?Que Stalin no nos rompa la empat¨ªa!
Ambientada buena parte en los primeros compases de la Guerra Fr¨ªa, su objetivo es reconfortar, no plantear preguntas
Roger Ebert defini¨® ?Tel¨¦fono rojo? Volamos hacia Mosc¨² (1964) como ¡°una pel¨ªcula que hace correr la alfombra bajo la Guerra Fr¨ªa", argumentando que, si un explosivo nuclear destruye toda la vida en la Tierra, "ser¨¢ dif¨ªcil adivinar qu¨¦ tiene de disuasorio¡±. Sus palabras mimetizaban la mirada nihilista de ese trabajo que, inspirado en una novela que su autor escribi¨® como thriller ¨CRed Alert de Peter George-, Kubrick y su coguionista Terry Southern transformaron en farsa sobre la pulsi¨®n de muerte del ser humano. El cambio de tono revelaba que, en situaciones extremas ¨Cla Guerra Fr¨ªa estaba ah¨ª-, quiz¨¢ la ¨²nica respuesta posible era la risa macabra.
LA ESP?A ROJA
Direcci¨®n: Trevor Nunn.
Int¨¦rpretes: Judi Dench, Sophie Cookson, Stephen Campbell Moore, Stephen Boxer.
G¨¦nero: drama.
Reino Unido, 2018
Duraci¨®n: 101 minutos.
La esp¨ªa roja de Trevor Nunn ambienta buena parte de su relato en los primeros compases de la Guerra Fr¨ªa, partiendo de un personaje real, la funcionaria y esp¨ªa Melita Norwood, convenientemente filtrado por la intermediaci¨®n literaria de la novela Red Joan de Jennie Rooney. Melita Norwood se transforma as¨ª en Joan Stanley, personaje que es presentado en la primera escena como adorable anciana que ser¨¢ objeto de una espectacular detenci¨®n en su peque?a casa con jard¨ªn. En el proceso de trasvase de la realidad hist¨®rica a la novela y, posteriormente, a la pantalla entran en juego cambios tan radicales como los que convirtieron Red Alert en farsa presidida por el Dr. Strangelove, pero esos cambios delatan que estamos en unos tiempos m¨¢s mansos en los que lo amable cotiza m¨¢s al alza que lo consecuente (o lo ideol¨®gico).
La imagen de una anciana a la que se atribu¨ªa un pasado como esp¨ªa de la KGB centr¨® el fen¨®meno medi¨¢tico de su detenci¨®n. Los medios de comunicaci¨®n llamaron a Norwood ¡°la abuela esp¨ªa¡±: En realidad, era una comunista convencida que vendi¨® secretos nucleares a Stalin para que el bloque sovi¨¦tico contase con su propio poder disuasorio. Joan Stanley, a la que dan vida en la pel¨ªcula Judi Dench y Sophie Cookson, es presentada, por el contrario, como una mujer que act¨²a movida por su conciencia pacifista y se hace esp¨ªa, en buena medida, por amor. Trevor Nunn factura una de esas pel¨ªculas que tienen la correcci¨®n como norte y alma de moqueta de hotel ingl¨¦s en crudo invierno. Su objetivo es reconfortar, no plantear preguntas, pero, eso s¨ª, su corte y confecci¨®n certifican la presencia de un buen sastre, de uno incapaz de darle una mala sorpresa a su clientela de toda la vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.