Shakira canta y palmea ante el juez para demostrar que ¡®La bicicleta¡¯ no es un plagio
La cantante defiende que "el estilo no tiene nada que ver" con 'Yo te quiero tanto', del cubano Liv¨¢n Castellano Vald¨¦s, que demand¨® a la artista colombiana y a Carlos Vives
Nunca Shakira tuvo un p¨²blico tan hostil. Y en este caso, fuera de las multitudes que congrega, solo era un hombre con toga, pelo engominado y gesto serio, que le caus¨® m¨¢s quebraderos de cabeza que cualquier chaparr¨®n o indigesti¨®n en mitad de una actuaci¨®n. Era el abogado acusador dentro del juicio por el presunto plagio del mega¨¦xito La bicicleta, una canci¨®n que lleva m¨¢s de 1.000 millones de visitas en YouTube y m¨¢s de 300 millones de reproducciones en Spotify, sin contar las decenas de miles de discos f¨ªsicos vendidos.
Sin importarle lo m¨¢s m¨ªnimo su estrellato, o tal vez porque le importaba todo, el letrado, agitado y contundente, no paraba de hacerle preguntas mientras la estrella colombiana respond¨ªa con dulzura, pero firme. ¡°Yo no soy psic¨®loga¡±, repiti¨® una y otra vez Shakira para defenderse de las acusaciones de plagio. ¡°Soy una cantante y no s¨¦ qu¨¦ pensar¨ªa el autor de la otra canci¨®n para componerla y decir que La bicicleta es un plagio, pero las dos composiciones no tienen nada que ver. La m¨ªa es un vallenato y la suya es una salsa¡±, a?adi¨®.
La otra canci¨®n es Yo te quiero tanto, compuesta en 1997 por Liv¨¢n Rafael Castellanos Vald¨¦s, conocido art¨ªsticamente como Livam. El cantante cubano asegura que Shakira y Carlos Vives copiaron fragmentos de su tema y este mi¨¦rcoles se sentaba en primera fila de la sala del Juzgado de lo Mercantil n¨²mero 12 de Madrid, respaldado por un par de familiares.
Vestida de negro con vaqueros, chaqueta informal y unas botas de gran plataforma, Shakira se esforz¨® en explicar que ella compuso la canci¨®n con su amigo Vives pensando siempre en su ¡°querida Colombia¡± y bajo los ritmos originales de all¨ª. ¡°El estilo no tiene nada que ver. Yo no s¨¦ si el demandante quer¨ªa hacer un vallenato, pero no le sale. Es como si un ni?o quiere coger el bal¨®n con las manos y no sabe cogerlo. La otra canci¨®n es una salsa y lo saben aqu¨ª y en la China. Lo nuestro es un vallenato¡±, dijo. No en China, pero s¨ª en la sala madrile?a se hizo toda una tesis de La bicicleta. A base de preguntas, respuestas y repreguntas, se realiz¨® un an¨¢lisis cl¨ªnico de una de esas canciones que tiene como principal secreto apelar a los instintos primarios.
El letrado estaba dispuesto a acorralar a la estrella, pero la estrella no se dejaba arrinconar. Shakira se puso a dar palmas para demostrar la diferencia de ritmos entre una salsa y un vallenato. Tambi¨¦n se puso a cantar su canci¨®n cuestionada, sin pronunciar con mucha dicci¨®n la letra pero con suficiente aplomo como para que el juez sonriese, incluso alguno del abarrotado lugar sintiese ganas de bailar a media ma?ana. Por momentos, era como el ensayo de un concierto, aunque bailarines y figurantes eran sustituidos por jueces, abogados y periodistas. ¡°Nunca he sido condenada por plagio. En 30 a?os de carrera y desde los ocho a?os que empec¨¦ a cantar en mi casa de Colombia, jam¨¢s he sido condenada¡±, se defendi¨® Shakira tras el palmeo. El abogado le record¨® el caso en el que un juez federal de Nueva York consider¨® en 2014 que su canci¨®n Loca era un plagio de un tema del dominicano Ram¨®n Arias V¨¢zquez, pero ella, casi con ganas de volver a dar palmas, le respondi¨® que, un a?o despu¨¦s, otro tribunal de Estados Unidos le dio la vuelta al caso al establecer que Arias V¨¢zquez hab¨ªa mentido durante el proceso, al que tach¨® directamente de "fraude". ¡°Qued¨® archivada¡±, sentenci¨® ella, ya acalorada.
