James Sallis, una oda al alma negra de EE UU
El escritor repasa la influencia del g¨¦nero negrocriminal en el subconsciente de su pa¨ªs y la relaci¨®n del jazz con su escritura
James Sallis (Arkansas, 1944) habla con una calma extra?a de la que emana una gran fuerza. Detr¨¢s de esa gorra ¨Cque se quita para las fotos¨C de esa cara poblada por una densa barba blanca de dos d¨ªas, de esa mirada que invita a la charla est¨¢ uno de los valores de la literatura estadounidense. Sus novelas son tristes pero su conversaci¨®n es una oda al optimismo incluso en el ocaso de la vida. Profesor casi antes que cualquier cosa, Sallis acudi¨® a finales de marzo al Quais du Polar de Lyon para dar dos clases magistrales. Una, sobre su escritura; la otra, sobre el jazz, su otra gran pasi¨®n, acompa?ado de Michael Connelly.
¡°Yo estaba haciendo ciencia ficci¨®n y poes¨ªa. No ten¨ªa ni idea de que iba a escribir novela negra. Pero me cruc¨¦ con estos autores enormes y el impacto fue muy fuerte. No sab¨ªa lo que estaba haciendo pero lo disfrutaba m¨¢s que nada. Escrib¨ª un relato corto sobre Lew Griffin, lo aparqu¨¦ 20 a?os y cuando volv¨ª a ello todo fue ya muy r¨¢pido, todav¨ªa lo disfruto¡±, cuenta a EL PA?S en un caf¨¦ de la Place de la Bourse, una tarde soleada de viernes, para explicar la g¨¦nesis de su detective emblem¨¢tico y, sobre todo, su feliz encuentro con la obra de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Jim Thompson en un apartamento de Londres, en los a?os sesenta, un hallazgo que cambi¨® para siempre su vida de escritor.
La novela negra es parte esencial de la literatura estadounidense del ¨²ltimo siglo
Due?o de una extensa obra, Sallis se hizo sitio en la literatura estadounidense con las seis novelas de Lew Griffin, un detective negro, letraherido y alcoh¨®lico, violento, obsesionado con la p¨¦rdida, un ser complejo que se mueve por las sombras de Nueva Orleans entre literatura y muerte. ¡°Yo quer¨ªa que el lector viera c¨®mo se pod¨ªa identificar con un hombre que ha hecho cosas horribles y que lucha por alejar el mal de su vida. Es un personaje triste. La depresi¨®n ha estado siempre presente en mi familia, pero no importa porque la actitud lo hace todo¡±, reflexiona antes de sumirse en un silencio breve y denso, cargado de significado, el ¨²nico en m¨¢s de una hora de conversaci¨®n.
¡°La novela negra es parte esencial de la literatura estadounidense del ¨²ltimo siglo¡±, arguye con vehemencia un profesor que no deja a sus alumnos hablar de g¨¦neros, ¡°solo de buena literatura¡±, y que cita con pasi¨®n a James Goodies, George Pelecanos o Daniel Woodrell. Con su tono did¨¢ctico, el mismo que usa en sus estudios sobre el g¨¦nero o en su biograf¨ªa de Chester Himes, Sallis nos propone un viaje evolutivo que termina en la actualidad: ¡°Despu¨¦s de la II Guerra Mundial, las revistas y los medios vend¨ªan esa Am¨¦rica del para¨ªso, esa Am¨¦rica que ha salvado el mundo. Ten¨ªamos grandes frigor¨ªficos, tiendas magn¨ªficas, las mujeres vest¨ªan de manera maravillosa pero las novelas de Thompson o Goodies dicen, no, esto no es as¨ª, esta no es la Am¨¦rica real. Y esos libros se vend¨ªan en gasolineras y estaciones de autobuses y los le¨ªa gente trabajadora, que no ten¨ªan formaci¨®n pero que se reconoc¨ªan, que dec¨ªan ¡®este es el mundo en el que yo vivo¡¯, es duro y cruel. Y esta es la gran atracci¨®n del hard boiled, que trata de contar la verdad que se ocultaba, nos ayuda a entender lo que est¨¢ pasando, los males de la sociedad y esa clave dura hasta ahora¡±.
¡°El racismo es el gran pecado de EE UU¡±, responde un autor que tiene a Himes y Walter Mosley en su altar de divinidades literarias cuando se le pregunta por los conflictos que est¨¢ llamado a explicar el g¨¦nero hoy. ¡°Se ha roto la barrera de la civilidad. Ahora, despu¨¦s de mucho tiempo, se dicen cosas que antes no se pod¨ªan decir. Quiz¨¢s no haya soluci¨®n¡±, remata, sin rastro de optimismo.
Sallis no ve la vida y la escritura sin el jazz. Autor de antolog¨ªas de referencia sobre el uso de la guitarra, su escritura est¨¢ muy influida por ese factor de improvisaci¨®n que arranca a partir de ciertos elementos. ¡°Nunca s¨¦ lo que va a pasar. Solo cuando la historia est¨¢ muy avanzada tengo una idea¡±, cuenta antes de acotar su verdadero campo de inter¨¦s musical, la tradici¨®n del blues temprano, c¨®mo llegan los sonidos de ra¨ªces africanas a convertirse en jazz y c¨®mo evolucionan a partir de ah¨ª, ¡°muy pronto, mucho antes de la explosi¨®n del be bop¡±.?
Gracias al cine, Drive y su secuela Driven le dieron fama m¨¢s all¨¢ de la literatura. Sallis, que ama la pel¨ªcula protagonizada por Ryan Gosling, reconoce que la historia de redenci¨®n de su personaje lo interpela y que uno nunca es tan feliz como cuando est¨¢ haciendo aquello para lo que de verdad es bueno. ¡°Gide comparaba la literatura detectivesca con la b¨²squeda de un sombrero negro en una habitaci¨®n a oscuras. Exactamente igual que la vida, ?verdad? Yo, cada d¨ªa, estoy un poco m¨¢s cerca¡±, reflexiona. ?Cu¨¢nto? ¡°Obviamente, no lo suficiente. Por eso sigo buscando. Es la grandeza de la vida. Tienes planes pero no llegas al final, porque de eso se trata. Si escribiera la novela perfecta...¡±
La ciudad que todo lo resiste
Nueva Orleans y el jazz ocupan el espacio que deja en su coraz¨®n la literatura, se mezclan con ella. Cuando se le pregunta por su ciudad amada, busca con su mirada a su mujer, su anclaje en el mundo, antes de responder: "Amo esa ciudad que ha sido destruida por todo el mundo a lo largo de la historia, pero que ha resistido. La amo y volvemos de visita todos los a?os, pero despu¨¦s del Katrina ya no se puede vivir en ella. El abandono del Gobierno fue tremendo. Durante mucho tiempo no pude ni siquiera hablar de ello".
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