Christina Rosenvinge: ¡°Una canci¨®n no es un poema pero es literatura¡±
La artista, ¨²ltimo premio Nacional de M¨²sicas Actuales, re¨²ne todos sus temas en 'Debut', un libro en el que repasa su trayectoria y analiza el arte de escribir letras
Christina Rosenvinge tiene asma, se disculpa, tose, saca un inhalador de Ventolin, aprieta y respira hondo. Luego sigue explicando que para ensalzar la fortaleza ya est¨¢ el deporte, que el arte nace de la debilidad, ¡°donde encontramos humanidad¡±. La cantante madrile?a de padres daneses gan¨® en octubre pasado el Premio Nacional de M¨²sicas Actuales, en mayo cumple 55 a?os y el este jueves publica Debut, un libro escuetamente subtitulado Cuadernos y canciones. Las canciones son las de sus 11 discos en solitario, desde Que me parta un rayo (1992) hasta Un hombre rubio (2018). Los cuadernos despliegan un repertorio de g¨¦neros ¡ªmemoria, diario, e-mails, entrevistas¡ª para explicar no las letras de cada ¨¢lbum, sino el contexto personal en que las escribi¨®; no lo que sucede cuando se encienden los focos, sino cuando se apagan: la soledad, los miedos. ¡°Contar la parte glamurosa no funcionaba literariamente¡±, dice. ¡°Lo intent¨¦, pero me quedaba rimbombante y est¨²pido. Ahora que todos nos empe?amos en proyectar una imagen de ¨¦xito, es m¨¢s interesante hablar de tu fracaso¡±.
El lado de sombra que no sale en las fotos puede ser la historia de una amiga yonqui, la tensa relaci¨®n con el padre, el dilema entre familia y carrera, el 11-S desde Central Park o la ruptura con el padre de sus dos hijos ¡ªel novelista Ray Loriga¡ª contada en ocho pudorosas palabras. Tambi¨¦n la epidemia dom¨¦stica de piojos que coincide con la gira de Verano fatal ¡ªgrabado en 2007 junto a Nacho Vegas¡ª y a la que se suman dos peque?as cat¨¢strofes: pierde la voz y pierde las maletas. Adi¨®s, partituras; adi¨®s, vestido, maquillaje y lentillas. ¡°Con mis gafas de culo de botella y la camiseta sucia con la que he dormido, me siento la persona m¨¢s miserable del mundo¡±, escribe antes de matizar: ¡°Que nadie sienta l¨¢stima. Acaba de empezar la remontada¡±.
Johnny Mercer, letrista de Moon River, dijo que para componer m¨²sica se necesita talento y para escribir letras, coraje. Rosenvinge lo cita en Debut y recuerda que en alg¨²n momento le asalt¨® una duda: ¡°Hab¨ªa sido capaz de cantar mis intimidades, pero ?ser¨ªa capaz de contarlas?¡±. Lo fue. Tal vez porque la remontada no era una sino una serie entera: la de pasar del underground de Ella y los Neum¨¢ticos al boom comercial de ?lex y Christina y de este a una etapa como cantautora para terminar en el rock experimental. Cada momento tuvo sus incomprensiones: la industria no entend¨ªa que arriesgara cuando disfrutaba de un ¨¦xito que m¨¢s tarde los indies no le perdonaban. Consciente de esos prejuicios, abre su libro explicando todo lo que su primer hit ¡ª?Chas!¡ª, que la lanz¨® a las radio?f¨®rmu?las con 24 a?os, debe a la lectura de Do?a Flor y sus dos maridos, la novela de Jorge Amado: ¡°Veo a la gente en el s¨²per y me la cantan. Es divertido. Empezar as¨ª me permiti¨® profesionalizarme muy joven. Le estoy agradecida. Y creo que es una buena canci¨®n, no me averg¨¹enzo de ella en absoluto¡±.
