El m¨¦dico condenado por eutanasia se somete a juicio en el teatro
Marcos Ariel Hourmann, ¨²nico facultativo sentenciado en Espa?a por esta pr¨¢ctica, se interpreta a s¨ª mismo en un espect¨¢culo en el que el p¨²blico debe emitir un veredicto
Esta obra de teatro reci¨¦n escrita parece inspirada en el viejo mito de Ant¨ªgona: la hero¨ªna tr¨¢gica que viola la ley para enterrar dignamente a su hermano. El perpetuo conflicto entre individuo y sociedad, entre las normas de los hombres y las de la naturaleza. El protagonista se enfrenta a un dilema similar en el transcurso de una madrugada de 2005. Un m¨¦dico de guardia al que los familiares de una paciente terminal de 82 a?os ruegan que acorte su sufrimiento. Que le ahorre dolor y una muerte segura por asfixia. El doctor, como Ant¨ªgona, no solo lo hace sino que adem¨¢s deja constancia de ello en el certificado de defunci¨®n. Y tambi¨¦n como Ant¨ªgona, ser¨¢ condenado por la justicia de los hombres.
Lo interesante de esta obra no es que parezca la perfecta adaptaci¨®n contempor¨¢nea de una tragedia cl¨¢sica. Lo interesante ¡ªy escalofriante¡ª es que no la ha imaginado un dramaturgo. Es la tragedia real de Marcos Ariel Hourmann, ¨²nico m¨¦dico condenado en Espa?a por practicar una eutanasia, interpretada por ¨¦l mismo en un espect¨¢culo documental que se estrena la pr¨®xima semana en el Teatro del Barrio de Madrid con el t¨ªtulo Celebrar¨¦ mi muerte, bajo la direcci¨®n de Alberto San Juan y V¨ªctor Morilla. En 2009, tras llegar a un pacto para no ser inhabilitado profesionalmente, fue sentenciado a un a?o de c¨¢rcel. No hubo juicio y por eso ahora lo recrea en un escenario: para que los espectadores lo juzguen y emitan su veredicto. No con el C¨®digo Penal en la mano, sino desde su conciencia.
Hourmann evit¨® la prisi¨®n, pero su vida se convirti¨® en una pesadilla. Nacido en Buenos Aires en 1959, emigr¨® a Barcelona en 1989 y poco despu¨¦s consigui¨® trabajo en el hospital de Tarragona donde practic¨® la eutanasia. Despedido y repudiado por el sistema sanitario espa?ol, en 2006 logr¨® recolocarse en el Reino Unido hasta que en 2010 el tabloide sensacionalista The Sun descubri¨® su historia y lo bautiz¨® como El Doctor Asesino. Regres¨® a Barcelona, donde solo ha conseguido trabajo en una peque?a mutua como m¨¦dico a domicilio.
Parece incre¨ªble que ahora quiera seguir removiendo aquello. "No tuve juicio y no pude explicarme. Quiero que la gente me escuche por fin. Que sepa exactamente lo que hice y por qu¨¦ lo hice", explica Hourmann en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Barcelona. El doctor no quiere desvelar los veredictos que ha recibido hasta ahora "para que el p¨²blico llegue lo m¨¢s virgen posible al teatro. Libre de prejuicios, ideolog¨ªas o creencias".
?Y soportar¨¢ ser juzgado de nuevo cada noche? ?Que alg¨²n espectador escriba la palabra culpable? "En las funciones previas que hemos hecho no me he sentido juzgado. Me he sentido escuchado. Eso es lo que quiero", insiste. "La sociedad va por delante de los pol¨ªticos. Las encuestas demuestran que el 80% de los ciudadanos est¨¢n a favor de legalizar la eutanasia. ?Por qu¨¦ no podemos hablar de ello en los foros p¨²blicos? ?Por qu¨¦ es el gran tab¨²?", pregunta Hourmann, que se ha convertido en una figura de referencia en Espa?a para los colectivos que reivindican la eutanasia.
