Los misterios de una b¨®veda

La catedral de Notre Dame de Par¨ªs es una de las m¨¢s relevantes del panorama europeo y uno de los principales ejemplos de un abovedamiento muy peculiar: la b¨®veda sexpartita. Este tipo de estructura fue la principal protagonista del g¨®tico primitivo. Se utiliz¨® en otras grandes construcciones europeas, como las catedrales de Canterbury, Bourges, Bremen o el monasterio de Las Huelgas Reales de Burgos. Cuenta con seis columnas de apoyo. Dos nervios diagonales cruzan su estructura, reforzada por un tercero que divide su superficie en seis partes. Su caracter¨ªstica m¨¢s relevante son sus cuatro bocinas laterales, que dan lugar a dos parejas de ventanales en los muros de la nave.

Aunque goz¨® de un gran protagonismo en la arquitectura medieval de los siglos XII y XIII, su abandono fue prematuro y r¨¢pido, apenas se utiliz¨® durante 50 a?os. Las causas hay que buscarlas en la dificultad que entra?a su construcci¨®n. Adem¨¢s, su enorme tama?o aconsej¨® a los maestros medievales su definitivo abandono y sustituci¨®n por las b¨®vedas cuatripartitas de planta rectangular, m¨¢s peque?as y de menor complejidad constructiva. Las b¨®vedas de Notre Dame sirvieron como modelo a incontables edificios medievales, desde Reino Unido hasta Ruman¨ªa y desde Dinamarca hasta Espa?a.

Los grandes nervios diagonales semicirculares de sus b¨®vedas, de 16 metros y medio de di¨¢metro, requirieron importantes cimbras de madera durante su montaje. La necesidad de construir estos medios auxiliares previos elevaba el ya de por s¨ª enorme coste econ¨®mico de la obra, y pod¨ªa suponer la tala de bosques completos, principal fuente de recursos en el Medioevo. La planta de cada b¨®veda es pr¨¢cticamente cuadrada, 13 x 11 metros, y alcanza una altura espectacular, algo m¨¢s de 33 metros en su clave central.

Las primeras fotograf¨ªas que comienzan a publicarse una vez extinguido el incendio permiten ver que la estructura de piedra de la catedral ha sufrido da?os parciales. La imponente aguja construida por Viollet-le-Duc en el siglo XIX se desplom¨® sobre las b¨®vedas. Probablemente su ca¨ªda se llev¨® por delante buena parte de la estructura desaparecida del crucero y de la nave. La p¨¦rdida podr¨ªa haber sido mucho mayor. El hundimiento total de las b¨®vedas habr¨ªa sido desastroso, llev¨¢ndose consigo parte de los muros, arbotantes y contrafuertes, y destrozando completamente el interior. Una de sus funciones principales es la protecci¨®n frente a incendios. Ayer ardi¨® la armadura de madera de su cubierta, sin embargo las b¨®vedas han protegido el interior, aunque las temperaturas alcanzadas hayan provocado el deterioro y desaparici¨®n de algunas de sus obras de arte.

Sus imponentes b¨®vedas, de apenas 20 cent¨ªmetros de espesor, han sido capaces de resistir un tremendo incendio, lo que nos permite comprobar la resistencia de estas estructuras. La mayor preocupaci¨®n ahora es su comportamiento en los pr¨®ximos d¨ªas. Las altas temperaturas soportadas por la piedra han debido causar da?os importantes en su estructura interna, mermando su capacidad resistente. El agua necesaria para extinguir el incendio es un problema a?adido. Los materiales la absorben y se cargan de peso, lo que podr¨ªa producir derrumbes parciales en las pr¨®ximas horas. Ser¨¢ necesario comprobar que son estables y no es necesario desmontarlas por seguridad.

Ahora solo nos queda restaurar lo da?ado e implementar las medidas preventivas necesarias para evitar estos desastres, no solo en Notre Dame. El debate est¨¢ abierto. Sin duda su restauraci¨®n requerir¨¢ la sensibilidad de los expertos, fundamental en estos casos, para devolver a Notre Dame su espectacular belleza.

Roc¨ªo Maira Vidal es doctora arquitecta especialista en restauraci¨®n del Patrimonio. Trabaja como investigadora en el proyecto europeo Petrifying Wealth, en el Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.