?xtasis, arte y n¨²meros rojos en The Ha?ienda
La enloquecida historia del club que cambi¨® la historia cultural de Manchester y del pop brit¨¢nico
La historia no puede ser m¨¢s estramb¨®tica. Un grupo de iluminados, los mismos que antes fundaran el sello Factory, hogar de Joy Division, se propusieron abrir un club. Como era costumbre, bautizaron a la empresa con un toque intelectual, una referencia al poeta y pol¨ªtico Iv¨¢n Chtcheglov. As¨ª fue como el club The Ha?ienda cambi¨® la historia cultural de M¨¢nchester, de Inglaterra y del pop anglosaj¨®n. A cambio todos los involucrados perdieron dinero a espuertas, especialmente los miembros de New Order, que mantuvieron abierto el club con los sustanciosos ingresos de sus discos. ¡°?Todo un r¨¦cord, verdad?¡±, se carcajea al otro lado del tel¨¦fono desde?M¨¢nchester, Peter Hook, exbajista del grupo, que tambi¨¦n trabaj¨® en el club. ¡°Abrir el local nos cost¨® 12 millones de libras, pero nadie pens¨® en c¨®mo recuperar¨ªamos esa inversi¨®n. Ten¨ªamos un local ¨²nico, dise?ado por un arquitecto incre¨ªble pero jam¨¢s vimos un penique en 15 a?os de actividad. New Order actu¨¢bamos por todo el mundo, pero ¨¦ramos pobres¡±.
Hace diez a?os, Hook escribi¨® un libro con este relato, que se publica ahora traducido al espa?ol con el t¨ªtulo The Ha?ienda. C¨®mo no dirigir un club. (Contra). Parte de aquel maravilloso disparate formaba parte del gui¨®n de 24 Hour Party People (2004), el biopic de Michael Winterbottom sobre Tony Wilson, alma de Factory, empresario al cual la m¨²sica inglesa debe algunas de sus mejores leyendas. ¡°Ahora mismo negociamos con una productora de televisi¨®n. Estamos en la fase de escritura de gui¨®n para una serie. La historia del club est¨¢ llena de episodios incre¨ªbles, dan para mucho. Si sale adelante ser¨¢ una mezcla de realidad y ficci¨®n. Leyendo mi libro a veces cuesta diferenciar entre ambas cosas. La gente lee episodios que luego me comentan diciendo: ¡®No puede ser cierto¡¯¡±.
The Ha?ienda abri¨® sus puertas en 1982. Un par de a?os antes, los miembros de Joy Division ¡ªreconvertidos en New Order en 1980 tras el suicidio de su cantante¡ª y su m¨¢nager, Rob Gretton, descubrieron clubes neoyorquinos que mezclaban m¨²sica sin prejuicios con un ¨²nico objetivo: hacer bailar a la gente. ¡°Hurrah's, Danceteria, Paradise Garage, eran lugares sencillos, oscuros, pensados para ir a tomar algo y escuchar m¨²sica. Pero sus propuestas musicales tuvieron una gran influencia en la evoluci¨®n de la m¨²sica pop¡±. En su af¨¢n por llevar aquella filosof¨ªa a Manchester, la iniciativa jug¨® un papel determinante a la hora de introducir tendencias. ¡°Gretton y Wilson animaron a los djs a que apoyaran la m¨²sica que les gustaba. Por eso en 1982 ya program¨¢bamos house de Chicago y Detroit, cinco a?os antes de que se pusiera de moda¡±. Cuando esto ocurri¨®, The Ha?ienda jug¨® nuevamente un papel decisivo, dando carta de naturaleza a los raves al importar la vibraci¨®n de las discotecas ibicencas a la cabina del local. Entonces?M¨¢nchester?se volvi¨® loca. Los clubbers abrazaron el nuevo catecismo psicod¨¦lico que giraba en torno al ¨¦xtasis y los grupos de guitarras asumieron los ritmos de baile con absoluta devoci¨®n. Naci¨® el fen¨®meno conocido como Madchester, que ahora cumple 20 a?os, dominado por bandas como Stone Roses y Happy Mondays, que tienen un delirante protagonismo en el libro de Hook.
Fue en ese momento cuando The Ha?ienda comenz¨® a ser frecuentado masivamente por el p¨²blico. Hasta entonces, por m¨¢s que Wilson se empe?ara en hacer del local una especie de servicio p¨²blico para la ciudad, la iniciativa funcionaba irregularmente. ¡°William Burroughs hizo una lectura ante seis personas. Jonathan Richman toc¨® para 15 y John Cale para 40¡±, recuerda Hook. ¡°El debut brit¨¢nico de Madonna lo hicimos nosotros. No era conocida pero ya ten¨ªa maneras de estrella. Vamos, que daba bastante por saco. Igual que Peter Murphy [vocalista de Bauhaus], que a¨²n me sigue llamando cabr¨®n porque en 1982 perdi¨® su pase de artista despu¨¦s del concierto y no le dej¨¦ entrar al club¡±. The Ha?ienda se caracteriz¨® por su programaci¨®n aperturista. Incluso cont¨® con una noche gay que les permiti¨® obtener el permiso para cerrar de madrugada. ¡°Nunca hubo zona VIP. En Inglaterra la gente se mezclaba en los bares sin problemas. En?M¨¢nchester?somos muy nuestros. Nadie iba a mostrar asombro porque tuviera a su lado al cantante de Stone Roses¡±.
Actualmente, Hook es socio de otro local, The Factory, inaugurado hace una d¨¦cada en el edificio que alberg¨® las oficinas del sello discogr¨¢fico. ¡°Esta vez lo hice bien". dice con una risa. "Me met¨ª en el asunto con un experto en locales nocturnos que sabe c¨®mo funciona esto. Si no fuera por ¨¦l, seguro de que habr¨ªa repetido los errores que comet¨ª con The Ha?ienda¡±.
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