Hackers
La serie alemana 'You are wanted' consigue sobradamente uno de los objetivos indispensables en cualquier empe?o audiovisual: entretener
La serie alemana You are wanted que exibe Amazon remite directamente al excelente largometraje de Tony Scott Enemigo p¨²blico. Tanto en la serie como en la pel¨ªcula el denominador com¨²n no es otro que la manipulaci¨®n inform¨¢tica perversa capaz de hacer que sus protagonistas recorran lo que C¨¦line llam¨® el viaje al fin de la noche. Un gerente de hotel o un abogado comprobar¨¢n en sus carnes la brutal dependencia del individuo de la alta teconolog¨ªa. Ordenadores, m¨®viles, tablets, toda la parafernalia tecnol¨®gica capaz de alcanzar las mejores cotas de la eficacia a la vez que desencadenar el descenso a los infiernos.
Lukas Franke es un alto ejecutivo de un hotel de cinco estrellas en Berl¨ªn. Una vida confortable y una familia satisfecha en el mejor de los mundos hasta que, de repente, un apag¨®n general hunde la vida cotidiana de la ciudad. Los hackers atacan de nuevo, con una particularidad: Franke ser¨¢ el elegido para responsabilizarle del desastre, un apag¨®n que a su vez desencadenar¨¢ varios asesinatos. Los seis cap¨ªtulos de la primera temporada giran en torno a la complicada demostraci¨®n de su inocencia.
La serie es la primera producci¨®n de Amazon de ficci¨®n alemana. Su responsable y protagonista, Matthias Schweigh?fer, consigue sobradamente uno de los objetivos indispensables en cualquier empe?o audiovisual: entretener y al mismo tiempo mostrar la tecnodependencia en una sociedad desarrollada. Lo que comienza siendo un toque de atenci¨®n sobre la fragilidad del ser humano en un mundo hipertecnol¨®gico, se acaba convirtiendo en una despiadada lucha por el control de la privacidad, por la informaci¨®n, es decir, por el poder.
Para los seri¨¦filos resultar¨¢ curioso que el protagonista de las series Einstein y Alerta Cobra, Tom Beck, desempe?e en You are wanted un papel antag¨®nico pero al fin y al cabo es la condici¨®n del actor: salvar vidas y resolver misterios en algunos casos, o ser el villano en otros, una dualidad que cada vez con m¨¢s frecuencia difumina la frontera entre la realidad y la ficci¨®n. Todos viajamos al fin de la noche.
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