La idea de montar esta obra se le ocurri¨® en realidad a V¨ªctor Morilla, realizador del espacio de televisi¨®n Salvados, durante la grabaci¨®n de la entrevista que hizo a Hourmann el director de este programa, Jordi ?vole, en 2016. "Las emociones que sent¨ª al asistir en persona a la confesi¨®n de este m¨¦dico fueron muy potentes y me hicieron pensar. Y pens¨¦ que eso no se pod¨ªa transmitir con una pantalla por medio, que el hecho de tenerlo delante era lo que le daba potencia", recuerda Morilla.
El realizador le propuso el proyecto al actor y director teatral Alberto San Juan y juntos, en coproducci¨®n con ?vole, pusieron en marcha esta singular producci¨®n teatral que mezcla el testimonio del m¨¦dico en directo con proyecciones de im¨¢genes de su vida pasada, art¨ªculos de prensa, v¨ªdeos documentales y declaraciones de expertos a favor y en contra de la eutanasia.
La voz de Alberto San Juan interroga a Hourmann como si fuese un juicio y al final el m¨¦dico sale del escenario para dejar que el p¨²blico reflexione a solas antes de emitir su veredicto. "Lo interesante es que ¨¦l no se presenta como un santo o una v¨ªctima. Es un hombre de car¨¢cter fuerte y no intenta ocultarlo para dar pena", opina San Juan, que ha pasado muchas horas con ¨¦l para elaborar el texto.
La pregunta para Hourmann antes de colgar el tel¨¦fono es inevitable: ?volver¨ªa a hacerlo? "No soy un h¨¦roe tr¨¢gico. Si hubiera sabido lo que me esperaba, no lo habr¨ªa hecho".
El escenario como espacio para el debate social
Alberto San Juan es una figura de referencia en el teatro documental en Espa?a. Espect¨¢culos se?eros de este g¨¦nero en auge como Ruz-B¨¢rcenas o El Rey llevan su firma. Con esta nueva producci¨®n en torno a la eutanasia, da un paso m¨¢s: no solo lleva al escenario una historia real, sino que adem¨¢s la interpreta no un actor sino su protagonista. "El no act¨²a, no se interpreta a s¨ª mismo; es ¨¦l mismo todo el rato. Ah¨ª est¨¢ la gran fuerza de este espect¨¢culo", subraya San Juan.
Podr¨ªamos decir que, m¨¢s que teatro documental, Celebrar¨¦ mi muerte es un documental en directo que obliga al espectador a examinarse in situ. "El teatro es de los pocos lugares de encuentro que nos quedan para reflexionar en comunidad. Por eso me pareci¨® el espacio ideal para debatir sobre la eutanasia, un tema del que parece que todav¨ªa da pudor hablar en p¨²blico. Queremos invitar a la gente a que al menos piense sobre ello", contin¨²a San Juan.
No solo se nota en Espa?a la pujanza del teatro documental. Grandes figuras de la escena europea est¨¢n abrazando el g¨¦nero para abordar sin tapujos asuntos pol¨¦micos de hoy d¨ªa. Y la eutanasia es uno de ellos. Esta temporada se ha podido ver en Espa?a ¡ªen el festival Temporada Alta de Girona y en el Teatro Central de Sevilla¡ª el impactante R¨¦quiem para L., dirigido por el afamado core¨®grafo y director de teatro belga Alain Platel y el compositor Fabrizio Cassol, una especie de espect¨¢culo musical que reinterpreta el R¨¦quiem de Mozart con aportaciones de m¨²sicas y danzas africanas y jazz mientras en una gran pantalla se proyectan las im¨¢genes reales de los ¨²ltimos momentos de vida de una mujer que escogi¨® la muerte voluntaria. Tampoco aqu¨ª se utiliza a una actriz: sobrecoge m¨¢s precisamente por eso.
Babelia
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