Cuidado con la victoria
Dec¨ªa Ferlosio que un pueblo puede sentir como propia una culpa
Rafael S¨¢nchez Ferlosio public¨® en Abc en 2002 un art¨ªculo que titul¨® Catarsis y que se inicia con la rememoraci¨®n de la famosa escena de la pel¨ªcula Cabaret; la del adolescente que a comienzos de los a?os treinta, en un merendero de una ciudad alemana, se levanta y entona una canci¨®n que viene a proclamar que ¡°el ma?ana es nuestro¡± (o ¡°nos pertenece¡±) y que provoca una reacci¨®n mim¨¦tica de los dem¨¢s presentes en el lugar, que se van levantando y sum¨¢ndose al coro.
A Ferlosio la escena le pareci¨® una manifestaci¨®n del anhelo de pureza: el ang¨¦lico adolescente representaba el anhelo de purificaci¨®n que nace de un sentimiento e impureza mucho m¨¢s amplio e indefinido que el que remite estrictamente a una culpa moral. Un pueblo puede sentir como propia una culpa o m¨¢s bien una mancha de la que tiene que lavarse.
En su libro Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos, recoge un antiguo refr¨¢n sefard¨ª: ¡°Con dizir flama non se quema la boca¡±, lo que recuerda a quienes tras ver alguna cosa desagradable corren a lavarse las manos; y que es aplicable a numerosas situaciones en las que ese anhelo de purificaci¨®n se impone y act¨²a como un im¨¢n creador de unanimidad; empezando por la que suscita la guerra y m¨¢s concretamente el ¨¦xtasis ante la victoria.
Por eso culmina Rafael S¨¢nchez Ferlosio su alegato advirtiendo que nada denuncia m¨¢s el grado de embrutecimiento, perversi¨®n y necedad que aquella frase que suele aparecer tras la victoria y casi nadie llega a o¨ªr como sarcasmo: ¡°Hoy se abre ante nosotros una nueva era¡±. Un sentimiento de inocencia originaria, de primer d¨ªa, de amanecer, que da el alcance de miseria extrema que la catarsis puede llegar a producir.
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