Dice Christina Rosenvinge que cuando decidi¨® lanzarse en solitario se encontr¨® con un panorama hu¨¦rfano de canciones escritas desde el punto de vista de una mujer. ¡°Ante la ausencia de modelos femeninos nos identific¨¢bamos con los masculinos sin problema. Yo iba a ver a los Clash y me ve¨ªa como uno de ellos, no como la chica. ?El punto de vista? Lo ten¨ªa de la literatura: leer de muy joven a Simone de Beauvoir y a Virginia Woolf fue providencial. En la m¨²sica el deseo femenino era completamente novedoso. Incluso ahora seguimos bajo el clich¨¦ de que son solo los hombres los que desean a las mujeres¡±. Tres d¨¦cadas despu¨¦s demuestra que como escritora tiene una gran capacidad para fijar un momento con tres detalles o retratar a una persona con dos adjetivos. Tambi¨¦n que como compositora tiene una obsesi¨®n: el des?amor. ¡°Es mi g¨¦nero favorito, tambi¨¦n en otros m¨²sicos. He escrito canciones de desamor antes y despu¨¦s de las rupturas. ?La maldita capacidad premonitoria de las canciones! Para m¨ª representan la potencia l¨ªrica y musical en el grado m¨¢s alto. Tal vez porque, como te dec¨ªa, me resulta m¨¢s humano el fracaso que el ¨¦xito¡±.
Al contrario que en la literatura, en la m¨²sica el punto de vista femenino era completamente novedoso. No ten¨ªamos modelos
Debut empez¨® siendo solo ¡°un cancionero¡± y ha terminado siendo mucho m¨¢s. Tambi¨¦n surgi¨® de un rechazo. Rosenvinge lo ofreci¨® a la editorial Visor, que no lo quiso. Bel¨¦n Gopegui la puso entonces en contacto con Claudio L¨®pez-Lamadrid, que le propuso dos cosas: que se olvidara de la palabra cancionero (¡°le sonaba antigua¡±) y que escribiera una introducci¨®n para cada tema: ¡°?Eso eran 107 introducciones! No se lo iba a tragar nadie¡±, relata. ¡°Le propuse escribir una historia por disco que sirviera de hilo conductor al conjunto¡±. Misi¨®n cumplida. El libro est¨¢ dedicado al editor, fallecido inesperadamente en enero, y es un autorretrato sin retoques que se cierra con el ensayo ¡®La palabra exacta¡¯, una lecci¨®n magistral sobre el arte de hacer canciones con su dosis justa de teor¨ªa y pr¨¢ctica. Ley¨¦ndolo cobra nuevo sentido una frase que se repite a lo largo del volumen: ¡°No lo entiendo pero s¨¦ c¨®mo hacerlo¡±.
Rosenvinge cuenta que pens¨® en abrir el libro con ese ensayo, pero quita trascendencia a su brillante capacidad de an¨¢lisis: ¡°Todo lo que cuento ah¨ª se estudia en el colegio, no uso conceptos de ling¨¹¨ªstica avanzada. Lo novedoso es aplicar a la m¨²sica cuestiones b¨¢sicas que todo el mundo sabe o deber¨ªa saber si aprob¨® Lengua. Los m¨²sicos las aplican instintivamente¡±. En castellano, dice, hay muchas compilaciones de letras, pero ella no encontr¨® ¡°libros sobre c¨®mo se encaja la letra dentro de la m¨²sica¡±. ?C¨®mo se hace? Sabiendo, por ejemplo, que los monos¨ªlabos son ¡°los mejores amigos¡± de un letrista ¡°junto a los derechos de autor¡±, que las vocales que resuenan en la parte anterior de la cavidad bucal (la i, la e) son menos agradecidas para cantar que las que lo hacen en el centro (la a) o en la parte posterior (la o, la u). ¡°La e requiere tener una buena t¨¦cnica vocal, as¨ª que yo prefiero morirme de amor que de sed¡±, apunta. ¡°Eso explica que encontremos tanto mar y tanta luz en nuestras canciones¡±.
A lo largo de 300 p¨¢ginas apuntala la idea de que todo empieza por la m¨²sica pero trasciende por las palabras. En una banda ¡°nadie quiere escribir las letras¡± pese a que ¡°una buena letra hace buena una canci¨®n¡±. ¡°Hace que todo suba de nivel¡±, a?ade. ¡°Hay que reivindicar las letras de las canciones como una forma muy respetable de literatura: porque es muy dif¨ªcil de hacer y porque tiene una trascendencia enorme. La gente se sabe de memoria canciones enteras, recuerda lo que has escrito palabra por palabra¡±. ?El secreto? Entre otros, la rima. ¡°Lo que rima no se olvida¡±, dice la cantante, que insiste en que ¡°una canci¨®n no es un poema pero es literatura. Algunas letras le¨ªdas en seco suenan antiguas porque la poes¨ªa moderna prescinde de la rima, pero un letrista se rige por las leyes de la m¨²sica, no por las de la escritura¡±.
¡®Debut. Cuadernos y canciones¡¯. Christina Rosenvinge. Literatura Random House. 336 p¨¢ginas. 22,90 euros. Se publica el 28 de marzo.
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