Peter Doherty: Escritura al filo del acantilado
El nuevo ¨¢lbum del m¨²sico brit¨¢nico recibe una calificaci¨®n de 6 sobre 10
Tiempo de impasse para el Johnny Thunders del siglo XXI, el m¨¢s ilustre tarambana del pop rock brit¨¢nico de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Con su productiva relaci¨®n de amor-odio con Carl Bar?t en barbecho (anuncian los Libertines pr¨®xima remesa de canciones, ya en su propio estudio), Peter Doherty se descuelga con otra de sus proverbiales maniobras, dir¨ªase que otra vez fruto de ese perenne capricho no exento de alg¨²n destello de genio. De esa vida en la carretera que no concede m¨¢s que decisiones a bote pronto y canciones apenas horneadas, sin manufactura extra.
Artista:?Peter Doherty & The Puta Madres
Disco:?Peter Doherty & The Puta Madres
Sello:?Cargo Records/Popstock!
Calificaci¨®n: 6 sobre 10
La primera diferencia respecto a su ¨²ltima entrega en solitario es que ahora factura, tras la indiferencia generalizada con que fue acogida la ¨²ltima entrega libertina y el trayecto paralelo de sus Babyshambles, de nuevo bajo ense?a grupal: ese nombre absolutamente chanante ¨C The Puta Madres ¨C en el que no sabemos si jug¨® un papel relevante su bater¨ªa, el espa?ol Rafa Rueda, sost¨¦n r¨ªtmico de un quinteto completado por dos franceses (Miggles y Katia De Vidas), una americana (Miki Beavis) y un gal¨¦s, el guitarrista Jack Jones (de Trampolene), convertido aqu¨ª en su mano derecha, firmando al alim¨®n canciones como Paradise Under Your Nose. Los m¨²sicos que le han acompa?ado sobre los escenarios durante los dos ¨²ltimos a?os, en esencia.
El resultado se nos vende como un retorno a la ra¨ªz m¨¢s garage rock del m¨²sico ingl¨¦s, bajo la coartada del amor, la p¨¦rdida y el estar completamente perdido ¨C de esto sabe mucho nuestro hombre ¨C , pero eso no es m¨¢s que una verdad a medias. Porque este pasatiempo hom¨®nimo, grabado en solo cuatro d¨ªas de verano en ?tretat, la misma villa pesquera normanda que fue refugio creativo de Monet y Courbet, es otra desvencijada colecci¨®n de melod¨ªas en la que el paradis¨ªaco entorno parece haber obrado una notable distensi¨®n, con la electricidad casi arrinconada. Sin himnos populares. Mucho m¨¢s cerca del efecto Yann Tiersen que del factor Exile on Main Street, ya que estamos con s¨ªmiles costeros franceses.
Predominan aqu¨ª las baladas crepusculares y los medios tiempos, cierto contagio paisaj¨ªstico que cobra su nota distintiva en el viol¨ªn de Beavis: Travelling Tinker suena tan folk que podr¨ªa pasar por unos Waterboys, entre beodos y lun¨¢ticos, circa 1988. Y lo mismo podr¨ªa decirse del desarrollo de A Fool There Was (de lo mejor del lote), asilvestrando ese aliento vodevilesco ¨C marca de la casa ¨C que comparten tambi¨¦n Lamentable Ballad of Gascony Avenue o Narcissistic Teen Makes First XI. M¨¢s br¨ªo cobran las vehementes The Steam y Shoreleave, esta con sus palpitantes cambios de ritmo, ambas perfectamente subsumibles en su habitual libro de estilo. O la contagiosa Who's Been Having You Over, apuntalada por un di¨¢logo de la pel¨ªcula Brighton Rock (1948).
Prevalece, en todo caso, la sensaci¨®n de bordear el abismo. La escritura al filo del acantilado, entre el brote de ingenio y el despe?adero, sin la que Doherty no ser¨ªa Doherty. La ausencia de filtro que procura desvar¨ªos como Punk Buck Bonafide. Y, sobre todo, la escasez de material relevante. Algo que justifica que Someone Else To Be sea poco m¨¢s que una apa?ada revisi¨®n del Ride Into the Sun de The Velvet Underground con una estrofa de Don't Look Back In Anger (Oasis) intercalada.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.