suecos liderados por el activista Alf Enerstr?m, art¨ªfice de las campa?as contra el primer ministro, y el gatillo lo apret¨® alg¨²n pobre hombre del que luego poder deshacerse. Larsson es sistem¨¢ticamente ignorado por la polic¨ªa cuando publica sus art¨ªculos en semanarios o cuando les hace llegar esta informaci¨®n, que el escritor guard¨® en cajas perdidas hasta ahora. Los investigadores hicieron caso omiso tambi¨¦n de los 10 avisos que recibieron en los meses anteriores al asesinato y que alertaban de un compl¨® contra Palme.

Considerado por muchos el pol¨ªtico m¨¢s importante de la historia de Suecia, Palme cambi¨® la imagen y las prioridades de su pa¨ªs en el mundo, pero sus enemigos desataron al tiempo una campa?a de odio sin precedentes que en parte explica su muerte y el hecho de que no se haya resuelto todav¨ªa. ¡°La campa?a empez¨® antes de que fuera primer ministro. Dur¨® casi 20 a?os y como fue gradual fue tolerada. Los sudafricanos nunca habr¨ªan podido preparar esto en Suecia si no hubiera habido gente que creyera que Palme trabajaba para el KGB y que iba a vender el pa¨ªs a los sovi¨¦ticos, algo que es totalmente rid¨ªculo¡±, explica Stocklassa.
Como buena conspiraci¨®n, el caso tiene tambi¨¦n su chivo expiatorio. Su nombre es Christer Petterson, un adicto al crack y alcoh¨®lico con pasado violento al que Lisbet Palme se?al¨® en una rueda de reconocimiento ayudada por la polic¨ªa. ¡°Hab¨ªan pasado dos a?os y 10 meses. Era demasiado tiempo para recordar, sobre todo teniendo en cuenta que durante los primeros d¨ªas Lisbet, que era la ¨²nica testigo, no fue capaz de describir a nadie¡±, aclara el autor de Stieg Larsson. El legado (que se publica el 14 de marzo)?quien cree que ahora se puede estar cerca de la verdad. ¡°Lisbet ha muerto y se puede decir a las claras que su testimonio era falso¡±. Petterson fue condenado, pero ante la ausencia de un arma homicida, de pruebas y de una motivaci¨®n, fue absuelto en segunda instancia.
Ahora sabemos que pocas semanas despu¨¦s del crimen Larsson estaba muy cerca de la verdad. Con el tiempo y el dinero que habr¨ªa tenido tras el ¨¦xito de su trilog¨ªa habr¨ªa llegado a descubrirloJack Stocklassa
Diez a?os despu¨¦s de la muerte de Palme la polic¨ªa sueca estaba en un callej¨®n sin salida. Su jefe, Hans Olvebro, compareci¨® para reconocer que hab¨ªan fracasado y decir que la investigaci¨®n no deb¨ªa continuar. La cifra de agentes hab¨ªa quedado reducida a 14. Las tesis de Larsson fueron ignoradas y la polic¨ªa y la sociedad prefirieron mirar a otro lado, no como ahora, con los servicios de informaci¨®n de Suecia y Sud¨¢frica colaborando con las nuevas pistas ofrecidas. ¡°Era un pa¨ªs muy ingenuo. Ahora en cierto modo sigue si¨¦ndolo , pero se est¨¢ hablando del caso en el extranjero y cada vez hay m¨¢s presi¨®n¡±, reflexiona Stocklassa, que reconoce que se ha sentido amenazado. ¡°Tendr¨¦ m¨¢s cuidado la pr¨®xima vez. Creo que hay algo en marcha pero no s¨¦ realmente lo que es¡±, asegura. Una prueba m¨¢s, quiz¨¢s, de lo cerca que estuvo Larsson de resolver el crimen del siglo.
Una historia de esp¨ªas y antifascistas
Severin, el abuelo de Larsson, le inculc¨® desde peque?o una pasi¨®n por la lucha antifascista que llev¨® al autor de Millenium a dedicarse a ello en cuerpo y alma ¨Cen la agencia TT, en el semanario Expo y en medios extranjeros¨C hasta convertirse en el gran experto sueco en el auge de los movimientos neonazis.
"La realidad en Suecia y en Europa le ha dado la raz¨®n", asegura Stocklassa, que trata de ir m¨¢s all¨¢ que Larsson. "Cuando tuve las cajas con los documentos en mi mano supe que era un momento que ocurre una vez en tu vida", confiesa. En Stieg Larsson. El legado, el periodista se entrevista con alguno de los sospechosos y utiliza a una joven checa, nombre en clave Lida, para algunas de sus pesquisas. "No es ficci¨®n. No es de la CIA, no me la invento. Ella es real y las entrevistas tambi¨¦n. Tengo las grabaciones. Lida, de hecho, viajar¨¢ conmigo a Espa?a para promocionar el libro", defiende el autor.
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