Poco despu¨¦s, Shakira, que tambi¨¦n afronta una causa penal por haber defraudado presuntamente 14,5 millones a Hacienda mediante un entramado empresarial en para¨ªsos fiscales, abandon¨® la sala cargada con una botella de agua y dej¨¢ndose su carnet de identidad. Su abogado defensor sali¨® tras ella gritando ante la mirada incr¨¦dula de los peritos y testigos que esperaban en el pasillo. ¡°Breve pero intenso¡±, dijo uno en tono rutinario. Vives fue a¨²n m¨¢s breve, aunque, bien por defecto profesional o porque la ma?ana era soleada como para coger ¡°una bici que te lleve a todos lados¡±, tambi¨¦n tuvo tiempo de cantar. Relajado y respondiendo a toda cuesti¨®n con un ¡°s¨ª, se?or¡±, asegur¨®, embriagado por su propio vallenato: ¡°Yo cambi¨¦ la historia de la m¨²sica de mi pa¨ªs y me crie entre juglares de la m¨²sica en las calles¡±. Miraba al techo al hablar todo el rato, pero lo ten¨ªa claro: ¡°Mi trabajo consisti¨® en la modernizaci¨®n de la m¨²sica tradicional colombiana. La gente me llama el rey del vallenato. Lo consegu¨ª con amor y dedicaci¨®n a la m¨²sica. Y mi m¨²sica es ¨²nica, no la hace nadie. Yo la he inventado¡±.
Vestido de arriba abajo de negro, Vives estaba citado a declarar el jueves, pero quiso acompa?ar ya desde hoy a Shakira. El cubano Livam argumenta en su demanda que le envi¨® a Vives, a trav¨¦s de Sony ATV, ¡°una muestra¡± de su tema para que lo cantara, pero el colombiano decidi¨® reproducir ¡°un fragmento¡± del mismo sin su autorizaci¨®n. En el estribillo de su canci¨®n, Shakira y Vives cantan ¡°que te sue?o y te quiero tanto¡±, y el de Livam dice ¡°yo te quiero, yo te quiero tanto¡±. La denuncia ha sido interpuesta por la editora y representante del cubano, MDRB (Maryla Dianik Romeu) Music, contra Sony Music Latin, Sony Music Entertainment, Sony ATV Publishing holdings Spain, EMI Music Publishing Spain, Shakira, Carlos Vives y Andr¨¦s Eduardo Castro, quien entr¨® en la sala para decir que ¨¦l mandaba su m¨²sica compuesta a Vives a trav¨¦s de mensajes de audio del m¨®vil y luego la ve¨ªan juntos.
En los pasillos, un amigo cubano de Livam esperaba sentado. Hab¨ªa venido a apoyar a su ¡°compadre desde hace 18 a?os¡±. Con un traje gris impoluto y una corbata verde, una combinaci¨®n tan propia de una boda como de un funeral, el compadre confesaba a este peri¨®dico que Livam sab¨ªa que no iba a ganar. ¡°Lo que quiere es que los peritos vean lo que ha pasado y le den la plata¡±, dijo con una media sonrisa. No ser¨ªa la primera vez que sucede. Ni ser¨¢ la ¨²ltima. Si el plagio es demostrado, las estrellas terminan por reconocer que las influencias eran pr¨¦stamos demasiado evidentes y se resuelve todo con acuerdo econ¨®mico. Aunque ni Shakira ni Vives reconocieron nada de eso ante el juez. Hasta cantaron para demostrar que la acusaci¨®n era infundada.
Afuera, en la calle, esperaban decenas de periodistas y muchos curiosos que pasaban por el n¨²mero 52 de Gran V¨ªa madrile?a. Shakira y Carlos Vives hab¨ªan llegado al juzgado en una furgoneta de cristales tintados y se marcharon igual. A los autores de la archiconocida La bicicleta les daba igual Madrid Central. Hab¨ªan aparcado su enorme veh¨ªculo contaminante en el carril bici.
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