Mi ex novio es un nazi
Esta es una ¨¦poca empe?ada en borrar y aplicar el Photoshop a todo lo que incomoda o plantea un dilema
A la fil¨®sofa Hannah Arendt le pas¨® algo que los guionistas de Sexo en Nueva York podr¨ªan haber aprovechado: su primer novio, el primer e intens¨ªsimo y romeojulietanesco amor de su vida, se hizo nazi. Se enamor¨® hasta las cachas de su profesor, Martin Heiddegger. En 1933, Arendt tuvo que huir de Alemania por aquello de que era jud¨ªa y, adem¨¢s, izquierdista, pero antes de salir del pa¨ªs le pregunt¨® a su ex amante: oye, Martin, ?no te me estar¨¢s haciendo un poco nazi? Martin respondi¨® que, a ella, eso no le incumb¨ªa. Poco despu¨¦s, para espanto de los intelectuales de medio mundo, efectivamente, se convirti¨® en un nazi entusiasta.
Si casi todos sentimos verg¨¹enza por habernos emparejado con impresentables de quienes no recordamos qu¨¦ nos atrajo y de los que no sabemos decir nada bueno, lo de Arendt, que fue la conciencia intelectual y moral contra el totalitarismo, es la tragedia may¨²scula: su ex se convirti¨® en la encarnaci¨®n de lo m¨¢s monstruoso que pod¨ªa concebir. A nadie le habr¨ªa extra?ado que borrase cualquier despojo de su recuerdo, que prohibiera que pronunciasen su nombre en su presencia. Y, sin embargo, tras la guerra, se reencontr¨® con ¨¦l y se reconciliaron. Arendt nunca ocult¨® que Heidegger ocupaba un lugar de privilegio en su coraz¨®n y en su cabeza, por m¨¢s que entre ellos hubiese abismos morales, filos¨®ficos e ¨ªntimos.
Esta historia espinosa y human¨ªsima viene al pelo en una ¨¦poca (la de hoy) empe?ada en borrar y aplicar el Photoshop a todo lo que incomoda o plantea un dilema. Ayer se estren¨® Leaving Neverland, el documental que acusa de abusos sexuales a Michael Jackson, y Los Simpson han corrido a retirar de circulaci¨®n el cap¨ªtulo de 1991 en el que el cantante doblaba a un personaje. Problema resuelto: si no lo veo, no existe. El presente y el futuro se extienden sobre un pasado sin manchurrones ni emplastes. Desde que el mal se puede borrar con una tecla de ordenador, todos somos buenas personas sin ex novios nazis.
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