El maldito pensamiento binario
Buenos Aires recibi¨® de forma apasionada, como si fuera una estrella de rock, a la investigadora estadounidense Judith Butler
Amanec¨ªa Buenos Aires ¨Cun d¨ªa m¨¢s- sumergida en esa excitaci¨®n que vive la ciudad en estos ¨²ltimos tiempos, donde se pasa lista a las mujeres cada noche, antes de dormir, para que no falte ninguna. Desdichamente all¨ª, como en el resto de lugares, siempre hay ausencias. Ni Una Menos, el movimiento en contra de la violencia de g¨¦nero que se empezaba a desarrollar con timidez hace cuatro a?os, ha obtenido sus frutos y ha traducido las calles porte?as al feminismo, a juegos de g¨¦nero ¨Co de g¨¦neros, m¨¢s bien- que han incorporado con naturalidad el lenguaje inclusivo ¨Ctodos, todas, todes-. Esas calles han recibido apasionadas a la investigadora estadounidense Judith Butler el pasado 10 de abril.
Igual que una estrella de rock en n¨²mero de espectadores y aclamaci¨®n, llegaba invitada para el II Coloquio Internacional Los Mil Peque?os Sexos, organizado por la Universidad Tres de Febrero (Untref). La propia Butler, que meses atr¨¢s hab¨ªa dividido la calle en Brasil entre opositores y defensores, ped¨ªa intervenir ¡°fuera de cartel¡± para no eclipsar al resto de ponencias. El d¨ªa de su intervenci¨®n, el estadio deportivo de la Untref ¨Cun lugar de nada sencillo acceso, por cierto, en un barrio popular- estaba lleno a rebosar de entusiasmo y de entusiastas.
Lejos de all¨ª, en una zona exclusiva de Buenos Aires, el Malba ¨Cuno de los mejores museos de Am¨¦rica Latina- presentaba un nuevo montaje de colecci¨®n que poco o nada ten¨ªa que ver con el interesante planteamiento anterior, Verboam¨¦rica, donde se propon¨ªa una rescritura y rescate de las historias y los artistas del continente a trav¨¦s de soportes variados -dibujos, fotos, ¨®leos, videos, documentos, instalaciones¡- y temas diversos: geopol¨ªtica, ciudades, periferia, cuerpos, negritud, indigenismo¡ Por el contrario, ahora, y coincidiendo con la feria ArteBa, se presentaba a los grandes maestros y maestras de la modernidad latinoamericana ¨CRivera, Figari, Barradas, Fontana, Kahlo, Berni, Oiticica, Clark, Prati¡-, reunidos sin apoyo de discursos m¨¢s all¨¢ de la pura visualidad. Confieso que era conmovedor verlos juntos, sin contar con nada m¨¢s que su contundencia.
Pero en el paseo tras las encendidas discusiones sobre exclusiones hist¨®ricas, centro del debate de la teor¨ªa de g¨¦nero del coloquio, con la mirada fascinada por esas ¡°grandes obras¡± sin disimulo, entre la monumentalidad de la escultura de Mar¨ªa Martins y la sutileza de los abundantes y excepcionales Xul Solar, surg¨ªa la contradicci¨®n: ?olvidamos con frecuencia lo visual en favor de los discursos mismos? ?Se castiga a ratos a las obras maestras por ser solo obras maestras, las que acapararon el discurso ¨²nico durante siglos? Quiz¨¢s lo can¨®nico sin m¨¢s deber¨ªa tener tambi¨¦n cabida c¨®moda en el relato junto a los planteamientos te¨®ricos y las exclusiones hist¨®ricas. Qui¨¦n sabe. Ser¨ªa una f¨®rmula eficaz para no volver a caer en el maldito pensamiento binario del cual parece no conseguimos salir tampoco cuando somos pol¨ªticamente correctos.
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